Mi reflejo

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Vi tragarte de un suspiro la noche en el intento desesperado de detener las manecillas del reloj, querer retrasar el amanecer.
Te vi dudarlo, a oscuras, sin encender la luz mientras salías a enfrentar la devastadora rutina, un día más, lleno de respiraciones derrochadas y pasos de pies pesados.
Te vi perder las estrellas que encerraban tu mirada, posponer los sueños que depositaste en la inmensidad de la Luna bajo la justificación de un: “hay más tiempo que vida”, al paso que se marchitaba tu sonrisa de niño feliz.
Te vi renunciar a intentarlo, sin rendirte. Juraste que no era el momento mientras alzabas los brazos gritando entre silencios. Te vi confiar y caer, crear murallas de la inmensidad de tu vacío en aras de evitar tropezones hacia abismos infinitos.
Te vi, a un ser ausente, vano, lleno de dudas y temores ocultos a flor de piel, de historias y sueños rotos, de tristezas acumuladas con grietas de luz al borde de la yema de los dedos, intimidado por ecos repetidos.
Hoy te vi, ahí, reflejado en el espejo, frente a frente, te vi y no supe reconocerte.

Reflexiones de un astronauta sin lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora