⚘ Siempre habrá una segunda oportunidad para todo

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Evento Bakudeku/Katsudeku Philippines

📅 Día 3 // 20 de septiembre
🗂 Temas: Cortejo / Hojas Secas / Mini Guy
✏ Tema(s) escogido(s): Cortejo y Hojas Secas.

Extra: Aleatorio solo

Créditos al equipo de Facebook "Bakudeku Philippines" y a MandyChanAki
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El frío comenzaba a hacerse presente. La brisa ligera removía las copas de las palmeras, al igual que las cabelleras y ropas de las personas.

Katsuki, que transitaba en el largo muelle al borde de la playa, se detuvo a contemplar el atardecer; esa hermosa pintura que se encontraba en frente de sus orbes rubíes, brillando débilmente debido los últimos rayos de sol del día, pero a la vez otorgando una gama de colores muy bella mientras se desvanecía. Aún era temprano, sin embargo, presenciar semejante obra de la naturaleza se trataba de algo que cualquiera disfrutaría.

Su tranquilidad se vio pospuesta cuando una suave melodía ingresó a sus oídos, teniendo que desviar inmediatamente su vista hacia el sonido proveniente.

―Hola ―saludó con cierto ánimo el desconocido. El semblante de este mostraba pequeña aflicción, aunque mantenía una diminuta sonrisa en su rostro.

Katsuki tuvo que darse el tiempo de admirar al sujeto que se ubicaba en frente suyo. Una cabellera verdosa revuelta caía sobre la mirada del más bajo, ocultando con ligereza esas atrayentes esmeraldas con las que le observaba. Oh, y ni hablar del rostro; el cual parecía haber sido tallado por los mismos ángeles. Piel de porcelana, delicadamente bronceada; hipnotizantes constelaciones a lo largo de su nariz, mofletes y pómulos; cuyos restos acababan a unos cuantos milímetros de esos labios finos.

En ese momento, el pelirrubio creyó que la persona que estaba pronta a atender poseía mayor preciosidad que el propio paisaje que había analizado minutos atrás.

―Umm... ¿hola? ―Volvió a repetir el desconocido, meneando con timidez su mano frente a la cara del rubio cenizo. Parecía estar pegado.

―¿Ah? ―formuló el más alto, regresando a su trance, donde se percató nuevamente de la presencia del bello chico.

―¡P-Perdona! ―se disculpó el contrario―. N-No quería asustarse...

El de mechones punzantes imitó las palabras del joven en su cabeza, respondiéndole mental que, lo menos que hizo, fue atemorizarlo; al contrario, lo tenía embobado.

―Pero si no has hecho nada ―replicó el de ojos carmín―. Como sea, ¿qué te apetece ordenar?

Katsuki trabajaba en una heladería y justo esa semana le había tocado salir a vender con el carrito. Por eso se encontraba en plena zona costera paseando.

El pecoso dudó unos segundos antes de hablar.

―¿Qué me ofreces? ―interrogó el de melena verdosa.

‹‹Ahora mismo, lo que sea››, pensó el rubio cenizo.

―Tengo vainilla, chocolate, frutilla, menta con chispas de chocolate, piña, pasas al ron, pistacho y tres leches ―enumeró Katsuki. Solía molestarle realizar la acción una y otra vez, sin embargo, en aquel instante parecía tener toda la paciencia del mundo para nombrarle los sabores al chico.

―La mayoría son de crema... ―susurró el más bajo, posando sus pálidos dedos sobre su mentón, pensativo.

El pelirrubio alcanzó a escucharlo.

🌾 Nos vemos en el Equinoccio // [katsudeku] || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora