Hora de conocer la verdad
Me desperté con los primeros rayos de sol que iluminaron mi rostro. Me gustaría decir que había dormido plácidamente, pero mentiría. Tuve las palabras de Cori continuamente en la mente, como si fuera un bucle del cual no podía escapar.
Apoyé mi cuerpo en mis manos manteniendo medio cuerpo tapado por la sabana. Seguía llevando el vestido de ayer en la noche aunque se podía ver en los pequeños pliegues que había estado moviéndome más de lo normal.
Unos toques a la puerta me hicieron respirar a conciencia.
—¿Amelia?
Dudé si responder. No quería volver al mismo sentimiento de anoche. No quería repetir nada de anoche, pero evitarlo era estúpido y tarde o temprano me tendría que enfrentar a lo que tuviera que conocer, fuera bueno o malo.
—Pasa —contesté elevando la voz.
La puerta se abrió con delicadeza, los ojos azulados de Dilan resaltaban en la oscuridad dando cierto sentimiento escalofriante, pero su sonrisa opacaba toda mala intención. Cerró la puerta a su espalda y se quedó cerca del tocador, no llegó a acercarse por completo.
—¿Cómo has dormido?
—Bueno, no he dormido muy bien, la verdad —me senté con más comodidad dando varios toques al colchón, él entendió y se acabó sentando delante de mí— ¿Tú como has dormido?
—Amelia...
—Oh, claro. Nunca había pensado que todo esto... fuera real. Por una parte me hubiera gustado que fuera una pesadilla.
—No es culpa tuya. Normalmente pensáis que somos ficticios y nosotros no solemos ir mucho a tu mundo por lo tanto... cuando pasa solo lo hacemos en sitios concretos o por algún buen motivo.
—Siento mucho lo que paso ayer. Por todo. Yo... no...
—Tranquila. Es pasado. Si he aprendido algo siendo vampiro es que no todo es para siempre, no voy a martirizarte por lo que ocurrió ayer ni nadie lo hará y si lo hacen se las verán conmigo.
Sonreí, tímida.
—Tengo que ir a hablar con Cori. Y... tengo que ver que puedo ponerme que no sea demasiado principesco.
—Te queda bien verte como una princesa.
—No sé si el estilo de cuento es mi estilo perfecto, pero si tan bien me queda tendré que probarlo —reí levantándome de la cama y abriendo el armario
Pasé varios vestidos y Dilan se sentó con las manos apoyando su torso detrás de él. Yo fui agarrando diferentes vestidos, los que menos encajes o colores voluminosos tenían. Fui descartando hasta que di con unos pantalones que parecían desencajar con cualquiera de la ropa que había allí. Los agarré poniéndolos delante de mis piernas y Dilan los observó con detenimiento.
—¿De quién crees que pueden ser?
—Bueno si no fuera porque son míos diría que...
—¿Son tuyos? Joder, lo siento —debería empezar a apuntar todas las veces que he deseado morirme de la vergüenza.
—Espera, no los sueltes tan rápido —se levantó de la cama antes de que pudiera dejarlos en alguna otra parte—. Tengo una idea. Espera.
Abrió la puerta de la habitación y se marchó con prisa. A los pocos segundos volvió a aparecer con una camisa blanca que podría haberla imaginado puesta en él dándole ese toque tan romántico como la noche anterior.
—Ten —la dejó en la cama y me miró con una sonrisa ladeada—. Creo que te quedará algo grande, pero seguro que te quedan bien. Llamaré a Cori para que te lo arregle.
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Salvaje - Bilogía «Indómito» {#1}✔️
Fantasy5 chicos, hermanos, endemoniadamente apuestos y buscan secretaria. Suena tentador ¿verdad? ¿Podrías quedarte solo con uno? Obviamente no. Cuando Amelia se ve en la desesperación de encontrar trabajo no desaprovecha la oferta de ser secretaria de cin...