El cobertizo
Estuve varias horas practicando.
Lo primero que practiqué fue el control, ya sabía que lo tenía, pero quería controlarlo con pensamientos buenos, alguno que supiera que podría controlarlo sin ningún problema.
Cuando supe que recuerdo utilizar la llama no se contenía, la controlaba tal y como yo quería. Poco a poco iba siendo más fácil pasarla de una mano a otra, incluso podía hacer que apareciera por mis brazos sin sentir ese descontrol del primer día.
Ahora pasábamos a la segunda fase. Lucha.
Tenía que saber defenderme en caso de una lucha que no pudiera evitar aunque Cori había sido muy insistente en que solo debía usar la magia en ocasiones especiales para no agotarme con demasiada rapidez. Fuera como fuese iba a tener que normalizar utilizar pelear.
—Está bien. Recuerda, manos hacia delante con las palmas apuntando al objetivo.
Objetivo: Diferentes tablas de madera que se comportaban con dianas.
Finalidad: Mejorar la puntería.
¿Lo conseguiría? Eso está por verse, pero por si acaso teníamos un extintor cerca.
Los primeros tiros no pude contener la fuerza y siempre se iban hacia arriba yéndose hacia el bosque. Ahí estaba Cori para evitar que saliera ardiendo medio bosque.
Eran las 9 de la mañana, llevaba casi 4 horas practicando y había mejorado mucho en puntería. Las dianas estaban quemadas y eso significaba que había dado en más de una ocasión. Ya sabía controlar el poder que acumulaba en las manos, la fuerza que necesitaba para expulsarla y como controlar la trayectoria.
Las gotas de sudor no dejaban de caer por mi frente y espalda, era asqueroso y estaba agotada tanto física como mentalmente.
—Está bien por hoy —Cori se apoyó en el saliente donde estaba sentada mientras bebía agua—. No servirás de nada si estás exhausta.
—No quiero que el poder se descontrole.
—Amelia, vas muy bien. Nadie ha manejado su poder con tanta rapidez, deberías estar orgullosa.
Asentí, sus palabras me llenaban, pero tenía una idea muy fija en mi cabeza. Por nada del mundo ese sueño podía hacerse realidad y aunque Cori piense que iba a parar... no podía. Tenía que continuar.
—Voy a preparar la comida —dijo de nuevo—. Hazme caso y para. Es por tu bien.
—Vale —respondí.
Se metió en la casa dejando la puerta entornada. Con pasos firmes aunque cansados me puse de nuevo en posición de ataqué en frente de algunas de las dianas. Puse mis manos firmes y con fuerza, ayudándome del movimiento de hombros lancé una bola de fuego verde que quemó una de las maderas.
Al momento que esta quemó la superficie del tablón sentí una fuerte punzada en el cuello. Caí de rodillas junto con una gota de sangre que salió de mi nariz cayendo por el perfil de mis labios creando ese hilo de sangre llegando hasta la barbilla y de ahí al suelo.
—Si sigues así conseguirás desmayarte —la voz de Damian me sorprendió aunque si le miraba probablemente volvería a marearme.
—Quiero controlarlo —dije con voz entrecortada.
—Tienes miedo.
—¿Tanto se nota? —me levanté del suelo sintiendo una punzada de dolor en las sienes.
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Salvaje - Bilogía «Indómito» {#1}✔️
Fantastik5 chicos, hermanos, endemoniadamente apuestos y buscan secretaria. Suena tentador ¿verdad? ¿Podrías quedarte solo con uno? Obviamente no. Cuando Amelia se ve en la desesperación de encontrar trabajo no desaprovecha la oferta de ser secretaria de cin...