GAME OVER - || mikey X Takemichi

04 || Este amor duele

¿Cuál es la forma correcta de iniciar un amor?.

“No la hay”, esta sería la respuesta del casi 80% de la población. Una pregunta curiosa. ¿Realmente hay una manera correcta de comenzar con un amor y no fallar en el intento?

Quizá la hay, pero estará escondida en lo más profundo de esta materialista humanidad o a la vista del público, pero ignorada. El amor es un sentimiento ambiguo. Fácilmente, puede ser confundida con otros tipos de sentimientos que están muy lejos de parecerse a lo que realmente significa enamorarse de alguien. Puede iniciar de la forma más fácil, en el momento que menos esperas y terminar en tragedia.

Todo empieza con un interés repentino que se tiene ante una persona, un conocido, un amigo, o al menos este es el caso de Manjiro sano. Quien sentado en su cama no puede dejar de pensar en lo cálido que se sintió ante la presencia del rubio, quien con un simple acto ha cambiado totalmente la perspectiva del líder de la tokyo manji.

Quién diría que con un simple abrazo se habría creado todo este alboroto.

Para el rubio, quien desde que conoció a Takemichi, no hacía más que comparar al menor con su hermano mayor, quien ya estaba fallecido. No lograba entender en que momento había empezado a ver a Takemichi por su personalidad y no por la similitud entre su hermano. Aquello que lo hacía único. Lo que tanto le atraía. No era de extrañarse, algún día Mikey notaría su fuerza,su valentía, su lealtad, su terquedad ante la idea de rendirse.
No era otro más, que aquel que salvó a su mejor amigo en el enfrentamiento ante Moebius. Él que lo detuvo de cometer un error del que jamás se perdonaría. Pará él fue una gran sorpresa la determinación de Takemichi al momento de evitar que este matara a Kazutora. Ese día Mikey se dio cuenta de una cosa. »TAKEMICHI ERA MÁS FUERTE DE LO QUE ÉL IMAGINABA.«

No se equivocó, porque fue él quien salvó a la hermana de Hakkai y se enfrentó al líder de los Black Dragons. Era todo un héroe. Sin embargo, eso no le quitaba que fuera todo un llorón y torpe. Pero, eran cualidades que a Mikey le gustaban. Eran aquellas aptitudes que resaltaban a Takemichi de las demás personas. Pues, sin importar cuanta fama había ganado él seguía siendo el mismo tonto Takemichi capaz de sacar de quicio a Draken o hacerlo reír con sus ocurrencias. Era él después de todo.

Y estaba confundido.

Porque no sabía en qué momento, había llegado a la entrada de la secundaria donde estudiaba Takemichi. Tanta era su distracción que no recordaba el momento en que decidió levantarse de su cama y había salido de su casa. Era una locura, que sin pensarlo sus piernas habían recorrido todo el camino hasta donde estaba él. ¿Pero qué más podría hacer?. No tenía explicación para entender por qué en ese momento Takemichi había invadido su campo de visión. Y lo saludaba con una gran sonrisa que no pudo evitar que el corazón de Mikey se acelerará.

—Hola Mikey, ¿Qué haces acá? —el menor estaba confundido, no era normal ver acá a Mikey desde que Hinata lo abofeteó enfrente de muchas personas. Menos sin Draken, quien casi siempre está a su lado.—Es que estaba caminando por acá, así que creí en venir a invitarte a comer —mintió, pero habló sin rodeos, era como si su boca no le hiciera caso y hablara por sí sola.

—Claro, deja que me despida de Hina —Takemichi se alejó de su acompañante, seguramente a realizar la anterior afirmación.

"Hinata Tachibana"

Ese nombre recorrió cada letra en la cabeza de Mikey. Fue un tonto. Un egoísta. No pensó en la actual pareja de Takemichi. Simplemente, no pasó por su cabeza hasta escuchar su nombre. Estaba decepcionado, triste. Nunca se esperó este golpe a mano limpia, le afectará tanto. Pero, ella no tenía la culpa. Era de él. Por fijarse de alguien al que ya estaba en una relación.