Capitulo 8

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6 horas de clase superadas.
A la salida de la última clase, ignore a mis amigas, estaba confundida, frustrada, no me comprendía a mi misma. Una parte de mi decia, inténtalo, vamos, dale una oportunidad al pobre idiota. Pero la otra, era razonable, no, decia, esquivalo, olvidalo, te mereces algo mejor, no puedes enamorarte, cliché, gritaba, cliché. La palabra justa, estaba aturdida. El problema no eran esos pensamientos, sino, no saber a cuál obedecer,no podía existir un punto medio? No todo es blanco y negro, existe el gris. Pero en mi mente, no era asi.
Fui directamente a la parada del colectivo, aunque me demore diciéndole a las chicas que tenía que volver rápido por ciertos motivos inventados en el momento. Improvisación, mentiras, todo esto era nuevo para mi. Era de las personas o que hablaba con la verdad, o su gran mayoría, o callaba, lo que pocas veces hacia. Con el tiempo había aprendido tambien a hablar sin decir nada, preferí esa opción en esta ocasión. Las mentiras tienen patas cortas, decia mi abuela. A ella la conoci muy poco, de chica, su nombre era Yslen, lo recuerdo por el simple echo de que es un nombre encantador, y lo encontré en una de mis lecturas.
Yslen era una valiente guerrera, mujer soltera, asi se la llamaría hoy. Más que guerrera, pirata. Vivía en el mar. Literalmente. Era su amor, su pasión, una historia triste. Mostraba como, uno puede dar la vida por otros. En un ataque a su barco, que llevaba su nombre, ella defendió, y dio su vida, por éste y por su tripulación, era lo que los atacantes pedían. Ya que ella, era una amenaza. No recuerdo bien los motivos. Pero esta historia, forjó que creará una imagen de mi abuela, como la de una noble y valiente persona. Lo mismo haré, me prometí, si conozco a alguien que porte este mismo nombre.

En esa historia pensaba mientras esperaba en la parada del colectivo a Nick. Lucía cansado cuando llegó, pero lo disfrazó con una tierna sonrisa. Lo conozco lo suficiente para saber que algo había ocurrido, no lo interrogue, sabía que tarde o temprano hablaría. Pero al ver que no fue asi, rompí el hielo y comencé a contarle de mi día.
Le hablé de Bryan, de como lo conocí, todo lo que sabía de el, cómo me había llamado linda en el recreo y especialmente sobre el dibujo que hizo de mi. En ese momento sabia que estaba sonrojada, y no hice nada por ocultarlo, total estaba hablando con mi mejor amigo, con Clo. Esa sensación de inseguridad, desapareció cuando, estábamos caminando hacia mi casa, giro para mirarme de frente, mientras me tomaba por los hombros y se quedó ahí, fijo, mirándome. No entendía que quería.
Entonces habló.
—Enserio Eliza? Te estas enamorando de un idiota como el? Como todos los demás, como los que críticas siempre que salen con tus amigas? Es igual. No puedo creer que estés cayendo, sabía que tarde o temprano pasaría, pero no ahora. No lo sé, creí que entonces lo vería venir. Pero vos? A ver, mencionarse unas cuantas veces que pensabas que si hubiera algo entre ustedes sería cliché, si eso, asi es como se ve. No, no aún no lo entiendo, y no termine, asi que no me interrumpas. Estas cayendo bajo El, bastante bajo. Abrí los ojos.
—Wow, sonaba alterado, enojado, y sabía que intentaba recobrar su compostura, pero no le di tiempo a ello, lo interrumpi, tal como el, seguramente, esperaba que hiciera.—Que? Enserio Nicolás ? No me apoyas en esta? Que mierda te pasa? Te vi hoy, esa cara no era la de siempre, algo ocurre y esta vez no soy yo la que lo oculta. Te cuento todo, cada una de las cosas que pasan en mi día, y vos sólo o no decis nada, o explotas como hoy. Por que? Sabes que podes contarme lo que sea, o acaso no confías más en mi?—El suspiró y respondió—no, no es eso, simplemente, son muchas cosas, y, lo siento, perdona—dijo mientras me daba un abrazo, el cual inmediatamente rechace— entonces habla, contame. — Y asi lo hizo, resulta que sus padres discutían todas las noches, y especialmente anoche, su padre se emborracho y asi recibió un golpe. Su madre se fue. No durmió bien. Eso era sólo el comienzo. Se quedó dormido en clase, por lo que fue a tutoría. El es malo mintiendo entonces la profesora a cargo noto que lo intentaba, que ocultaba la cruda verdad y llamó a la casa, a pesar de las insistencias del joven de no hacerlo. No quería saber las consecuencias que lo esperaban en la casa. En la llamada su madre, quien había atendido, sorprendida, explicó que se había quedado viendo unas películas con su padre la noche anterior, otra mentira.
Cuando término de hablar habíamos avanzado bastante, ya casi llegábamos, y lo invite a pasar la tarde en la gran mansión, tal como el, y muchos otros la llamaban. Más que invitarlo, lo obligue a hacerlo.

Falling in love with my missionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora