«No confíes en nadie mi bella princesa, no aún»
Mientras uno desmantelará el circo, otro no descansará hasta convertirte en cenizas... Mientras uno te prometerá amor eterno, otro sueña con arrancar tu cabecita y beber de la sangre que ésta desprend...
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Primera Sorpresa:
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Día de planes.
Alexandra
Las quejas, sumadas a tres pares de profundas medias lunas me reciben cuando me adentro a la cocina.
—¡Buenos días, buenos días!- Canturreo, ganándome miradas de odio. —¡Pero que linda mañana!
—Alexandra te voy a lanzar el sartén como no te calles— Me señala Ginna — Y hablo muy en serio.
—¿Y esas caras?— Hago un puchero— ¿No durmieron bien?
—Sabes,— Wendy se sienta encima de la isla mientras bebe un vaso de leche— Hay personas que beben mucho, luego al otro día el alcohol les pasa factura con síntomas desagradables que unidos forman la famosa resaca— Me explica como si fuese un bebé, más decido seguirle el juego.—Es que seguro en el campo no te explicaron eso.
—¡Ah!— Me hago la asombrada— Verdad que todos los días una aprende algo— Agarro una manzana del frutero.
—Rosie...—Mi prima corta nuestro tema — ¿Me alcanzas el jugo?
La verdad esperaba el típico desayuno poco comestible y grasoso que preparamos los chicos de mi edad, pero no; aquí se come muy sano.
Al final en innegable que las chicas me han sorprendido en más de una ocasión.
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—¿Hablaste con mi madre?— Ginna se calza las zapatillas mientras me habla.
—En la mañana.
Cuando desperté tenía muchas llamadas perdidas, y contesté para decirles que estábamos en el depa de Wendy y nos sentíamos de maravilla.
Mis tías nos creyeron ya que quienes dieron la cara fuimos yo— que no ingerí una sola gota de alcohol— y Ginebra que puso todo su empeño para no arrugar el ceño ni dar sospecha de la enorme resaca que se cargaba.
—No. Me refiero a ahora, te dije que las llamaras— Continúa alistándose.
—No me contestaron— Miento. Jamás las llamé. Ayer la pasé tan bien y me he divertido tanto que quiero seguir andando con ellas.
