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Entro a los aposentos con una sonrisa fingida, al ver a su majestad se acerco haciendo una reverencia pero se mantuvo a una distancia razonable de él, en cambio Süleyman se acerco a ella y la abrazo, después le entrego una carta en sus manos, ella leyó la carta y sonrió era un hermoso poema para ella y al final de este ponía las palabras "Mi amada sultana, mi esposa, mi Hürrem" ella lo miro con una sonrisa un poco apagada "que es esto Süleyman" pregunto aunque para sus adentros sabia la respuesta, seguramente sería su despedida, en cambio miro que la sonrisa de él estaba más pronunciada que antes.

La tomo de los hombros y la miro fijamente "es mi promesa" ella lo miro ahora confundida "A partir de mañana serás una mujer libre y una sultana, a partir de mañana dejaras de ser una de mis concubinas" la presión en su pecho aumento y sintió como si una daga atravesara su corazón, él la miro de nuevo y le sonrió "eres la mujer a la que amo más que a nada, la luz de mi vida, cada que te veo mi corazón se inunda de paz y el mundo recupera el color, Allah te trajo hacia mí por una razón, a partir de mañana dejaras de ser una de mis concubinas por que en una semana serás mi esposa legal, la mujer a la que amare siempre y estará en cada paso que de" comento y vio como la luz de los ojos de Hürrem volvió, una vez más podía ver las estrellas en sus ojos y el brillo de su amor volvió y con más intensidad, ella lo abrazo fuertemente y en sus adentros agradeció a Allah por lo que estaba sucediendo, su majestad no la abandonaría como ella creía.

Cuando volvió a sus aposentos suspiro tranquila, Kösem la observaba desde el sofá, miro a Nurhan y le pidió que tomara al bebe y lo llevara a su cama, miro a Hürrem esperando que le contara, "Su majestad me dijo que de ahora en mas dejare de ser una de sus concubinas por que ha decidido casarse conmigo" comento con una gran sonrisa y un hermoso brillo en su mirada. Kösem sonrió ampliamente y la abrazo fuerte, "Lo sabia el no te dejaría tan fácilmente después de todo lo que han pasado".

Mientras que en los aposentos de la madre sultana ella estaba dando vueltas por toda la habitación sin saber qué hacer, estaba enfadada por la precipitada acción de su hijo y no quería que esa boda se llevará a cabo, pero tampoco podía hacer nada, estaba atada de manos en este momento, lo único que podía hacer era aceptar la boda y actuar después pero tendría que ser cautelosa ya que en este momento no solo tenía a Süleyman de su lado si no que ahora tenía el respaldo de otra familia real y si algo le pasaba pedirían explicaciones. Por esa misma razón advirtió a su hija Hatice y Ibrahim que no hicieran nada y que si planeaban algo se aseguraran de que todo estuviese cubierto o quienes terminarían destruidos serian ellos y más aun por qué no era solo Hürrem, también Kösem estaba con ellos y por si fuera poco la hermana mayor de Hürrem también estaba en la capital y era la embajadora directa, no dudaría en mandar una carta a su hermano y esto causaría rupturas en las relaciones políticas de estas dos dinastías, sabía que podían ganar porque eran grandes pero entonces la justicia de su hijo quedaría manchada y en lugar de verlo como alguien justo lo verían como un bárbaro igual que sus enemigos.

La semana paso rápido y los preparativos estaban listos, la ceremonia se llevo a cabo y la celebración duro quince días, todo el pueblo estaba asombrado ante tal acto, y creían que su sultán era un fiel creyente del amor. Aunque otros cuantos se dedicaban a decir que la mujer lo había embrujado aunque los rumores dejaron de crecer cuando se supo que en realidad la mujer habría sido parte de una familia real por lo que todos amaron la idea de aquel matrimonio, ahora tenían el respaldo de una gran sultana. Los hermanos de Hürrem y Kösem llegaron a la celebración durante los días que esta fue celebrada no se quedaban mucho tiempo para volver y atender los asuntos del pueblo, el primer día llego Melek con su familia, saludo a ambas hermanas con amor, su personalidad era distinta a la de su hermano Yusuf, a pesar de haber sido criados por la misma madre ni ella ni lo demás hermanos habrían estado de acuerdo con lo que sucedió, de haberlo sabido lo hubiesen evitado. Pero se morían de ganas por verla de nuevo, no se despegaba de ninguna de las dos, amaba estar con ellas. Al día siguiente de ella llego su hermano Mahmud uno de los más jóvenes teniendo apenas 16 años ya era un gobernador apropiado y había logrado ayudar bien a su hermano.

Hürrem & Kösem: Sultanas de un imperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora