5 chicos, hermanos, endemoniadamente apuestos y buscan secretaria. Suena tentador ¿verdad? ¿Podrías quedarte solo con uno? Obviamente no.
Cuando Amelia se ve en la desesperación de encontrar trabajo no desaprovecha la oferta de ser secretaria de cin...
Su respiración y la mía tomaron el mismo ritmo, seguía acariciándome dulcemente y llevó su pulgar derecho a mis labios para pasarlo creando mucho calor y tensión, más de la que ya había.
Se acercaba poco a poco, no fue nada violento, más bien era algo tierno y romántico. Cuando por fin mis labios tocaron los suyos besándonos, me lo imaginé como en las típicas películas pastelosas. Los besos de Dorian eran tan dulces, tan diferente a cualquiera de sus hermanos que no tengo palabras para describir ese momento.
Sus manos tomaron mi rostro delicadamente, mientras él seguía besándome introduciendo su lengua en mi boca y mordiendo mi labio inferior. Sus besos, caricias... Todo lo hacía lento algo que lo hacía enloquecerme queriendo más.
Dorian se echó hacia atrás acomodándose y me subí encima de sus piernas, estaba sentada en sus muslos mientras él atrapaba de nuevo mi boca y me acariciaba la espalda.
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Me aferré a su cuerpo, sus manos tensas movían mis caderas haciendo que el roce entre los dos le hiciera gemir.
— ¿Molesto?— ¿Que cojones? Me giré viendo cómo Dilan nos observaba desde la puerta, me volví para poder maldecirme en multitud de idiomas.
— Si, ¿te importa?— contestó Dorian, yo estaba un poco OSTIA PUTA.
— ¿Qué cojones hacéis?— abandonó la puerta acercándose.
— Joder Dilan, ¿No puedes irte sin más?— lo siento aquí Amelia estaba modo avión.
— Podría.
Dorian se levantó dejándome a un lado de la cama.
— ¿Buscas pelea?— se encaró a Dilan, los dos eran prácticamente de la misma estatura.
— Tranqui, quería preguntar a Amelia.— joder... Le miré y él me devolvió la mirada.— ¿Quién de los dos besa mejor?
— ¿Qué cojones dices?— volvió a decir Dorian.
— Dilan y yo nos besamos.— dije por fin, ya era hora de decir algo.
Dorian miro a Dilan como si fuera a matarlo en cambio Dilan estaba tranquilo y esperando mi respuesta.
— ¿Y bien?— ahora quién me preguntaba era Dorian.
— ¿Pretendéis que os conteste?
— Si.— ambos contestaron.
— No. No voy a contestaros a ninguno de los dos. Sois demasiado diferentes. Dilan es mucho más brusco y pasional, y Dorian es más delicado y romántico.
— Osea que te gustan más los míos.— se sentía un tono victorioso en Dilan.
