Hürrem & Kösem: Sultanas de un imperio

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Al darse cuenta de lo que estaba pasando ella lo empujo con sus manos y volvió a su habitación sin decir nada. El sonrió y salió de la terraza pidiendo que recogieran las cosas. Durante una semana dejaron de verse, Rüstem pensó que tal vez no habría jamás tal oportunidad así que estaba decidido a disculparse, camino por los pasillos y le envió una carta, para que se vieran en el jardín privado, ella llego y dejo a sus criadas atrás, apenas lo miro estaba un poco confundida. "lo lamento sultana, malinterprete las cosas" la miro esperando una respuesta, ella lo miro con una expresión de confusión en su rostro, "Parte de la culpa fue mía, yo impulse a esto. Rüstem cuáles son sus intenciones" pregunto con el ceño fruncido. "Sultana hace tiempo que... ciento algo que no debería y eso me carcome por dentro, al principio me guarde todo porque no había forma de que esto sucediese, pero creí tener una oportunidad cuando usted y su majestad se separaron. De verdad discúlpeme solo quería hacerla feliz y que dejara de llorar por las noches" bajo la mirada y espero la respuesta de la sultana.

"Rüstem, yo... no puedo fingir que no sentí nada, pero una relación así no podría funcionar jamás, legalmente sigo siendo la esposa de su majestad y aunque me cuesta aceptarlo él aun sigue clavado en mi corazón" comento con la mirada baja y tristeza en su rostro. "Sultana yo se que será difícil de superar el amor que se tuvieron alguna vez pero tal vez yo podría ayudarla a ser feliz de nuevo, a mi no me importaría que fuese una relación escondida si tan solo tuviera la oportunidad de estar a su lado" comento mientras la miraba y beso su mano. "Qué clase de relación seria, estoy casada y aunque eso no importase no podría darte una familia, ni decir en público que somos algo, incluso si eso sucediese yo no podría tener... contacto intimo con usted" comento con inseguridad en la voz. "Sultana yo no necesito una familia, tampoco reconocimiento de nadie más que el suyo y me conformaría con un simple beso sincero de sus labios y un simple abrazo cálido, si me diese la oportunidad de hacerla reír de nuevo seria el hombre más feliz y sobre lo demás solo el tiempo sabe lo que pasara, si han de decapitarme algún día que sea porque la hice feliz y le di mi lealtad entera a usted" El sonrió sinceramente y la miro a los ojos. Ella soltó una pequeña lágrima, había pasado ya mucho tiempo desde la última vez que su corazón había escuchado palabras tan sinceras.

Ella tomo su mano y asintió sin decir mucho "entonces veremos que depara el destino" comento feliz, la mirada de él brillaba, tenía la oportunidad que había deseado. Después de aquello comían juntos más seguido en compañía de la pequeña Defne, en otras ocasiones llevaba a los príncipes para que vieran a su madre, Mihrimah llevaba un tiempo un tanto interesada en Rüstem pero se dio cuenta que su madre lo miraba de una manera distinta, la veía sonreír y eso le gustaba, Mehmet también se daba cuenta de ello y sonreía al saber que su madre era feliz otra vez, mientras él y Mihrimah los veían sonreírse mutuamente el susurro solo para ellos "ojala mi padre se decidiese y la dejara ser feliz" Mihrimah lo miro y le sonrió en aprobación.

Tiempo después en el cumpleaños número uno de la pequeña sultana todos fueron a visitarla, mientras comían en el jardín todos juntos veían el brillo de Hürrem ese que hacía mucho no veían, después de su comida los niños jugaban en el jardín mientras Hürrem, Kösem y Hümasah se ponían al día, aunque ella no podía comentarles lo de Rüstem. Le atribuía su brillo a su hermosa princesa. De improvisto llego el sultán a verlos, Hürrem estaba un poco seria al inicio pero después las cosas fueron cambiando, el se acerco a ella y aun veía las estrellas en sus ojos aunque ella quisiese esconderlo jamás podría pues su corazón hablaba. Pero entonces también noto que su brillo crecía y que no era por él, se portaba un poco fría y distante. En una ocasión la vio hablando con Rüstem y se puso serio al ver el brillo que crecía en ella, ese mismo brillo que noto cuando la conoció y crecía por el amor hacia él y ahora veía ese mismo brillo crecer cuando ella se acercaba a otra persona.