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seongmin se acomodó —exageradamente— al costado de minhee en las frazadas que habían subido a la terraza para poder ver el amanecer juntos. se giró un poco y terminó por subir su pierna encima del estómago de minhee, luego escondiendo su rostro en su pecho, queriendo pegarse ese rico olorcito que el mayor siempre tenía impregnado en su cuerpo.

— ¿estás cómodo, amorcito? —le preguntó minhee riéndose un poco, encargándose de apretujar el cuerpecito del menor.

— sí, sos muy calentito —le respondió, alzando un poquito su cabeza para verlo con una sonrisa plasmada en su rostro—, sos mi lugar seguro, ¿sabes?

minhee sonrió tiernamente, dejándole una caricia en su cabellera blanca que comenzaba a tener raíces oscuras. le dejó un beso corto en su frente y asintió un poco.

— y vos lo sos para mí, seongmin. —dándole otro besito, minhee cerró sus ojos y apoyó su mentón en la cabecita contraria—. te amo. —susurró, fue tan bajito que él mismo apenas y pudo oírse, por tal razón supuso que seongmin no lo había hecho.

pero se vió un poco sorprendido cuando el menor se removió en sus brazos, haciéndole abrir los ojos para observar con preocupación los contrarios.

hace un mes exactamente le había dicho aquellas mismas palabras, recibió una respuesta que no lo desanimó pero tampoco dejó satisfecho a su corazón. seongmin no lo amaba como él lo hacía, o al menos en ese momento eso era así, sin embargo le dejó a entender que sí lo quería. ahora no tenía idea de si sentía por él algo que fuese más allá de la amistad, por eso tenía un poco de miedo. no quería arruinar las cosas entre los dos.

la mano de seongmin subió hasta sus cabellos rubios, acomodandolos suavemente detrás de su oreja. lo miraba con tanto cariño que el corazón de minhee no pudo evitar ilusionarse ante ello. y sus ojos se cerraron instantáneamente al sentir la manita contraria dejarle caricias en su mejilla.

estaba tan centrado en los mimos que le brindaba que sentir la respiración de seongmin chocar contra sus labios le sorprendió por completo, su corazón comenzó una carrera fuerte en su pecho y sus ojos se abrieron en grande, observando esos ojitos bonitos que él tanto amaba. estaban brillando de una manera que nunca antes había visto, lo miraban atento como siempre quiso antes y quiso llorar porque una pequeña vocecita en su cabeza le gritó que eso no era real, que seongmin solo estaba viéndole de esa forma tan hermosa solo porque él así lo ordenó en su hechizo.

— ¿puedo besarte, mini? —le preguntó en un tono bajito, su vocecita sonando más dulce de lo que ya era en sí.

tragando saliva, minhee asintió con su cabeza. susurrando una afirmación.

observó como seongmin se inclinaba un poquito más, sin romper sus miradas en ningún momento. en principio, seongmin rozó sus labios en una pequeña caricia, sin llegar a besarle correctamente. pero luego abrió levemente sus labios, atrapando el belfo inferior de minhee entre los suyos, cerrando entonces sus ojitos y el mayor no tardando en imitarle.

poco tiempo bastó para que comenzaran un beso que fue lento, casi tanteando los labios contrarios, ambos procurando memorizar la suavidad que éstos tenían y la tan agradable sensación que les recorría por completo el cuerpo ante aquel roce. minhee sentía que estaba flotando en una nube, deseando que ese beso durara una eternidad. y seongmin sentía todo su interior cosquillear por los labios del mayor.

se separaron solo un segundo, buscando un poco de aire para llenar por completo sus pulmones y mirándose a los ojos, no dijeron nada, solo sonrieron uno cerca del otro, volviendo a fundirse en un beso que ambos habían estado ansiando por un tiempo.

CRUSH. ━ minijeu auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora