Sirena ( Klaus M) [ EN EDICIÓN ]

EPÍLOGO

Sus lapidas estaban en blanco.

Judas Mikaelson parpadeó furiosamente bajo la lluvia torrencial había dejado de usar el paraguas que Caroline le había ofrecido en el auto en su lugar, llevaba un impermeable negro con la capucha puesta sobre su cabello negro como la medianoche y permanecía en silencio bajo la tormenta.

Sirius se sentó en silencio a sus pies los enormes ojos marrones del perro parecieron nublarse al ver las tumbas un gemido lento y suave que se originó en su pequeño pecho se escuchó en todo el cementerio.

Judas pensó en coger al perro de su madre y marcharse sin decir una sola palabra, porque durante la mayor parte de su vida había hecho precisamente eso, la gente vivía y la gente moría. No había gran cosa había dejado de lado su dolor tantas veces que ahora era un mero trámite.

¿Por qué pasar por la tediosa tarea de abrir tu corazón a personas que ya no pueden escucharte?

Pero esta vez se quedó.

Lilura y Klaus habían estado muertos durante un total de 27 horas Rebekah y Elijah se habían ido hacía tiempo, evadiendo a Alaric en nombre de la supervivencia, como lo habían hecho con Mikael durante siglos Elena, Stefan y Damon estaban en el hospital la doppelganger estaba cerca de morir, según Caroline, quien se había apresurado a ir al hospital de Mystic Falls en el momento en que Judas salió de su Ford Fiesta 2011.

De repente, la cola de Sirius se movió.

"¿Estás bien?" preguntó una voz.

Judas se dio la vuelta y preguntó: "¿Qué estás haciendo aquí?"

Tyler Lockwood sonrió suavemente: "Caroline estaba preocupada" Se inclinó y acarició la cabeza de Sirius con cariño.

Lockwood se metió la mano en el bolsillo trasero y colocó una rosa azul en la palma de Judas "Y pensé que tal vez necesitarías un amigo".

Judas aceptó el regalo se acercó vacilante a las tumbas de sus padres con el corazón apesadumbrado, ignorando por completo el hecho de que un tipo como Tyler Lockwood nunca hubiera sabido sobre la conexión de Lilura con las rosas azules.

Judas cayó de rodillas y colocó la flor sobre la tumba de Lilura.

—Hola —dijo, tosiendo torpemente quería decirle lo agradecido que estaba de que ella luchara tanto por ser parte de su vida.
Quería decirle que lamentaba todas las veces que le había hablado mal sin embargo, todo lo que salió de su boca fue: —No sé si tienes superpoderes en el otro lado, pero no me lances un rayo por elegir esta lápida sé que es fea.

Un relámpago cruzó el cielo sonrió, fantaseando con la idea de que tal vez Lilura había orquestado ese fenómeno natural.

Después de un momento de silencio, dijo: "No me he olvidado de ti, viejo".

Judas dejó los poemas completos de Emily Dickinson en el suelo "Gracias por acompañarme hasta el final... Klaudia".

Una sonrisa llorosa amenazaba con adornar sus rasgos si el joven cazador hubiera mirado a su izquierda, habría visto el fantasma de una sonrisa familiar en el rostro de Tyler era la misma sonrisa triste que había acompañado a Judas a Nueva York era incluso la misma sonrisa triste que había adornado los rasgos de Klaus en el garaje de Donny.

Ahora, era la sonrisa triste con una esposa muerta.

Sirius lo sabía, Judas no.

Klaus observó como su hijo echaba la cabeza hacia atrás con un cabello negro medianoche tan similar al de Lilura, y por una fracción de segundo, sintió como si estuviera mirando a la propia Sirena.

Judas Anthemoessa-Mikaelson dejó que la lluvia le cayera sobre el rostro sus brillantes ojos azul verdoso se cerraron por voluntad propia.

Rugió con la tormenta atronadora.

——∆——

Llegamos al final de esta parte de la historia de nuestra hermosa Lilura y los Mikaelson

Espero que les encantaría como a mi y disfrutarán tanto de los bueno como los malos momentos

Pero no estén tristes hay una secuela sin embargo, se centra en Judas en Nueva Orleans con una nueva hermanita y una nueva bruja a la que molestar ¡Guiño, guiño! Obviamente, será una lectura atrevida y picante porque es Judas Mikaelson, ¡por el amor de Dios!

Hasta entonces,

Laura caro ✨