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seongmin comenzaba a sentirse impaciente, después de que el reloj marcó las siete de la tarde, minhee lo arrastró hasta un taxi y emprendieron camino hacia un lugar que él desconocía, porque el mayor le había puesto una bandana en los ojos para que no pudiera ver a donde irían.

— mini, si no me decís a donde vamos voy a vomitar. —intentó amenazarlo, haciendo que el más alto detrás suyo se riera.

— y, mirá, te comiste un choripan, un sánguche de bondiola y papas fritas después de comer donas y tomar té con leche, a este punto me sorprende que no lo hayas hecho antes. —se burló, seongmin trató de darle un pequeño golpecito pero le erró.

— bueno che. además vos también me segundeaste y te comiste un montón de cosas.

— es que estoy nervioso. —soltando una pequeña risita, minhee detuvo a seongmin—. acá empiezan unas escaleras, así que agárrate bien o nos vamos a ir rodando los dos.

seongmin apretó su agarre en la ropa de minhee, mientras el mayor aprovechó para rodearle la cintura con sus brazos. estaban más cerca así que podía sentir mejor el perfume dulzón que traía puesto, antes también podía olerlo pero con menos intensidad. le gustaba mucho.

cuando llegaron al final, minhee le echó un vistazo al lugar, sonriendo un poquito. esperaba que le gustara ir ahí, porque de otra forma habría arruinado toda su cita y pensar eso no le gustaba.

— esperá, necesito abrir primero. —le dijo, alejándose de él aún si no quisiera hacerlo.

sacó las llaves que las amigas de sus madres le entregaron y abrió la puerta, nuevamente comenzó a guiar a seongmin hacia la parte superior del lugar. habían muchas otras cosas que le gustaría enseñarle de ahí, pero primero quería llevarlo a ese lugar arriba, donde la vista era maravillosa y, además, había algo mucho más interesante.

— ok, ya podes ver. —le dijo, viéndolo atento para ver su reacción.

los ojitos de seongmin primero parpadearon un poco, acostumbrándose a la luz, hasta que pudo observar un poco el espacioso lugar de lo que parecía ser una azotea. habían varios telescopios ubicados en diferentes posiciones, apuntando a diferentes partes del cielo, entonces seongmin se percató de que eso no era una azotea exactamente, estaban en la parte superior de un planetario, por sobre ellos estaba el techo abierto y enseñando el cielo que estaba pintado de diferentes colores.

— ¿alguna vez que dijeron que si ves la primera estrella salir podés pedir cualquier deseo? —le preguntó minhee, acercándose a él. seongmin negó con su cabeza—. bueno, yo sé que a esta hora una primera estrella se ve desde este punto. y como es tu cumpleaños, seongmin, búscala y pedí un deseo.

sonriendo un poquito, seongmin alzó su mirada al cielo, observando aquellos maravillosos colores que se mezclaban entre sí. buscó con su mirada tal estrella, hasta encontrarla bastante alejada de los colores bonitos, donde el cielo comenzaba a pintarse de azul marino.

deseo que kang minhee esté conmigo siempre siempre. —dijo en voz alta, bajando su mirada hacia minhee.

— ¡eh! no tenías que decirlo en voz alta.

seongmin se rió, mordiendo un poco su labio inferior.

— es que no creo que una estrella pueda cumplir eso, solo vos. —le respondió.

de repente minhee quiso llorar, porque sabía que después de eso ellos dos no podrían estar juntos, porque el menor lo odiaría por lo que le hizo aún si fue sin intención. pero sonrió igual, acercándose al menor para revolverle sus cabellos blancos recién teñidos.

— está bien, voy a estar pegado a vos como garrapata. —le dijo y seongmin le sonrió tan bonito que quiso llorar una vez más—. seongmin, yo sé que capaz esto no es algo tan... no sé, normal, ¿capaz? pero quería que fuese especial, así que no pude pensar en otra cosa que un planetario y... —posando sus manos en los hombros del contrario, el pelirubio lo hizo girarse—. hay un espectáculo acá que te quiero mostrar, es bastante lindo.

seongmin observó esas mantas ubicadas en el suelo del lugar, las que no había notado antes y sonrió, jalando la mano del mayor para ambos caminar hacia las mantas.

una vez ahí, minhee tomó un control y el techo se cerró, aún así el mismo cielo de afuera se seguía mostrando ahí arriba. al parecer estaban grabando desde algún lugar afuera, ay, las tecnologías de hoy en día.

— ¿querés pasear por júpiter? ¿o por marte?

— ¿qué? —riéndose, seongmin vió como todo comenzaba a subir. fue un poco mareador al principio, pero después se quedó impresionado al ver la tierra desde el sistema solar.

el —lo que suponía era— satélite comenzó a moverse un poco otra vez, hasta que llegó a marte. seongmin se acostó en las mantas y minhee no tardó en imitarlo, ambos viendo el hermoso planeta rojo.

(.....)

habían estado viendo planetas, estrellas y galaxias por al rededor de dos horas, hasta que minhee vió la hora y pensó que era momento de terminar aquel tour. ahora estaban con el techo abierto, observando el cielo azul pintado por puntos blancos. minhee había propuesto escuchar música así que estaban compartiendo los auriculares inalámbricos.

seongmin giró su rostro, encontrándose con la mirada atenta de minhee puesta en él.

incluso si llega el día en que las flores se marchitan, solo recuerda que mi corazón es tuyo... incluso si algún día nos llegamos a separar... —el mayor cantó en un susurro, a la par de la cantante en el auricular—... si es por ti, esperaré. aunque el tiempo pase, estaré aquí de pie, no lo dudes.

sonriendo tímido, seongmin alzó su mano para acariciar suavemente la mejilla del pelirubio. y minhee lo vió con adoración, amando ver como los ojitos contrarios brillaban aún si no había una buena iluminación en el lugar.

— ya me dijiste que no te ibas a separar de mí, así que no me vengas con “si algún día nos llegamos a separar...”

riéndose, minhee abrazó la cintura de seongmin con su pierna izquierda, luego lo acercó con sus brazos, apretándolo contra su pecho. seongmin soltó una risita que se ahogó en el cuello del mayor y se acomodó lo mejor que pudo, sintiendo la calidez del mayor envolviéndolo por completo.

— seongmin, me gustas. —confesó el mayor, cerrando sus ojos. estaban a casi minutos de darle las galletas, a minutos de que seongmin dejase de verlo con la misma adoración que en ese preciso momento.

— mini... —otra vez estaba esa caricia suave en su mejilla, haciéndole sentir un poquito vulnerable.

minhee sabía que después de eso no podría sentir de igual manera a seongmin y eso hacía que su corazón doliera.

— me gustas también. —le confesó, dejándole un rápido beso en la mejilla antes de removerse entre sus brazos y darle la espalda, ahora ambos quedando en una posición de cucharita.

minhee sonrió con tristeza, porque le gustaría que esas palabras salieran del menor pero no porque estaba bajo el hechizo que él mismo creó. aún así, la ternura reemplazó aquel sentimiento, aunque estaba dándole la espalda, cuando abrió sus ojos minhee pudo ver el sonrojo en las mejillas del más bajito y no pudo evitar dejarle un besito en esa zona, escondiendo su rostro en la abreviatura de su cuello y hombro.

ojalá pudieran quedarse así para siempre...

CRUSH. ━ minijeu auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora