🌾 Nos vemos en el Equinoccio // [katsudeku] || TERMINADA

⚘ Arriesguémonos juntos

Evento Bakudeku/Katsudeku Philippines

📅 Día 7 // 24 de septiembre
🗂 Temas: Mariposas / Caída / Omegaverso
✏ Tema(s) escogido(s): Mariposas y Caída.

► Extra: Primavera + Otoño + Aleatorio

Créditos al equipo de Facebook "Bakudeku Philippines" y a MandyChanAki
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Katsuki tenía de miedo caer en las riendas del amor. Tenía miedo de enamorarse, sin embargo, si se ponía a pensar seriamente, ya lo había hecho de manera inconsciente.

Sí, se enamoró. Qué fastidioso sonaba cuando decía las dos últimas palabras en su cabeza. ¡Pero qué le iba a hacer! Así funcionaban los sentimientos; de forma lenta y natural.

El afortunado al que su corazón pertenecía era nada menos que a ese deslumbrante chico de pecas y melena esmeralda; Izuku Midoriya, o para él, Deku. Le jodía tanto imaginarlo, no obstante, era real; sentía cosas por el joven de orbes verdosos.

Desde la pelea que ambos tuvieron en las afueras de las habitaciones, su relación fue mejorando de manera progresiva. No eran amigos del todo, pero por lo menos ahora hablaban y convivían con total normalidad.

El problema era... ¿en qué momento Deku comenzó a parecerle atractivo? ¿En qué momento se dio cuenta de que observaba al peliverde en demasía? ¿Por qué el pecoso era malditamente cariñoso y amable con su persona? ¿Por qué Deku le hacía sentir mariposas en su interior? ¿En qué momento empezó a sentir la necesidad de estar a su lado y protegerlo? ¿Se comportaba así con el pecoso porque sabía su secreto del One for All, o era algo más? ¿Por qué tantas preguntas para una mente sin respuestas?

En definitiva, se encontraba rendido ante los pies de Izuku sin que este mismo lo supiera. El peliverde lo tenía a su merced, centrando toda su atención en él; creando una dimensión egoísta en su mente. ¿Y cómo no? Si era exótico como un diamante, simplemente no podía sacarlo de su cabeza.

Con recurrencia, el pelirrubio solía cuestionarse si el de melena esmeralda se sentía de la misma forma que él, puesto que, generalmente, el pecoso actuaba de una manera muy especial con su persona. Por supuesto, ni loco llegaría a preguntarle. Prefería ocultar sus sentimientos miles de veces antes que decirle a Deku. El problema era que aquello realmente le provocaba mucha inseguridad, sobre todo cuando se hallaba cerca del de ojos verdosos. Al no comprender qué es lo que debía realizar, existían instantes en los que metía la pata, haciendo que Izuku entendiera cosas que no eran.

Si alguien interrogaba a Katsuki, éste sólo anhelaba tomar a Izuku. Le expresaba de manera poco visible que no podía vivir sin él; era su remedio para los malestares de su pecho palpitante. ¿Tendría acaso la oportunidad de recibir una inyección que contuviera sólo del pecoso? Deseaba que éste le diera su amor, aunque ni siquiera llegara a existir.

La rutina era la misma de siempre, Bakugo hipnotizado ante los encantos del de cabellera esmeralda como si de una cobra se tratase. Y es que el de orbes verdosos era una neumonía en los pulmones del de mechones punzantes; le dificultaba su respiración cada vez que lo contemplaba. Asimismo, no iba negar que en algún momento se dedicó a admirar la figura del pecoso, la que lo adormecía debido a su verdadera obra de arte.

Había instantes en los que Katsuki creía que Deku le contralaba la mente. Él ya no podía controlar su amor; brotaba y brotaba sin parar.

Una tarde de viernes, luego de salir de la U.A, mientras los estudiantes se encaminaban a sus respectivos dormitorios, el joven de melena rubia ceniza llamó al pecoso para hablar.