Sirena ( Klaus M) [ EN EDICIÓN ]

15

"¿BATIDO DE KALE?"

Klaus se burló del vaso de papel en las manos de Lilura.

"Malditos habitantes de Portland", siseó, pero lo tomó de todos modos, sin resistirse a los ojos de cachorrito de Lilura Anthemoessa.

Después de su encuentro con Damon, Klaus y Lilura habían conducido a la pensión de Salvatore y recogieron a Sirius, para gran alegría de Lilura.

Klaus, siendo Klaus, decidió viajar a Portland, Oregon para encontrar hombres lobo para su búsqueda íntegra: la creación de un ejército híbrido.

Entonces, con copiosas cantidades de sangre de Elena, que se ganó una ceja escéptica del policía que detuvo a Klaus por exceso de velocidad en un momento de su viaje, y un perro que ladraba ante cualquier cosa que molestara a su dueña, Lilura y Klaus estaban viviendo la buena vida.

Bueno, al menos para Lilura.

"Es horrible", se quejó, devolviéndole el batido a Lilura.

"Eso es solo porque eres un carnívoro. Honestamente, podría cambiar esto por mi vino".

Klaus le lanzó una mirada de complicidad. "Bueno, tal vez no sea mi vino Trader Joe's, pero te haces una idea. Es una comida sana y adecuada, Nik".

Klaus negó con la cabeza, "Tenemos una misión entre manos, amor".

Lilura sorbió ruidosamente los restos de la bebida.

"Sí, sí. Huele a esos lobos."

¡Ladrar! ¡ladrar!

Sirius olió la pajita y arrugó la nariz confundido.

"¡Mi pequeño bebé tiene un hueso!" Lilura arrulló, hurgando en busca de dicha golosina.

"¡Eres una monada!"

"¡Allí!"

Klaus se sobresaltó, apretando el hombro de Lilura con anticipación.

"Sí", dijo Lilura plácidamente, "Detienes mi circulación, ¿quieres?"

"Lo siento", murmuró, desabrochándose el cinturón de seguridad.

"Iré a la derecha."

Y luego Klaus Mikaleson desapareció.

"No puedo creerle," refunfuñó Lilura, saliendo del auto y hablando con Sirius.

"Me está hartando hasta la muerte".

Sirius la miró con la boca abierta, con su diminuta lengua rosada colgando.

"Aquí," ofreció Lilura, deslizando el batido de col rizada a su cachorro.

"¡Buen provecho!".