Narra Caroline
Habían sido unas semanas estresante desde la última llamada de Caitlyn, que me dejó con un agujero en el corazón y lo peor de todo es tener esa constante sensación de desasosiego que a veces hasta te quita el aire.
Como si faltaran cientos de piezas en un gran rompecabezas, como si todos tus recuerdos habían sido robados y no sabías cómo recuperarlos o quizá no querías.
Ese era mi estado de ánimo diario, el que el doctor decía que podría causarme una depresión y hacerle daño al bebé.
Sebastian se marchaba a trabajar por las mañanas y regresaba por las noches, el resto del día estaba sola, sola con esos recuerdos rotos que me acechaban en cuanto cerraba los ojos, esos recuerdos que parecían estar por pedazos y me daban un dolor de cabeza constante.
Tal vez por esa razón trataba de evitarlos, porque me asustaba descubrir algo del pasado que pudiera afectar a mi presente, siendo sincera me aterraba hasta los huesos.
El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos, miré hacia la puerta principal mientras sostenía en las manos, el plato que llevaba al menos veinte minutos lavando.
Lo dejé caer lentamente en el lavadero y me sequé las manos en el delantal mientras me acercaba hacia la puerta. Observé a través de la mirilla en la madera y un chico vestido de mensajero estaba detrás.
— Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle? — Traté de encajar en mi rostro una sonrisa mientras observaba la caja que llevaba aquel chico de veintitantos.
— Buenos días, ¿es usted la señora... — Sostuvo la caja con su pierna y su mano derecha mientras que con la otra miraba alguna cosa en una plantilla. — ¿La señora Cooper?
— Sí, aunque prefiero señorita. — Le sonreí y él hizo lo mismo mientras me pasaba la caja que tenía en manos.
— Bueno, firme aquí por favor. — Señaló una línea en blanco debajo de un texto, que luego de darle una mirada rápida a todo el texto, firmé.
— Gracias. — El chico se fue hacia el pasillo y yo cerré la puerta seguido de esto, agité la caja esperando obtener una pista de lo que guardaba el material de cartón.
Me senté en el sofá y empecé a abrirlo como una niña en navidad, saqué el objeto cuadrado cubierto por papel de regalo y este llevaba una pequeña nota la cual leí con rapidez.
La memoria es la preservación interior del pasado,
pero también es lo único que da alguna luz al presente
y algún sentido a los posibles futuros.
Joan F. MiraReleí las líneas sin entender mucho el significado de aquella nota que solo me confundió más que aclararme alguna cosa, quité la hoja y seguí abriendo el papel hasta dar con el objeto por fin.
Era un marco con una foto, una foto de mi con un chico que me pareció extrañamente familiar, estábamos en un jardín, en traje de baño y de fondo estaba una gran piscina.
El chico rubio y guapo me abrazaba sonriente, al igual que yo en aquella foto, parecíamos felices.
Mi vista cayó en la mano del chico que se encontraba sobre mi estómago, como si supiera que estaba embarazada, como si él fuera el padre del bebé.
¿Pero quién era aquel chico de la foto? Intenté recordar.
Busqué alguna pista en el marco, pero la pista la encontré en la esquina inferior de la foto, era una fecha.
Mayo 31, fiesta en casa de William.
— ¡Ah! — Una punzada de dolor me atravesó la sien, llevé mi mano hacia allí, intentando aminorar el dolor pero no lo logré.
Flashback
— Estoy em...
— ¿Hay alguien allí? — Una voz seguido de unos toques a la puerta cortaron mi oración y lo agradecí mentalmente, aún no estaba lista para aquella conversación, buscaría otro día para armarme de valor y contarle, pero ese día no era hoy, no le contaría que estaba esperando un hijo suyo.
— ¡Está ocupado! — Le vociferó Will a quien sea que me haya salvado de aquel caos que de momento me era evitable. — ¿Qué querías decirme nena? Y no mientas, sé que seguro es algo importante.
— Estoy en... amorada de ti, es eso y no quería que me rechazaras. — Le mentí con la voz temblorosa esperando a que me creyera.
— Nena, tú también me gustas pero mejor vamos lento. — Me sonrió, luego me besó y me sentí feliz.
A pesar de que no fui expresamente correspondida, me sentí satisfecha de todavía poder convivir con Will, solo serían algunos meses, luego se me ocurriría algo, después de todo, solo se vive una sola vez.
Fin del Flashback
Abrí los ojos nuevamente mientras el dolor comenzaba a desaparecer, pero entonces comenzó a crecer una nueva sensación en mí cuando las imágenes que aparecieron anteriores de mi cabeza hicieron mella en mis recuerdos.
Ese bebé... no era de Sebastian.
Narra Caitlyn
— ¿Crees que haya funcionado? — Preguntó William por segunda vez nervioso.
— No lo sé Will, no tengo telequinesis. — Observé a Harry entrar al salón con su teléfono en mano. — ¿Y?
— Le avisé a Robert que volviera al departamento, sólo nos queda esperar. — Suspiró y se sentó en el sofá a mi lado, mientras tomaba mi mano. — Todo saldrá bien pequeña Cait.
— ¿Crees que haya funcionado? — Volvió a preguntar William comiéndose las uñas.
— Espero que sí. — Suspiró Harry. — Si mis sospechas son ciertas, Caroline no ha consumido escopolamina desde que salió de la casa de Ernesto, ósea, desde hace un mes. — Nos explicó paciente. — Los efectos de la droga debieron haber desaparecido hace más de tres semanas.
Yo fruncí el ceño analizando sus palabras.
— ¿Entonces por qué no parece haber recordado nada? — Concluí confundida.
— Puede ser porque alguien más se la está suministrando o... ella está evitando sus recuerdos, tratando de bloquearlos.
— ¿Entonces no funcionará el plan? — Inquirió William decepcionado.
— No lo sé Will, pero si la foto causa aunque sea una pizca de curiosidad en ella, puede que funcione, la curiosidad es una enemiga picante. — Concilió el rizado. — Además, te luciste con el photoshot de la foto y los detalles, seguro que cuando vea el nombre de William algo tendrá que recordar.
— ¿Y luego qué sucederá? — Le cuestioné.
— Lo más probable es que quiera confirmar sus sospechas, querrá saber quién es el verdadero padre, solo nos queda esperar. — Acertó y él tenía razón, nuestra única opción era esperar.
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Disforia
Teen Fiction¿Quedar embarazada jugando tan sólo 7 minutos en el cielo? Tienes que tener una suerte de mierda o ser la maldita diosa de la fertilización. #1 embarazoadolescente |06/08/2023 #1 celos |20/10/2024