Capítulo 8

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David

Estaba en la oficina revisando un contrato y pensando en demasiada mierda relacionada con el trabajo. Había pasado una semana desde el trato con Betany y no le había tocado ni un pelo. Cualquier persona que viera lo que estaba a punto de hacer pensaría que era un bastardo. Era un bastardo pero en este caso no podía hacer nada.

Vi a Betany desde que era solo una niña. La vi convertirse en una mujer hermosa y... joder no era imbécil sabia perfectamente lo que ella creía de mi desde que se había convertido en una adolescente-adulta.

¿Creía que yo era inmune a lo que hacía? ¿Que no me daba cuenta de lo que buscaba? Estaba muy mal, porque tenía demasiado tiempo enojado conmigo mismo por no ceder a lo que ella estaba pidiendo.

Por mi relación con Jorge, mi lugar en la empresa y porque la había visto crecer trate de alejarme y definitivamente trate de ignorar sus insinuaciones hasta que ya no pude.

Llego un punto donde dejé que mi mente viajara a ella cuando estaba en la soledad de mi oficina y habitación. Esa mujer me había llevado a un límite que no podía soportar, uno donde sacrificaba mis horas de sueño por pensar en ella y en las miles de cosas que podía hacerle.

La falta de sexo no era realmente un problema. Había aprendido a lidiar con eso el maldito problema estaba en ella.

O tal vez en mi

O tal vez en ambos

Joder

Llego un punto donde decidí que solo podría satisfacer mis más oscuros secretos si la pequeña niña mimada así lo quería y para mí confirmación no era yo el único enfermo que anhelaba tener al otro en todas las posiciones posibles, ella también.

Yo siempre lo supe.

La pequeña mosca molesta que siempre había sido quería jugar con fuego e iba a hacer que se quemara

Porque yo sabía como llevarla al límite sin siquiera tocarla y aprovecharía eso para destruirla de la forma más placentera que pudiera.

La iba a dejar tan marcada que ningún otro hombre la iba a satisfacer así jamás.

Estaba ido en mi trabajo y en la oscuridad de mis fantasías cuando escuché que tocaron la puerta.

—Pase

Acto seguido una Betany vestida con un pantalón formal negro, una blusa blanca y tacones rojos entra en mi oficina.

Se volteo para cerrar la puerta dejándome una vista perfecta de sus piernas largas y su moldeado trasero. Vi su cabello largo y oscuro y lo imagine en un par de trenzas siendo jalado con fuerza...

Agradecía que no tuviera que levantarme de mi lugar cuando ella entraba porque solo la veía llegar y ya estaba duro como una roca.

Esto es malo Wastel

Es otro nivel. Estas jodido

Aunque me sintiera tan afectado había aprendido a permanecer indiferente ante ella.

—Café con leche —dijo sonriendo

No entendía como las personas sonreían tanto. Definitivamente nunca sentí ganas de sonreírle a nadie en toda mi vida pero con Betany era diferente y tenia que luchar para que no se me escapara una sonrisa cada vez que la veía.

La pequeña Spencer me tendió el café y yo lo tome. Decidí que ya era suficiente, si que teníamos trabajo que hacer y si que quería esperar para tenerla de la mejor manera, pero en ese momento iba a darle una probada, no había forma de retenerme más.

El Socio De Papá (+18)[1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora