魅DOS.

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Estabas arrodillada frente a koko llorando, taiju se había dado cuenta que ambos de juntaban aun sabiendo que eran de pandillas diferentes, eso significaba qué ya no debían verse, apesar de haberle insistido qué podrían seguir hablando por telefon...

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Estabas arrodillada frente a koko llorando, taiju se había dado cuenta que ambos de juntaban aun sabiendo que eran de pandillas diferentes, eso significaba qué ya no debían verse, apesar de haberle insistido qué podrían seguir hablando por telefono, koko nego todo contacto con ella, echando a perder aquella bonita amistad que tenían, el frío aire junto con la lluvia te hacían temblar de frío, miraste a koko echa lagrimas, no queriendo perder su amistad. 

—¡Podemos hacer algo!, ¡Puedo hablar con tai..-Fuiste interrumpida por koko. 

—Ya olvidalo riko, no podemos seguir siendo amigos. -Dijo él, desviando la mirada, le dolía ver a su mejor amiga así. 

—P-pero...¿y nuestra amistad?, ¿¡Que paso con la promesa?! -Hablo ella alterada. 

—Olvida esa tonta promesa, yo y inupi ya no necesitamos tú compañia. -Koko cerro los ojos, procurando no llorar. 

—Lo creere cuando me mires a los ojos y lo digas firmemente. -Hablo ella, intentando sonar firme. 

—¡¡OLVIDA LA MALDITA PROMESA!! -Grito él empujandola. 

—¡¡ME PIDES ALGO IMPOSIBLE KOKO, TÚ E INUPI SON MIS MEJORES AMIGOS, LOS AMO CON TODO MI CORAZÓN!! -Hacias que la seriedad y firmeza de koko se rompiera, estaba triste por tener que romper aquella linda amistad. 

Eras la única persona que lo acompaño día y noche cuando murio akane, creíste en él y lo ayudaste a conseguir la cantidad de dinero para la cirugia, fuiste su pilar durante todos esos años juntos pero tenía que acabar con eso, le daba miedo que taiju llegara a hacerte algo, sabía de lo que era capaz, el no tenía tanta fuerza cómo para vencerlo en una pelea, además, quería la seguridad de inupi por igual, ¿porque sentía cómo si su alma se rompiera cómo un cristal?, ardía por dentro por no ser lo suficientemente valiente de enfrentar a taiju, tús ojos llenos de lagrimas, las expresiones que hacías dolían peor que un disparo, y sin darse cuenta, él tambien estaba llorando. Te alarmaste al verlo llorar, corriendo hacia él para abrazarlo, comenzando a llorar desconsoladamente, sentías tú pecho latir rapidamente, no querías alejarte de ellos dos, eran tús primeros amigos, apretaste su camisa sin querer soltarlo, la lluvía caía a cantaros ambos se estaban mojando, sentiste un fuerte empujón que te lanzo al suelo, miraste cómo koko se iba de ahí, la ultima mirada que te dio fue lo suficiente para entender que a él también le dolia, sabías que no lloraría en la calle, cerraste tús ojos, rezando para que fuera solo un mal sueño pero cuando los abriste, koko ya se había ido de ahí.

—Kokonoi....

—Entiende qué...esto es para protegerte. -Dijo kokonoi en su mente. 

 Estabas sentada en una esquina bajo la lluvia, si seguías ahí podría darte neumonia  pero ya nada te importaba, habías perdido a tus dos amigos de la infancia, el dolor y la culpaba rondaban por tú cuerpo y mente, sentías ese dolor insoportable en el pecho, ¿que hubiera dicho akane si te veía toda mojada y triste?, lo más probable era que te regañaria mientras te secaba, el dolor de la muerte de akane se hizo presente nuevamente, eran tan buenas amigas, apesar de que ella era mayor que tú, fueron muy buenas amigas, siempre te cuido cómo esa madre que nunca tuviste, akane fue esa chica que siempre quisiste en tú vida, las lagrimas resbalban por sus mejillas, sus ojos ardían cómo el infierno, no querías perderlos, no a ellos, sabías que seishu no iba a ser capaz de decirtelo en persona, por eso vino kokonoi solo, te ahogabas entre aquel horrible dolor, no querías ver a tús hermanos en aquel momento de debilidad, querías estar sola. 

Derrepente dejaste de sentir las gotas de lluvia, miraste hacia arriba y ahí estaba una chica de pelo rubio, mirandote con mucha preocupación, tú labio comenzo a temblar, viste la figura de akane en ella, las lagrimas no tardaron el volver a salir, no querías llorar ante una desconocida pero aquella mirada, aquella mirada se parecía a la de akane, ella se agacho para estar más cerca tuyo. 

—¡Te vas a morir de neumonía si sigues aquí!, puedo llevarte a mi casa para secarte. -Dijo ella, tan amable. 

—No...no quiero ser una molestia..-Dijiste apenas. 

—No lo eres, ven, yo te ayudo. -Ambas se levantaron pero te tambaleaste. 

—¡Estas helada!, ¿hace cuanto estas aquí? -Pregunto ella colocando tú brazo en su cuello. 

—¿Media hora?, realmente no lo sé...ya no me importa nada..-Dijo riko mirando el suelo, aquel brillo de su mirada desaparecio. 

—¡Yo te ayudare!, es una promesa. -Dijo ella sonriente comenzo a caminar lentamente, no quería que la contraria se cayera. 

—¿Porque me ayudas tanto?, solo soy...una desconocida. -Los ojos de riko volvieron a llenarse de lagrimas, sintiendose una inútil. 

—Todos necesitamos ayuda en algun momento de nuestras vidas, ya sea constante o no, a mí no me cuesta el ayudarte. -Riko volteo a ver sorprendida por aquella respuesta, aquella chica tenía un corazón muy puro. 

—Soy riko..¿y tú? 

—¡Soy emma!, espero que cuando te seques y te sientas mejor podamos ser amigas. -Los ojos de la rubia brillaron, el echo de pensar de que pudiera tener una amiga aparte de hina le emocionaba. 

—Amigas....-Susurro riko, temblorosa. 

—Y listo, ¡que linda te ves! -dijo emma sonriente

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—Y listo, ¡que linda te ves! -dijo emma sonriente. 

—Muchas gracias emma. -Dijo riko ríendo levemente. 

Admirabas esa hermosa sonrisa de emma, apesar de ser una desconocida ella no dudo en ayudarte y prestarte algo de ropa, secarte el cabello y abrazarte, no le habías contado lo de koko sin embargo con solo ver tús ojos dedujo que estabas mal, necesitabas realmente un abrazo, te aferraste a emma cómo si tú vida dependiera de eso, llorando mientras balbuceabas cosas, la rubia, sin tener idea no dudo en consolarte, shinichiro se sentía feliz porque emma había traído una amiga nueva a casa, aunque mikey no estaba muy concentrado por andar comiendo doriyakis. 

—¿Porque me ayudas tanto?, yo...no merezco esto. -Dijiste aun llorando. 

—Yo digo que sí, solo eres una chica que necesita despejarse, ¡estoy segura que tú sonrisa es la más hermosa! -Dijo emma, tomandola de las manos sonriendole. 

La sonrisa más hermosa la tienes tú....emma. 

Y sin notarlo, un pequeño y suave brillo aparecío en los ojos de la haitani, aquello hizo a emma la chica más feliz del mundo....

Ambas consiguieron lo que querían, una amiga.



𝐆𝐎𝐃 𝐈𝐒 𝐀 𝐖𝐎𝐌𝐀𝐍.─── TOKYO REVENGERS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora