Soft - Luzplay

13. Your Clothes | Tortillaland

Resumen: "El primer día desde que él se fue. Y lo extraña, pero ahora le toca a él esperar su regreso, y por suerte tiene la forma de hacerlo"

Serie: Tortillaland.

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★ Your Clothes ☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

El amanecer del primer día después de que Luzu se fue de misión comenzó, había una pequeña sensación de familiaridad en ese despertar para Auron, en algún rincón de su mente sabe que ya ha pasado por un momento así pero no recuerda demasiado.

De todas formas esta bien, sabe que volverá, aún esta su casa en aquella isla, sus cosas y su trabajo en el pueblo. También está él, que por mucho que le de vergüenza, reconoce que cuando Luzu le mira se siente la persona más importante del mundo.

Este día se levantó temprano, más de lo normal para dirigirse a casa de Luzu, tiene una clara idea en la cabeza, y es que le extraña, cada día desde que terminaron separados en esos pueblos le veía en sus mañanas, cuando el ya iba de salida, pasaban una hora yendo de aquí para allá riéndose de lo que sea metidos en su mundo hasta que llegaba el momento de separarse a sus respectivos trabajos y sus misiones, se despedían con aquellos apodos bobos y cursis alejándose con aquella sonrisas en sus rostros.

Pero ya no tenía esos momentos por un tiempo, debe esperar.

Pero la paciencia no es su mayor virtud en estos casos, y ya está en la puerta de la casa de Luzu buscando entrar, recordando que le dejó la llave para cuidar que Sergei no se meta en sus habitaciones secretas. Aunque las usará para otra cosa, una tontería que no le dirá a Luzu cuando vuelva de su misión.

Avanza decidido a su habitación que conoce demasiado bien la ubicación y sobre todo donde están sus ropas, hay algo que le ayudará a pasar estos días. Hurga entre sus cajones hasta que encuentra un paquete con su nombre y una carta firmada por Luzu.

Sonríe, ¿el cabrón sabía que iría a su casa a meterse en este cajón?

Sí es que le conoce demasiado que hasta a Auron le sorprende.

Solo queda abrir el regalo que le dejó, incluso sus manos tiemblan un poco por los nervios, esas pequeñas sorpresas le gusta mucho.

El sonido del papel rasgándose entre sus dedos combina perfectamente con la risa nerviosa que le sale igual que la de un niño en navidad, época que le encanta, hasta que una tela azul oscuro aparece ahí sobre sus piernas.

Es la sudadera de Luzu, la conoce demasiado bien, la sonrisa de su rostro se hace más grande y su pecho es invadido por un calor agradable en cuando toca la tela, huele aun a Luzu.

"Me regalo esto, que sepas que no te la voy a devolver jamás" Habla al aire como si fuera a oírle con los kilómetros que los separan y cada día son más.

Pero no piensa en eso, confía tanto en Luzu y en que prometió volver pronto que sus preocupaciones son más si no se estará sobre esforzando, si comerá bien, si estará descansando adecuadamente, cosas así.

Estira la sudadera delante suyo y se ríe en cuanto nota el dibujo de atrás: Un payaso.

Bordado en la parte de atrás de la sudadera hay un payaso, reconoce la broma, y aquel sentimiento cálido se va atorando poco a poco en su garganta quedando como un nudo, y pronto sus ojos no le dejan ver claramente el dibujo.

Hay errores cuando pasa el dedo sobre el bordado, parece un trabajo de mucho tiempo y ni siquiera sabía que Luzu bordaba, seguro aprendió en este tiempo

"Luzu, Luzu... No podías irte sin hacer algo así, eres un dramas" Abraza la pieza de ropa contra su cuerpo dejando que el aroma le lleve a los pequeños momentos juntos a ese tiempo en que vivieron en la misma casa, a cuando llegaron a fundar el pueblo, a las mañanas juntos, a recordad su sonrisa luego de un cumplido.

No tardó en reaccionar y cambiarse ahí mismo de ropa, va a estar todo el día con ese regalo de su niño y de paso le va a dejar la suya en el mismo sitio donde encontró esta, un intercambio de regalos, o lo que sea, pero en cuanto el vuelva verá eso, seguro que corre a su cajón a ver si encontró el regalo.

Ojalá ver su rostro cuando encuentra una sudadera que no es suya.

Y con esa idea se marcha de la casa de Luzu.

Aún hay mucho trabajo en el pueblo, aun debe arreglar cosas, guiar a la gente que se queda y solo esperar por que él vuelva, después de todo aun hay un enorme cielo que los une, sin importar la distancia que los separa por ahora.