Chapter 9

743 27 8
                                    

Una vez mas lo siento por la tardanza /-\

Thomas POV.

-¿Thomas? –responde Charles del otro lado de la línea.

-Charles, hombre, oye ¿Podríamos hablar hoy?

-Si, por supuesto, ¿Estás en Dubai?

-Si, estoy en la oficina, cuando llegues pregunta por mí y te traerán.

-Okay. Vengo llegando, ya tenía planeado pasar.

-Bien, te espero.

Corto la llamada y ordeno el escritorio mientras espero a Charles.

Minutos después entra William.

-Aquí está el señor Horton –me dice.

-Hazlo pasar, gracias –le dedico una sonrisa y después entra Charles.

Se sienta frente a mi escritorio.

-Charles, que bueno que viniste –le digo.

-Antes que nada –eleva sus manos-. Mira, quiero que veas esto.

Me entrega un papel grueso que tenia entre sus dedos.

Aunque nunca había visto uno, se lo que es.

Mi boca se queda ligeramente abierta mientras aprecio la distorsionada imagen de mi hija.

-Es niña, ya te lo ah dicho Teresa, ¿Verdad? –inquiere.

-Si –logro responder-. ¿Sabes cuando nace?

-No con ciencia exacta, pero a finales de Junio o principios de Julio.

Me quedo mirando al bebé de la foto, apenas logro distinguir un poco su rostro.

-Es demasiado pronto, lo se, pero creo que tiene la nariz de teresa.

No logro apreciarlo con claridad, pero sonrío.

-¿Qué pasa? –inquiere-. Sonabas ansioso por el teléfono.

-Bueno –no tengo que pensarlo demasiado, ya eh pensado en mis palabras antes así que me limito a decirlas-. No quiero que el bebé nazca lejos de su padre.

-Voy a estar con Teresa en todo momento…

-No. Me refiero a mí.

-Tu… tu vas a estar ahí, Thomas. Como habíamos quedado.

-No, no entiendes. No quiero hacer esto, Charles. Quiero ser el padre del bebé.

Se queda mirándome fijamente, incrédulo.

-No va a pasar –murmura bruscamente, poniéndose de pie.

-¿Cómo que no va a pasar? –inquiero ligeramente molesto, levantándome también.

-Se hará todo como habíamos quedado.

-No –remarco firmemente-. Yo voy a ser el padre de mi hija.

-No –reafirma el-. No lo serás.

-No puedes evitarlo. Basta con que yo diga la verdad.

-Si, y yo también puedo decir la verdad.

Entrecierro los ojos.

-¿De que hablas? –pregunto confundido.

-Yo lo se todo, Thomas. Y puedo destruir tu vida con tan solo decírselo a la persona adecuada… o a la persona incorrecta.

Me quedo con la boca abierta, impresionado por este cambio en su ánimo. Es como si ya no estuviera viendo al mismo Charles de hace cinco minutos.

Problemas InternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora