Aquí, sobre tu pecho,
tengo miedo de todo;
Estréchame en tus brazos como una golondrina,
Y dime la palabra, la palabra divina
Que encuentre en mis oídos dulcísimo acomodo.Háblame amor, arrúlame,
dame el mejor apodo,
Besa mis pobres manos, acaricia la fina
Mata de mis cabellos. y olvidaré. mezquina,
Que soy. oh cielo eterno,
sólo un poco de lodo.¡Es tan mala la vida!
¡Andan sueltas las fieras!...
Oh. no he tenido nunca las bellas primaveras
Que tienen las mujeres cuando todo lo ignoran.En tus brazos, amado. quiero
soñar en ellos,
Mientras tus manos blancas suavizan mis cabellos,
Mientras mis labios besan, mientras mis ojos lloran.
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Mis propias poesías
PoesíaLa poesía no es de quien la escribe, sino del que la necesita.