19. Preguntas y más preguntas

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Narra Caitlyn

Cuando pasamos por el gran portón, el auto de Harry nos esperaba ya en perfecto estado, nos apresuramos a llegar a él, ni siquiera volteamos un poco en cuanto salimos a la carretera.

Toda esta situación me había abrumado por completo, estaba agotada física y mentalmente y lo último que quería era tener que contarle a mi padre, así que cuando Harry me invitó a pasar la noche en su casa, acepté de inmediato.

Solo íbamos a dormir, entonces no veía problema alguno con ello, quizá tuviéramos la casa para nosotros dos pero eso no significaba nada, sólo éramos amigos.

Entramos a la casa en silencio porque a pesar de que sus tíos no estaban allí, Maddison pudiera estar y ella era a la última persona que necesitaba ver en este momento.

— Prepararé algo de comer. — Ofreció Harry mientras se detenía en el umbral de la puerta que daba a la cocina y suspiró. — Mientras tanto puedes utilizar mi baño y, mi ropa.

Analicé su propuesta y pensé que no sería correcto dormir con él, aunque no hiciéramos nada, no podía tentar a mi suerte, ni a mi cuerpo.

— ¿Las habitaciones de huéspedes aún siguen en mantenimiento? — Pregunté con el deseo de que respondiera afirmativamente pero a la vez quería que dijera que no.

— ¿De...? — Pausó su oración frunciendo el ceño, lucía confundido y pensativo a la vez, así que me vi obligada a volver a cuestionarle.

— ¿Entonces? — Levanté las cejas esperando una respuesta, él pareció conciliar con sus pensamientos, se relajó y sonrió, como pareciendo saber algo que yo no.

— Lastimosamente no, pero si quieres yo puedo dormir en el sofá. — Señaló detrás de mí y aún tenía la misma mueca que antes. — No tengo problema alguno.

— No hay necesidad, ya hemos dormido juntos antes, como hermanitos. —Sonreí sintiéndome realmente hipócrita, la sonrisa de Harry desapareció en cuanto mencioné la última palabra.

— Sí, hermanitos. — Sonrió nuevamente pero esta vez, lucía incómodo.

— Perfecto, nos vemos en un rato entonces. — Avisé mientras subía escaleras arriba, en dirección hacia las habitaciones.

Al estar en aquel pasillo miré hacia la puerta de Maddison, estaba cerrada, aún así me detuve frente a ella con la intención de tocar, pero un par de risas detuvieron a mi mano en la acción.

A la risa de ella la acompañaba otra más ronca, así que concluí que estaba con un chico, extrañamente tuve la sensación de que esa risa me era familiar pero no reparé mucho en ello y me fui a la habitación de Harry.

Una vez en el cuarto de baño me di una larga y relajante ducha, intentando dejar de lado todo lo que había sucedido el día de hoy, ni siquiera me había tomado el tiempo de avisarle a mi padre que me encontraba bien, debía mandarle un mensaje de texto al menos.

Cuando salí de la bañera noté que en el espacio me hacía falta algo necesario, la toalla. Hice un análisis visual por el área y no encontré la prenda ni algo que se le pareciera.

— Mierda. — Mascullé por lo bajo.

Creo que en todo el rato dentro del baño no había escuchado ningún ruido más que las risas de Maddison y su acompañante, así que supuse que Harry aún estaba en la cocina, lo que me daría tiempo de buscar una toalla y hasta de vestirme.

Me acerqué lentamente a la puerta y tomé el manubrio en mi mano girándolo con paciencia, una vez abierto, tiré levemente de la puerta hacia atrás y a pesar de que la habitación estaba en penumbras, no vi a nadie.

Me devolví a buscar mi ropa interior, con lo único que había entrado, y luego de tomarla, entré a la habitación.

La bombilla se encendió de repente y me asusté.

— ¡Ah! — Gritamos ambos. Y luego reparé en el rizado que me observaba con los ojos abiertos como platos, yo coloqué mi mano sobre mi pecho sintiendo mi corazón acelerado, apreté los ojos e intenté recuperar la respiración normal.

— Me asustaste Pete. — Lo observé, aún tenía esa mueca de sorprendido en la cara, sostenía unas prendas en las manos y no dejaba de observarme. — ¿Qué es lo que te sucede Harry?

Él no respondió, sólo se limitó a señalarme, al principio no entendí a lo que se refería pero cuando le di un vistazo a mi cuerpo, deseé que se hiciera un gran agujero en el suelo, me tragara y me escupiera en cualquier otro lado del planeta.

— Mierda. — Fue lo único que dije antes de lanzarme a la cama para cubrirme con las sábanas avergonzada totalmente.

Pero empezó a reírse, sus estruendosas carcajadas me dejaron confundida, no podía entender qué es lo que le estaba causando tanta gracia, así que me empezaba a enojar cuando él no paraba de reírse, como si...

— ¿Te estás burlando de mí? — Le espeté. Él negó con la cabeza mientras seguía riéndose y estaba sacándome de quicio. — ¿Qué es lo que te sucede Harry? — Volví a hacerle la misma pregunta, ya que se reía sin cesar .

— Nada, nada. — Negaba entre risas. — Es sólo que... — Me señaló, ni siquiera podía hablar en medio de tanta risotada. — Es la situa...

Unos toques en la puerta lo interrumpieron a él y a su risa, que de inmediato se le borró al escuchar a su hermana.

— ¿Pete? ¿Sucede algo? — La voz de Maddison se hizo presente detrás de la puerta.

El corazón se me aceleró de inmediato al escucharla y miré a Harry con los ojos abiertos sin saber muy bien qué hacer, estaba desnuda en su cama y con la imaginación pervertida de Maddison, la situación podría malinterpretarse de mil y una manera.

Harry me hizo una seña para que me cubriera con las sábanas y lo hice, podía escuchar los latidos desbocados de mi corazón, mientras lo veía dirigirse hacia la puerta por medio de la tela delgada que me cubría.

La habitación se tornó oscura nuevamente, Harry apagó las luces y luego escuché la puerta abrirse.

— ¿Qué quieres Maddison? — Podía vislumbrar una pequeña luz que entraba desde el pasillo, Harry tenía la cabeza asomada por el poco espacio que había entre la puerta y el umbral.

— Escuché gritos... ¿hay una chica contigo ahí? — Su voz se volvió socarrona.

— Estoy viendo porno Maddison y tú siempre me interrumpes. — Su voz se escuchaba un poco temblorosa pero no creo que Maddison lo note debido al tema en cuestión.

— Bien, no te molesto más, solo espero que esta vez hayas buscado la página que te recomendé. — Hizo una pausa mientras soltaba una risilla y no pude evitar sonreír, extrañaba sus ocurrencias. — Yo iré a casa de...

— Sí, sí, no me tienes que decir a todos los lados que vayas a ir. — Harry la interrumpió antes de que pudiera decir alguna palabra más, lo cual me pareció algo extraño pero supuse que sólo quería sacársela de encima lo antes posible.

— Bueno, alguien está de mal humor hoy, no me esperes para cenar. — La escuché despedirse por fin, seguido de esto la puerta se encerró y la bombilla volvió a encenderse.

— Eso estuvo cerca. — Me quité un poco la sábana, notando como el sudor se había apoderado de mi cuerpo. — ¿A dónde va tu hermana tan tarde? — Pregunté curiosa.

— Maddison es una fiestera innata, ya la conoces. — Respondió sin mirarme. — Voy por la cena.

Salió de la habitación dejándome sola y con la curiosidad a flor de piel, ¿por qué se puso tan nervioso? ¿Por qué interrumpió a Maddie cuando habló sobre su salida? ¿Será que me está ocultando algo importante?

Sacudo la cabeza intentando alejar esas y más preguntas que empezaron a desarrollarse en mi cabeza, había sido un día largo y no podía dejar que mis pensamientos me dominaran, y además, la verdad siempre sale a la luz.

Así que no había de qué preocuparse, ¿verdad?

~*~

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