-E-entindo, Uchiha-sama- Intentó no tartamudear, pero, ver al pelinegro en su cocina con su camisa abierta no era bueno para la salud de nadie.
-Lamento preocuparte- Pronunció mirándola tan roja como un tomate sin entender porque. Le tomo solo un par de segundos darse cuenta como iba vestido, o mejor dicho, a medio vestir.
-Con su permiso- Dijo con una pícara sonrisa saliendo de la cocina hacia su habitación, recibiendo solo un asentamiento de cabeza por parte de la muchacha.
No pudo evitar sentirse orgulloso de la hermosa reacción que había causado en esa mujer. No había sido su intención ser visto de esa manera, pero, ahora sabía que al menos, ella lo miraba atractivo.
Sin embargo, en ese momento se sintió con una vacío en el estomago, ella solo lo miraba atractivo, nada más. Y por alguna razón, eso no le gustaba en lo absoluto, él quería más.
-"¿Qué me está pasando?"- Se recriminó mentalmente.
○○○○Por su parte, la Hyuga estaba vuelta un manojo de nervios en su habitación, completamente sonrojada y sintiendo un calor en su punto de placer.
-"Calmate Hinata"- Se regañó. ¿Como era posible que se excitara solo con un hombre sin camisa como una colegiala con las hormonas en su punto? No, ella estaba casada, no necesitaba ver a ningún otro hombre y menos al socio de su marido.
Pero no podía evitarlo. Imaginar a ese hombre, con sus pectorales aplastando sus senos sobre ella era demasiado.
Tampoco pudo pasar por alto esas marcadas entradas hacia su pelvis. No podía evitar imaginarse arrodillada frente a él descubriendo que había por ese camino hacia su parte baja.
Se desvistio rápidamente con el fin de tomar una ducha de agua fría, sin embargo, al pasar frente al espejo y mirarse desnuda, su cuerpo cambió de planes.
Se arrecosto en su enorme cama y sin esperar nada abrió sus piernas, rozando su clitoris con los dedos al mismo tiempo que con su antebrazo se aplastaba sus enormes tetas, pensando en que este sería el duro pecho del Uchiha.
Comenzó a mover dos de sus dedos en círculos por toda la empapada zona, reprimiendo sus gemidos al morder su labio.
Siguió haciéndolo más rápido, imaginando las grandes manos de Sasuke haciendo esos movimientos en su entrepierna.
Volvió a imaginar a donde llevaban esas marcadas entradas, sin poder evitar visualizar en su mente un miembro digno de semejante hombre y sin esperar más, metió dos de sus dedos en su cavidad, soltando un pequeño gemido.
Pensar en que sus dedos era el ojinegro embistiendola con ganas la volvía loca. No duro ni dos minutos cuando sintió una fuerte ola de placer.
Lo menos que se imaginaba era que un azabache sin intención alguna, había presenciado el final del acto, sonriendo victorioso para sí mismo.
○○○○-¿Ya lo encontraste?- Decía el Uchiha por teléfono.
-Sí, acabo. Al parecer fue una transferencia directa desde la empresa de los Hyuga. Pareciera una transferencia normal si no fuera porque ese monto falta en el informe- Contestaba la Uzumaki desde su computadora.
-Bien. Llama a Shikamaru, quiero que mañana esté todo el maldito día en esa empresa- Ordenó.
-Entendido- Y con esto cortó la llamada.
Con algo de sed y un poco más calmado que hace una hora, salió a la cocina, par a tomar algo de agua, pero no pudo evitar oír una conversación.
-Sí padre, mañana estaré ahí. No te preocupes-
-No creo que tarde mucho. Son montos cerrados, sin decimales, no debe ser muy difícil encontrarlo, solo tengo que revisar los diarios contables, caja chica y la bóveda-
Pasaron unos minutos para que volviera a hablar.
-¿Qué insinuas padre?- Preguntó algo preocupada.
-Él no haría algo así...- Aseguró y luego de hablar un poco más, colgó.
-Hola- Saludo el ojinegro cerca del marco de la cocina, asustando un poco a la azabache.
-Lamento asustarte- Dijo soltando una pequeña risa.
-Disculpe usted por no darme cuenta que estaba aquí- Contestó algo sonrojada -Hice un poco de café, ¿quiere?- Consulto con una cálida sonrisa.
-Por favor- Respondió sentándose en la mesa de la cocina.
-¡Bien!- Por alguna razón, Sasuke escuchó eso bastante entusiasmado solo por un simple café.
Con prisa la mujer sirvió dos tazas cargadas de café y en un plato algunos cuadros de azúcar y una cuchara.
Y con una sonrisa se sentó frente a él.
-Te ves muy feliz- Comentó mirándola de frente.
-Oh, lo siento. Es que casi siempre tomo el café sola- Dijo intentado bajar un poco su ánimo.
-No te contengas. Te ves muy hermosa cuando estás feliz- Halago intencionalmente.
No era la primera vez que ligaba con una mujer casada, sin embargo, él nunca se contenía, se les insinuaba directamente y tapujos, sin embargo, con ella no quería hacer lo mismo.
No sabía que era, pero dentro de sí mismo noto que ella era algo distinto. Era la única mujer con que se la imaginaba más allá de una buena sesión de sexo.
-G-Gracias- Contestó sonrojada, intentado pensar que para él era usual, tal vez en China todos se halagan mucho, seguramente él no era así solo con ella.
-Gracias a ti. Tu café sabe muy bien- Acto seguido guiño su ojo y poso su vista en el café, ligandola indirectamente.
-M-m-me alegra que le guste- "Hinata, controlate" se volvió a recriminar. Él solo le estaba hablando normal y ella con solo ver sus gestos se estaba mojando. ¿Qué era él? ¿La lujuria en la tierra?
-Te excito, lo sé- Comentó en un tono poco audible, mas la Hyuga escucho al menos un poco.
-¿Q-q-qué?-
-¿Que qué prefieres? ¿Tecito o café?- Sonrió para sí mismo.
-Ah, etto... café-
-¿Utakata siempre regresa tarde?- Interrogó para calmar un poco su coqueteo, debía ser un poco más discreto.
-No, bueno, sí, depende- Hizo una pausa - A veces se tarda mucho, sobre todo ahora que no calzan los números- Aseguró un poco triste.
-Lo entiendo. Por mi parte, estoy tranquilo. El señor Hiashi confía plenamente en que encontrarás el dinero faltante. Tu informe estaba excelente, eres una mujer bastante profesional- Esta vez no dijo esas palabras por coqueto, lo decía con sinceridad, pues, ella logró hacer lo que muchos no habían podido.
-Y-yo daré lo mejor de mi- Soltó sintiendo algunas mariposas en su estómago, pues, hace mucho no escuchaba esas palabras de alguien que no fuera su familia.
-Si necesitas algo, cuenta conmigo. Lo que sea...- La última frase, la dijo un poco más pausado, mirando a los grandes ojos de la muchacha enfrente.
Por su parte, volvió a sentir un hormigueo en su clitoris e intento calmarlo apretando más sus muslos y cerrar las piernas.
Tal vez llevaba demasiado tiempo sin acción y al tener a semejante hombre cerca le hacía daño.
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Apertura
FanfictionEl matrimonio de Hinata depende de un hilo, haciendo que dentro del mismo no se sienta feliz, pero todo cambiará cuando un azabache por cosas del destino cruce su camino. Personajes de Masashi Kishimoto Créditos de la portada a su autor.