Capitulo 9

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En la casa, seguía la rutina. Llegue, estaba Al, los chicos dormian y en la escuela. Al preparó el almuerzo, pero esta vez me lo lleve, doble y al cuarto de arriba, donde comimos Nick y yo. Ya estaba cambiada, y las cosas del colegio a un lado, cuando el salió del baño. Le había prestado una camisa blanca lisa, esa de tipo unisex, que le quedaba un poco ajustada.
Almorzamos en silencio, el estaba muy serio, y me daba intriga, pero sabía que no era una buena idea molestarlo. No llegue a ofrecerle cuando se quedó dormido en mi cama. Parecía un modelo de arte, daban ganas de dibujarlo. Siempre supe cuando algo valía la pena plasmarlo, pero preferí guardarlo en mi mente y mis recuerdos. En contra de todo, incluso mis pensamientos me acosté junto a él. No me dormi inmediatamente, me quedé observandolo, las curvas relajadas de su cara, sus pestañas, tan curvas, que las envidiaba. Se lo veía como un niño, descansando, después de haber jugado un largo día. El había pasado por un largo día, pero no uno muy feliz.
La camisa se le había desabotonado, y le quedaba ajustada. Era musculoso, idea que no había reconocido antes. Era hermoso, no de esa belleza que incandila, y embobado a todas las que pasan a su alrededor sino una tímida, que pocos la reconocen. Lo entendía, eso creo, que yo sepa no muchas chicas le prestaban atención, porque tenía esa adorable fama de lector. Una fama que a mi me hubiera vuelto loca si no fuera mi amigo.
Tal como los estereotipos y las apariencias que la gente crea sin conocer a quienes se lo otorgan o los que se esfuerzan en aplicarse a ellos, arruinan a la gente. Eso creo yo, odio esas etiquetas, por llamarlas de algún modo.
Tenía que prácticamente atar mis dedos para no pasarlos por el, suena exagerado no, pero simplemente me acomode en su brazo y me dormí. Lo último que recuerdo es que el me estaba abrazando.

Falling in love with my missionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora