03:33 AM [RussDoc]

necesidad.

"¿Entenderías esto? Si me vieras ahora ¿Pensarías que me veo lindo aún llorando?", Piensa, y sorbe asquerosamente los mocos que se escurren de su roja nariz. Su contrario extiende la mano ofreciendo un cigarrillo, lo rechaza. La tensión es tanta que podría cortarse con unas tijeras. Siente esa pesada mirada sin vida sobre su nuca, y el silencio de la única persona que parecía entender lo que pasaba lo mataba lentamente.

— Es difícil— suelta de la nada—. No me escudare diciendo que— pausa y tira una línea fina de humo de su boca—, bueno, ya sabrás tú.

— ¿Qué sientes tú?
La pregunta se quedó suspendiendo en el aire un rato, hasta que simplemente dejo de sonar. El único ruido eran las olas chocando contra la basura pintada de color rosa y la madera mohosa y húmeda que a duras penas mantenía encendida la fogata entre ellos dos. Ya no importaría ahora sí el robot detrás de ellos dos le disparara en este momento, se creía satisfecho de lo que había vivido, lo que había hablado, lo que había sentido. Pero, sabía que no lo haría, Murdoc lo necesitaba, puedes reemplazar todo de una banda, pero jamás, la voz.

— Supongo que te amo, Stuart.

[...]

Se sentían estúpidos, en ese momento solo podían sentarse a esperar que el tiempo pasará hasta la hora de ir a dormir. La televisión, los sillones, las puertas y las ventanas, todo se sentía extraño en ese momento. No se sentían en confianza para decir algo y romper el hielo.

Probablemente exageraban un poco toda la cuestión. Probablemente debían aceptar que cayeron en la trampa de aquel tipo que no parecía ser más inteligente que una ardilla.
— Yo...
— No, no tienes que decir nada.
— 'D— después de largas horas se miraron y podían sentir el pesar del otro. Dos lágrimas gordas rodaron por sus mejillas, dejando un húmedo rastro de sincero arrepentimiento a su paso.2D se acercó a su compañero y lo envolvió en un abrazo. Claro que era difícil. Más allá de lo que pasará o no con aquel tipo de piel verduzca, entendía que muchas cosas habían cambiado a lo largo del tiempo. Era difícil para él, un tipo a quien todes buscaban por consuelo, un abrazo, unas palabras cálidas, un apretón de manos, siempre rudo, siempre fuerte, con semblante serio y que parecía que a la mínima provocación podía partirte en dos. No entendía su dolor, y apostaba que era difícil, fue difícil. En ese momento, podía entender algo. Ni Russel, ni él, necesitaban de ese tipo.