Capitulo 2

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Vivo en el barrio Monte del Rey, no es cerrado, privado ni nada por el estilo, solamente se" inspiraron" con el nombre. Esta formado principalmente por casas lujosas, del tipo que destacan dinero, y se nota en cada detalle, que incluso casi se puede oler. Obviamente eso es invención mía, no se si realmente todos lo sienten, nunca me atreví a preguntar tampoco.
Pero mi casa no es de esas, aunque no voy a negar que es grande y que tenemos dinero. Correcion, mi padre tiene dinero. La casa queda en el límite del barrio, una cuadra más abajo empiezan a formarse los barrios de gente carenciada.
La casa tiene dos pisos, una entrada con seguridad, reflectores y demás. No era nuestra, hasta que falleció mi abuelo materno. Ahora la mansión por asi llamarla, esta a nombre de mi padre, pero la verdadera heredera, soy yo. Años atrás, se trataba de una finca, una granja, mis abuelos y sus predecesores eran gente de campo, pero poco a poco se fue renovado y asi quedó.

Llegamos a la entrada, donde saludé a Ricky, quien doy por echo que se llama Ricardo, pero nunca lo llamé asi, nunca desde que tengo memoria. El trabajó. para nosotros durante mucho tiempo, si mal no recuerdo, desde que somos propietarios. Es un hombre de aproximadamente unos 35 años, según dicen, era compañero de la secundaria de mi padre.
En la gran entrada, si gran, tiene dos amplias y altas puertas, me despedí de Clo, Nicolás. Todos le dicen Nick, pero empecé a llamarlo asi ya que la primera vez que hablamos, se presentó equivocadamente como Niclolas.

Subí directamente a mi cuarto, que estaba en el segundo piso a la derecha, ocupaba un pequeño espacio, considerando el tamaño de la casa, pero no me molesta, me gusta asi como es. Las paredes son lilas, el techo blanco. Tengo poca decoracion, no es mi fuerte. Poseo mi escritorio con la lámpara, la cama, la mesa de luz, y una estantería. Lo que favorece es el hecho de tener un placard embutido, de esos que están dentro de la pared, para no ocupar espacio en la pequeña habitación.
Después de dejar la mochila a un lado y cambiarme el uniforme, volví abajo por algo de comer.

En la cocina, que tengo que admitir que quien la decoró tuvo un buen gusto, encontré a Alicia. La mujer de mi padre, en sí, mi madrastra. La madre de los 2 unicos chicos que le daban alegría y vida a esta casa. Rocío, de 8 años y Julián de 3, son mis hermanastros.
Rocío, según Alicia me contó estaba en el colegio, por lo visto de turno tarde, y Julián estaba en el playroom, donde se quedó dormido después de jugar con Dobbie, su peluche favorito. De todo esto me enteré en un momento rápido, ya que Al tiene esa capacidad, que considero un don, de poder expresarse en corto tiempo y de una manera muy eficaz. Intente muchísimas veces imitarla, pero no pude, no se entendia lo que quería transmitir. Para el momento en que terminó de hablar, me había servido el almuerzo, era una mujer fantástica, pensé. Me agrada Al, es como una amiga, se esfuerza demasiado en ser como mi madre, pero eso es lo que me molesta. Para mi siempre estará en segundo lugar, lo que no entiende, pero me gusta ver que le importo lo suficiente como para seguir intentándolo.

Para cuando volví a mi cuarto, tenía sueño, pero sabía que debía hacer la composición para la profesora Alonso, de Prácticas del Lenguaje, que para ser honesta tenía cara de topo, y no era la única que lo pensaba.
Asi que tomé la mochila, puse música desde el celular y me senté en la silla junto al escritorio, y busque lo poco que ya había escrito. Setecientas palabras pensé, empecé a contar cuantas llevaba y en eso, me quedé dormida mientras sonaba "Lost Stars - Adam Levine".

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Holaa, como están? Por un lado quería agradecerles a todos por estar leyendo esta novela, espero que les este gustando! No olviden votar y comentar, me encantaría saber que piensan y que le podría mejorar y así, ya que es mi primer historia
Besos
Euge

Falling in love with my missionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora