¡Espero que todo Mejore!

Un robo

Las hermanas se hicieron mis amigas, no pasaba todos los días a saludar, porque pensaba que me seguían igual que cuando me confíe y descubrieron a Doggy.

En el colegio trataba de prestar atención para poder obtener buenas notas en las evaluaciones, porque en las tareas no obtenía calificaciones, porque siempre me las destruían.

Un día que pase a casa de las hermanas, escuché que ella quería un mejor trabajo, pero por falta de dinero, no tenía la posibilidad de obtener su título en medicina y por lo tanto un buen empleo.

Estaba ahorrando, pero siempre le tocaba agarrar dinero y no lograba ajustar la cantidad.

Solo pensé que a las personas buenas siempre les pasan cosas malas

Un día que mi mamá se fue a la ducha revise su cartera y le quité mucho dinero, era para una buena causa.

La tesis ya estaba aprobada, solo faltaba hacer el pago, lo realice y quedó en espera que le notificaran cuándo sería su acto de graduación.
Estaba feliz de poder ayudarles.

Pero para poder obtener los papeles y realizar los pagos tuve que entrar a la casa de ellas sin permiso. Entonces mi acción sería considerada mala.

El día que entre nuevamente sin permiso para dejar los papeles en su lugar, me descubrió Cristina. Fui juzgada al momento porque a ella se le habían perdido sus ahorros y el hecho de que yo hubiera entrado sin permiso me hacía ver culpable.

No dudó en decir lo que pensaba, en lo decepcionada que estaba de mi, en como les podía haber hecho eso, si me habían dado su confianza, yo le decía que no había agarrado su dinero, pero entonces dijo, contéstame con la verdad solo di sí o no a mi pregunta, ¿has robado alguna vez? Y mi respuesta sería sí, porque le había robado a mi mamá. Nunca antes lo había hecho pero debía de ser sincera y respondí si!

No me dejó hablar más y contarle que a quien le había robado no era a ella.
Me empezó a empujar y me decía que me fuera de su casa, yo solo quería decirle lo que había hecho, pero ella no me dejaba hablar, entonces dijo: No quiero que en tu vida me vuelvas a dirigir la palabra, solo promete que no nos volverás a buscar, no nos volverás a hablar en tu vida y si es posible no nos veas, solo cumple eso y no llamaré a la policía.

Yo no quería ir a la cárcel otra vez. Así que lo prometí. Entonces me saco a empujones de su casa y el último empujón lo hizo con todas sus fuerzas, me caí y me quedé ahí en el suelo, me quería levantar, pero no podía, ella solo me vio por última vez y dijo: ¡VETE DE AQUÍ!.

Cuando me levante me dolía todo el cuerpo y me sentía mareada, caminé solo un poco y empecé a sentir un líquido caliente en mi espalda, no podía tener tan mala suerte, estaba herida otra vez.

Intenté seguir caminando, pero sentía que en cada paso flotaba, y luego solo vi blanco, muy blanco.

Cuando abrí los ojos estaba en una pequeña habitación, no parecía mi habitación y tampoco la de un hospital, pero había una enfermera. Yo quería moverme pero mis movimientos eran torpes intenté mover mi mano y con mi pierna tire una bandeja con cosas.

Intentaba mover una parte de mi cuerpo y se movía otra, me consideraron una paciente mal portada, y entonces me ataron a la cama, les quería decir lo que me ocurría pero no podía hablar bien. No sabía lo que me pasaba y solo empecé a llorar. Eso siempre lo hacía bien.

Observé cuando me inyectaron y luego mis párpados se pusieron muy pesados, me estaba durmiendo pero escuchaba lo que hablaban.

Mi mamá no me había llegado a ver, pero ella había pedido esa habitación para mí, también escuché que me había golpeado la cabeza y por eso estaba asi, sin coordinar mis funciones motoras.

Cuando escuché eso, empecé a sentir un dolor muy fuerte en mi cabeza, quería abrir los ojos, gritar y poder moverme pero no podía. Las máquinas empezaron a sonar con un pitido muy fuerte y luego todo se tornó negro.

Cuando desperté mi pregunta era cuanto tiempo llevaba en el "hospital" pero un día llegó Cristina, ella estaba trabajando ya como Doctora, eso hizo que me alegrará por un momento. Ella solo estaba cubriendo a la doctora que me atendía. Cuando me vio su rostro cambio y yo recordé sus palabras no verla ni hablarle nunca, ella me preguntaba cómo me sentía pero yo cerré los ojos y no conteste, yo estaba llorando mucho porque recordaba ese momento en que desconfío de mi, Cristina se enojo mucho, su voz sonaba con enojo y dijo que estaba ahí como doctora y que debía de responderle, recibió una llamada, era de Cecilia su hermana, logre escuchar que ya había averiguado quien había hecho los trámites, escuché que empezó a sollozar y luego salió de la habitación.

Ese día en la tarde mi mamá llegó a visitarme y cuando ella entró observé a Cristina de lejos, ella intento entrar pero no la dejaron por no ser la doctora titular.

Mi mamá estaba enojada como siempre, porque le habían contado que había hecho llorar a una doctora. Estaba a punto de darme un golpe en el rostro cuando entró la doctora Marian y le dijo que aún debía de tener cuidados, mi mamá le respondió yo no debo de tener cuidado con ella, porque es una ladrona. Me robo dinero y no sé que lo hizo. Cristina aún logro escuchar eso antes de que cerraran la puerta.

Yo me sentí feliz por ella y su hermana, ahora estarían mejor, ya no sufrirían por problemas económicos y tendrían una vida estable.

Yo seguiría igual, pero me quedaba esa satisfacción, los castigos siempre serían igual, aunque no hubiera robado.

Mi mamá me quería pegar, pero la doctora no salía de la habitación, le pidió que mis manos y pies fueran atados a la cama, luego le dijo que quería privacidad yo sabía lo que me esperaba. Mi mente se preparaba para no sentir tanto dolor pero sus golpes esta vez no fueron físicos, solo me dijo que me dejaría ahí, porque ya había hecho un trato con las personas del hospital, que con una sola queja que alguien pusiera sobre mi, me trasladarían a un hospital psiquiátrico. Pero si le decía que había hecho el dinero todo podía cambiar, yo sabía que si le decía la verdad, mi castigo sería el mismo. No le contesté nada, pero mis lágrimas salían y yo intentaba contenerlas.

La doctora que estaba a mi cuidado se portaba mal conmigo, porque mi mamá se lo pidió, yo solo debía soportar pero no sabía si resistiría tanto tiempo.

Cristina ya no regreso, pensaba que mi mamá había descubierto todo y que les había hecho lo mismo que a las otras personas allegadas a mi.