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seongmin soltó un suspiro tirando su teléfono en el colchón, estaba algo chinchudo porque wonjin lo llamó —y le arruinó su hermoso sueño— solo para decirle que probó la receta de su abuela para hacer unos panqueques que te hacían chuparte los dedos y que al final se decepcionó porque no estaban tan ricos como él lo recordaba.

se acordó que antes de dormir minhee había estado a su lado, abrazándolo de esa forma tan pegajosa como solo a él le permitía, así que dando una patada logró que las frazadas que tenía encima de su cuerpo se posaran en la punta de los pies. rodó un poco en la cama hasta llegar al borde y finalmente se levantó, a pasos perezosos siguió la pequeña línea de luz que salía desde el baño que tenía su cuarto.

— ¿min-?

— no sé, no tengo idea de qué pasó. —la voz del más alto lo hizo detenerse en su lugar, su cabeza alzandose para tratar de ver más allá de esa puerta.

se mordió el labio pensando en que esa era una conversación privada, no tenía derecho alguno a escucharla. pero la mención repentida de su nombre lo incitó a mantenerse en su propio lugar.

— ¡te juro que sí se las di a seongmin! —frunciendo su ceño, seongmin junto sus manos entre sí para comenzar a moverlas, solía hacer eso cuando estaba nervioso. no tenía ni idea de por qué repentinamente aquel sentimiento lo embriagó, pero sentía nervios de lo que el mayor diría a continuación.

cerró sus ojos un corto momento, ese en el que el silencio se mantuvo del otro lado de la puerta. su estómago estaba revolviendose de repente, sentía como si estuviera a punto de vomitar y no entendía la razón. solo... era raro, la voz de minhee sonaba rara. la situación en sí le era rara.

— ¿cómo? ¿cómo esperas que se lo diga? —seongmin avanzó un paso más, de forma casi inconsciente—. va a odiarme... sí, ya sé. —minhee soltó un suspiro—. ¿no podés tratar de hacer otro contrahechizo?

¿contrahechizo? seongmin volvió a mirar con intriga la puerta del baño, casi rogando internamente a que no fuese lo que él estaba pensando.

— sí, se comió las galletitas que me dijiste, lo vi. —minhee continuó hablando—. pasó un mes, ¿cuánto tarda en hacer efecto un contrahechizo de amor? no creo que lo mismo que– sí, seongmin sigue igual, es cariñoso conmigo, me... él me quiere y, bueno, en realidad no sé si los efectos malos le están afectando porque estamos todo el tiempo juntos.

aquellas palabras fueron como una cachetada en su cara, solo que el dolor no fue físico, al contrario. le dolió el pecho al no tardar en comprender lo que estaba diciéndole, las palabras de wonjin hablándole sobre minhee, jungmo actuando raro después de empezar a hablar con hyeongjun y minhee, él mismo dejando de sentir cosas por taeyoung de forma repentina e ignorandolo, comenzando a sentir amor hacia el mayor sin siquiera conocerlo bien antes... todo tenía sentido.

no supo cuánto tipo estuvo ahí, parado solo siendo consciente de sus propios pensamientos, dándose cuenta de cosas que antes no había podido ser capaz de ver. y ahora pensaba en que era por su culpa que no podía verlas, porque le había nublado por completo la vista y había jugado con su cabeza. solo pudo reaccionar cuando la puerta del baño se abrió y de ahí salió minhee, sus ojos encontrándose entonces. vió como los ojitos de minhee, —esos que hace unas horas atrás había amado ver—, brillaron en completo pánico.

— seongmin-

— no. —habló rápidamente, retrocediendo unos pasos. aunque no quiso que lo viera de esa forma, seongmin no pudo evitar las lágrimas que adornaron sus ojitos. apretó sus puños a un costado mientras mordía su labio con fuerza para evitar sollozar.

— seongmin, déjame- —minhee avanzó unos pasos, los suficiente para que pudieran estar de frente.

— ¡no! —exclamó—. ¡andate, no quiero verte!

— t-te juro que esto no es lo que pensas, en serio déjame explicarte. —minhee habló rápidamente, buscando tomar el cuerpecito de seongmin entre sus brazos. porque él quería protegerlo, quería borrar esas lagrimitas que se rebelaron contra seongmin y rodaron por sus cachetitos, quería decirle que él no permitiría que nadie lo lastime, pero ¿cómo podría hacer eso si era él mismo quien lo dañó?

— ¡no me toques! —seongmin lo empujó sin real fuerza, su pecho subía y bajaba de forma rápida, quería retener su llanto pero sentía que no podía hacerlo, que se estaba ahogando en su propio sufrimiento.

— ¿seongmin qué pasa? ¿por qué tantos gritos? —karina fue quien se atrevió a abrir la puerta del cuarto de su hermano menor luego de juntarse ahí afuera junto a aeri, ambas dudando un poco si debían intervenir o no—. ¿seongmin?

el mencionado no tardó en correr a los brazos de su hermana mayor, ocultándose en sus brazos. las dos chicas observaron al pelirubio que se veía igual de destrozado que su hermano, él observó a seongmin con tristeza y luego tomó sus cosas, yéndose del lugar, cumpliendo con lo que el peliblanco le pidió entre gritos.

— seongminie... —aeri habló en un tono suave, sus manos acariciando delicadamente el cabello del menor para tratar de calmarlo—. ¿qué pasó?

seongmin separó su rostro del cuerpo de yuji, apretando sus labios entre sí para tratar de calmar el temblor que éstos tenían al tratar de contener sus sollozos.

— no quiero volver a ver a minhee. —respondió sin más, separándose por completo de la pelinegra, caminando hacia su cama para esconderse entre sus frazadas.

las dos hermanas se miraron entre sí, ambas preocupadas por su hermanito menor. pero pensaron que tal vez ahora no las necesitaba a ellas en sí, así que se decidieron a llamar a taeyoung y wonjin, después de todo sabían que esos tontos podían ser capaz de subirle el ánimo.

















minhee se detuvo en medio de la calle al darse cuenta de que no podía seguir avanzando más, porque su vista estaba completamente borrosa a causa de sus lágrimas. trató de limpiarlas con la manga de su buzo pero unas nuevas volvían a aparecer, era como un círculo que se repetía constantemente.

él sabía que ésto iba a pasar, sabía que seongmin lo odiaría una vez se enterara, pero no creyó que pasaría tan rápido. y pensó que cuando sucediera estaría al menos un poco preparado, sin embargo no fue así. estaba sintiendose tan dolido, su corazón estaba ahogándose en un mar de tristeza y también de resentimiento hacia sí mismo, porque lo había arruinado, porque en realidad debió de haberse acercado a él de una forma en que ninguno de los dos terminase dañado.

se sentó en el borde de la vereda, apoyando sus brazos en sus rodillas. y minhee lloró, dejando —o tratando— salir todo el dolor que estaba sintiendo.

CRUSH. ━ minijeu auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora