Mi mayor problema comenzó cuando entré en aquella mansión.
Estaba feliz de la vida aflojándome esa patética corbata y quitando el espantoso saco hasta que sentí unos pasos bajar por las escaleras. Cuando levanté mi rostro, Jade estaba justo frente a mi campo de visión.
Intenté evitarla todo el día desde lo sucedido en la camioneta, muy valiente lo sé, pero no se atrevan a juzgarme. Estaba aterrada de pensar que Jade me gusta, y no porque esté fea, Jade era una diosa que descendió del Olimpo para volverme loca. Pero eso no quitaba el hecho de que me aterrara. En el sentido de sentir algo nuevo, no porque tiene tijeras, tal ves sea eso también pero no.
-Hey._ fue lo mas inteligente que se me ocurrió.
-Hola._ dijo embozando una pequeña sonrisa.
Pequeña o grande aquella sonrisa lograba darme la misma calma que un atardecer en una playa.
"Que cursi te has vuelto"
Me dije a mi misma pero ni eso logró que dejara de mirar como una idiota a la chica.
-¿Te encuentras bien?_ pregunto y yo fruncí el ceño.
-Claro. ¿Por qué?
-Porque me miras raro.
Sentí el calor subir por mis mejillas, pero aún así logré ver el tono sonrojado de sus mejillas.
-No tengo idea de que hablas._ hice el amago de retirarme pero su suave mano me detuvo.
-No te vayas, no quise decir eso._ susurro apenada y yo allí volví a pensar seriamente en que Jade tenía una gemela malvada.
-Todo bien, no te preocupes._ conteste algo nerviosa.
Nos quedamos en un silencio incómodo, odio los silencios incómodos y eso provocó que una pregunta saliera sin siquiera pensarlo.
-¿Quieres salir de aquí?_ señalé la puerta.
-¡Vámonos!
Salimos de la mansión sin un rumbo fijo hasta la entrada vigilada.
-¿Qué te gusta hacer?_ pregunte metiendo las manos en los bolsillos de mi saco.
-Amo leer, salir de compras o estudiar.
-Supongo que eres una friki con estilo._ le sonreí y ella me dio un ligero empujón.
-¿Y a ti que te gusta hacer?
-Lo que sea que se presente._ me encogí de hombros pateando una pequeña roca.
-¿Y qué podría presentarse ahora?_ se detuvo y yo lo hice junto a ella.
Miré hacia ambos lados de la calle hasta que mis ojos encontraron algo sumamente divertido. Sonreí y empecé a correr obligándola a ella a hacer lo mismo.
-¿Qué haces?_ preguntó agitada y yo giré corriendo suavemente hacia atrás.
-Espéralo.
Llegamos a un supermercado al que algunas personas entraban y yo saqué un carrito de la fila de la entrada.
-Cuando te diga tres, subes._ le susurré con una sonrisa divertida.
-¿Estás fumada? No quiero ir a la cárcel._ respondió de igual forma pero con sus ojos abiertos de la impresión.
-Ir a la cárcel por una noche está en la lista de deseos de todas la personas, arriésgate West. No te quedes con las ganas de saber que sucederá._ intenté convencerla subiéndome a la parte trasera del carrito.
-Si me muero te juro que no te dejaré vivir en paz. _aceptó y por poco empiezo a celebrar.
-A la una... Dos... ¡tres!
Jade de una salto se sentó en el carrito y yo empecé a conducirlo colina abajo.
-¡¿SABES MANEJAR?!_ gritó mientras esquivaba un hidrante.
-¡NO!
-¡¿VAMOS A MORIR?!_ preguntó pero sonó como afirmación.
-¡PROBABLEMENTE!
Obviamente no merecíamos morir por un carrito de supermercado, así que intenté mantener el control y maravillosamente salió perfecto. Cuando la colina se acababa, logré ver una especie de barranco y nos llevé allí para explorar.
-¿Conoces este lugar?_ Jade se bajó del carrito y giró a verme.
-Me pareció interesante venir.
-¿Te parecen interesantes los barrancos?_ levantó una ceja y yo reí.
-Me parece interesante la vista que tienen._ señalé a mi alrededor donde solo habían montañas brillando gracias a la luz del sol que todavía no decidía esconderse.
-Me gusta como ves lo que otros no.
-A pesar de que Disney me decepcionó con que los animalitos del bosque vendrían a limpiar mi casa si cantaba..._ Jade se echó a reír por mi comentario y yo no pude evitar unirme. -Como te decía. Disney me enseñó que tienes que ver más allá de tu nariz... Siempre lo tengo presente.
-¿Cómo lo haces?_ pregunto y yo levanté mi típica ceja.
-¿Cómo hago que?
-Eso. Ver más allá de tu nariz.
-No sabría como responderte, solo sé que cuando lo descubres no podes parar de hacerlo.
-Me encanta tu mente, Roberts._ susurró.
"A mi me encantas tú"
Quise contestar pero decidí guárdemelo. Me limité a sonreírle y llevarla hasta el limite.
-Ahora tú vas a aprender, West. Cierra tus ojos.
Jade hizo lo pedido esperando a que yo hablara. Me quedé unos segundos admirándola, efectivamente ella es una diosa que descendió del Olimpo para volverme loca.
-Ahora quiero que pienses en tus cosas favoritas, piensa en un mundo donde no haya maltrato, discriminación... Piensa en el mundo perfecto._ susurré en su oído escuchando como un suspiro escapaba de sus labios. -Ahora abre los ojos y mira al frente... Todo lo que pensaste puede volverse realidad, porque estás viendo más allá de tu nariz.
Jade abrió los ojos y sonrió. Volví a mirarla como una estúpida sin preocuparme de que ella también me estaba mirando a mi.
Me niego a admitir que me gusta, que me encanta... Que me vuelve loca.
-Estoy segura que si yo no hago esto, tu no lo harás.
Jadelyn West me estampó un beso en la boca, el contacto duró unos segundos y cuando nos separamos el brillo de sus ojos zafiros me incitó a dejarla sin respiración. Mi mano derecha fue a su mejilla la cual acaricié antes de atraerla hasta mi, sus manos acariciaron mis brazos y allí lo supe...
Supe que a pesar de que yo había dado muchos besos, siempre me hizo falta algo mas. Jade era lo que me faltaba.
Nuestras lenguas se acariciaron y allí el beso empezó un nuevo nivel. Mis manos bajaron hasta su cintura y las suyas se enredaron en mi cabello, nuestras lenguas exploraron lugares desconocidos y sin importarnos que el oxígeno era sumamente necesario para vivir, nos seguimos besando.
Cuando lastimosamente nos separamos, respiré profundo y me atreví a verla a los ojos. El mar azul estaba brillando, sus labios estaban rojos e hinchados y pensar que fui yo la que provocó eso me aceleró el corazón de una manera impensable.
Mi mayor problema comenzó cuando supe que estaba loca por Jade West.
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Problem(jori)(Adaptación)
AventuraVictoria vega. Es una chica de 17 años que tiene todo lo que cualquiera podría pedir en su vida. Sin embargo, ella prefiere la vida loca y eso es una abominación para sus padres y reputación. Esa es la razón por la que deciden enviar a su hija junto...