A lo largo de su vida, siempre había escuchado decir que "un mundo rosa, no se puede pintar de gris", jamás le tomó importancia. Pero cuando un accidente automovilístico destroza gran parte de su vida, frente a sus fanales oscuros y vidriosos se da...
A lo largo de su vida, siempre había escuchado decir que "un mundo rosa, no se puede pintar de gris", jamás le tomó importancia. Pero cuando un accidente automovilístico destroza gran parte de su vida, frente a sus fanales oscuros y vidriosos se da cuenta de que tal vez un mundo gris no pueda ser pintado de rosa, pero un mundo rosa si puede ser pintado de gris.
Su mundo pasó de ser rosa a ser gris, donde hubo luz se formó oscuridad. Y la vida de Alai se apagó poco a poco, el cielo brillante que contemplaba todos los días paso a ser un gris y oscuro en el que solo unos pocos rayos de luz se apreciaban de vez en cuando.
La felicidad se la llevo el cielo rosa, y también se la regresó. O quizás Ricardo, su tímido colega de equipo, fue quien lo hizo.
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