PNAU! Dime lo que tienes

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El timbre sonó, los estudiantes salían de sus aulas después de un agotador día en la preparatoria. Solo faltaba unas cuantas semanas para que este semestre llegara a su fin. Estudiantes seguirán aquí y otros se van a las universidades.

Llevé la agarradera de la mochila a mi hombro y me dispuse a marchar como los demás, estaba muy contento porque hoy saldría con Hipo a comer pizza en un local cerca de la escuela. Sentí como las glándulas suprarrenales se activaban haciendo que aquellas típicas mariposas volaran en mi estómago a cada paso que daba, el cosquilleó aumentaba cuando más me acercaba al lugar de reunión. Creo haber sentido mis mejillas encenderse pero, eso debía ser ridículo, siempre me pongo así.

Llegué a la entrada de la preparatoria, no vi a Hipo por ningún lado así que supuse que aun no había salido; y fui a la primera banca sola que vi para esperarlo. Y mientras lo hacía saqué una hoja donde tenía las tareas, intenté memorizarlas para que cuando llegue a casa las haré inmediatamente.

- ¿Qué es?- preguntó, luego me rodeó con sus brazos y volví a sentir mariposas de nuevo volando.

- Son las tareas para esta semana, solo daba una leída para organizar el orden en que las haré.

- Si tienes duda en alguna puedes pedirme ayuda- dijo tras darme un beso en la cabeza-....¿ Ya estás viendo estadística?

- Este año lo implementaron al programa de estudio del cuarto semestre. Por cierto, ¿Ya te decidiste a qué universidad ir?

Él silenció, pude ver en su rostro que aun no lo había decidido, solté un suspiro, era la misma expresión. Hace tiempo que hemos discutido ello y parece no caberle en la cabeza lo importante que es esta etapa de la vida, conociéndolo es probable que no quiera entrar a una.

- Aun no lo sé- solo dijo y después me despeino la cabellera.- Vamos, hay que aprovechar el tiempo.


Hace menos de dos semanas Hipo me confesó que me ama, sin embargo, fui un idiota y como no sabía que decir, solo le dije ''yo también''. Y después de ello, creí que en verdad lo amaba pero, no siento aun la disposición o no me siento del todo enamorado. No llevamos ni siquiera seis meses y ya estamos con esto, mas no quiero herirlo, y detesto esto porque siento que le miento cada vez que le digo que lo amo.


Me acompañó a casa como suele hacerlo, mi padre nos recibió y luego nos dejó solos en la sala. Hipo tenía un aire a estar cansado, cerró los ojos y no dijo absolutamente nada.

- ¿Estás cansado?

- Si, tengo mucho sueño por alguna razón- me dijo.

- Puede que haya sido porque hoy hizo mucho calor y estuvimos caminando desde la parada hasta la casa.

- Es probable.

Comenzó a timbrar el celular de Hipo, debía ser uno de sus padres, me entristecí puesto que sabía que él debía irse; empezaba a oscurecer así que tenía lógica ello pero, es inevitable desear que el tiempo se detenga.

- Sí.- contestó él mientras escuchaba aquello que le decían por el teléfono y asintió otras veces más a lo largo de la llamada. Después de colgar se quedó viendo al vacío- No me quiero ir.

- ¿Quieres quedarte en una pijamada?- sugerí en broma.

- Sabes que no me dejaría, me lo negarían sin siquiera gesticular la pregunta. No me quiero ir- repitió, luego dirigió sus ojos a los míos, en ellos veía su cansancio. Me dio un beso muy dulce antes de volver a cerrar los ojos y apoyar su cabeza en la mía.

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