Fiestas para compartir

6 1 0
                                    

Llorar, eso fue lo que hice, durante muchas horas al día, ni mi mamá creía en mi. Noche buena, Navidad, las fiestas para pasar en familia, era el primer año sin mi papá, mis hermanos y hermana, quería estar con mi mamá pero ella no quería estar conmigo. Ese había sido mi regalo, sin familia, sin amistades y sin perro. Feliz navidad para todos menos para mí.

Mi cena navideña fue un un sandwich de jamón con un vaso de agua. Las demas comidas eran pan y agua, a solicitud de mi mamá.

Los días pasaban tan lentamente, sin hablar con nadie, mi celda era iluminada en el día por una pequeña ventana en lo alto de la pared y en la noche por un foco, que no alumbraba casi nada.

Sentía en mi pecho como si alguien estuviera apretando mi corazón, estaba muy triste. Los días pasaban lentamente y el policía me maltrataba verbalmente y luego se reía de mi.

Tras varios días ahí, solo deduje que era 31 porque se escuchaban algunos juegos pirotécnicos a lo lejos. Esperaba salir pronto de la prisión. Quería buscar a Doggy. Recibí el año nuevo ahí, solo observa el reflejo de las luces que las personas lanzaban.

El día uno de enero el policía me despertó, mi mamá había mandado a algún empleado a cancelar su deuda y le dijo que yo debería caminar porque si había caminado hasta allí, podía hacerlo de regreso.

Año nuevo, y nada cambió. Cuando iba caminando recordé el lugar donde conocí a Doggy así que me desvíe y fui a ese lugar, porque las personas son tan crueles con los animales. Ahí estaba lo que quedaba de el, lo habían matado lo dejaron atado ahí, no supe deducir si habría sido atacado por otro animal, o había sufrido una muerte lenta por no comer y sufrir las inclemencias del clima.

A como pude tome el collar y seguí mi camino, ya no quedaba nada que me hiciera feliz.

Caminé sin sentido, cruce las calles sin fijarme si venían automóviles, quería morirme, pero no me pasó nada porque dos muchachas me detuvieron, me sujetaron de las manos y me llevaron a su casa, hablaban mucho entre ellas, no les prestaba atención, y me abrazaron, sentir ese abrazo me hizo llorar demasiado, no sé de dónde produzco tantas lágrimas, cuando reaccione y me vi frente a dos extrañas intenté romper el abrazo pero no me dejaron.

Cuando ya estaba más tranquila, ellas me soltaron y me pidieron que confiara en ellas, se presentaron y me dijeron que eran hermanas, que no me juzgarian pero que no intentará hacer lo que había pensado hacer minutos atrás. Yo les dije que no sabía en qué estaba pensando y les agradecí por haberme salvado.

Eran personas de buen corazón, no me preguntaron mi nombre y yo creí que era lo mejor o les podría traer problemas. Luego de un rato en silencio se ofrecieron a llevarme pero les dije que no. Me invitaron a pasar a su casa cuando quisiera.

Después de varios minutos de caminar llegue al departamento, mi mamá no estaba, fui directo al baño, a darme una ducha, no se como las hermanas pudieron darme un abrazo, mi aroma no era el más agradable despues de varios días en prisión y de estar junto a los restos de Doggy.

Cuando salí del baño, fui directamente a la cocina, tenía mucha hambre, comí sobras de comida rápida que habían en el refrigerador y me fui a dormir, le pedí a Dios que me llevara con Él. Pero desperté al día siguiente, así que le agradecí por un nuevo día y le pedí que me protegiera de las personas malas.

¡Espero que todo Mejore!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora