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El dia habia llegado.

Despues de saber donde seria la reunión, se preparo con la ropa que Ricardo le habia dado. Estaba dentro del auto, junto con Ricardo, atenta a cualquier movimiento de la chica.

-Señor tenemos un problema – informo uno de sus hombres.

- ¿Qué pasa?

- Parece que alguien esta con el Alcalde – el hombre le mostro una foto que solo él pudo ver.

- Mierda.

- ¿Esta todo bien? – pregunto Meg.

- Lo esta nena, pero por el momento deberas quedarte aquí, no puedes entrar.

- ¿Por qué? – lo miro – Crei que...

- Algo salió mal nena y necesito que te quedes aquí, por tu seguridad – acaricio su mejilla - ¿Entendido?

- Si – susurro.

- No tardaremos mucho – le dio un beso en su mejilla y bajo del auto.

Meg se acerco a la ventanilla, trato de mirar por ella sin que la vieran. No podia escuchar mucho, solo rogaba que el micfrono que le puso en el zapato a Ricardo funcione bien.

Un auto estaba llegando, de el bajo el Alcalde y dos hombres. No podia verlos bien, pero trataba de escuchar algo.

Escucho algunas risas.

-Asi que este es Jack Conway – dijo Ricardo – Crei que era el enemigo.

Meg casi grita al escuchar su nombre, su puso la mano en la boca para no hacerlo. ¿Jack estaba ahí?

- Es mejor tener al enemigo cerca, además es de fiar – dijo el Alcalde – Protege mi espalda.

- Eso es bueno, pero si algo sale mal sabemos con quien ir.

- Eso no pasara ¿verdad Conway?

- Claro que no Señor, lo que pase aquí, aquí se quedara.

Ahora si confirmaba que era él. Lo estaba dudando, pero ahora lo sabe.

Estaba por salir y confrontarlo, pero un auto de lujo llego cerca del auto donde estaba. A puerta se abrió y bajo una chica, no parecía ni tener trece años, tenia un vestido pequeño y pegado a su cuerpo.

Queria salir y acabar con eso. Pero arruinaría la misión y quiere acabarla a como de lugar.

Ahora con Jack ahí con ellos, el mentirle a la cara, le dolio, pero algo le decía que eso pasaría.

La reunión no duro mas de una hora.

Ricardo subio al auto y ella le sonrio.

-¿Todo bien?

- Todo bien nena – suspiro – Pero necesitare que ahora investigues mas sobre tu noviecio Jack.

- ¿Por qué? ¿Algo paso ahí?

- Si, él estaba ahí con el Alcalde – suspiro – No me dio buena espina y por eso no quería que salieras, sigues siendo mi carta bajo la manga – la miro – Debes saber si de verdad es de fiar o no lo es.

- Si descubro que no es de fiar – lo miro – ¿Qué debo hacer?

- Te dare un arma y lo mataras – tomo su mano – Confia en ti y no esperara que la mujer con la que duerme lo asesine – le sonrio.

- Esta bien – le sonrio. Tenia razón, estaba claro que esas palabras no las tomaba para Jack sino para él mismo. Él mismo ha dicho como va a morir.

Jugando SucioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora