08🍓

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Cuando por fin lo acepté, sentí como el hueco vacío de mi corazón ahora se llenaba de sentimientos de amor. Me quedé dormido después de perderme en mis pensamientos.

Había mariposas revoloteando sin parar en un gran jardín donde los rayos del sol eran lo único que iluminaban el lugar. Incluso pájaros cantaban, había flores por todos lados y una fuente de agua. Parecía un lugar sacado de un cuento de hadas.

Había un pequeño quiosco a lo lejos y entonces decidí recorrer el camino que me llevaba hasta él.

Cuando casi llegaba, pequeñas hadas aparecieron y me llenaron de destellos para cambiar mis ropas a un color blanco. Un chico alto de cabello castaño con ropas blancas que llevaba una diadema de flores en su cabeza me esperaba.

Cada escalón que subía brillaba de luz. Llegué hasta el, se volteó hacia mí, me colocó la diadema, se inclinó y me pidió mi mano.

Yo acepté, entonces me tomó de la cintura mientras sosteníamos nuestras manos y comenzamos a bailar lentamente.

Su sonrisa era tan linda como sus ojos, sus labios eran rosados. ¿A caso era un príncipe?, digo, es estúpido decir que los príncipes azules existen, pero creo que desde ahora creo en ello y no precisamente era uno azul. Era mi príncipe blanco, y blanco significa pureza y paz, y era lo que él me transmitía cada vez que lo miraba.

Danzábamos lentamente y el sol era el único testigo de nuestro vals.

Mi corazón latía rápido por cada paso que dábamos. No quería despertar de este hermoso sueño. Quería ser feliz, y aquí lo era.

Podía sentir el suave tacto de su piel debido a que nuestras mejillas se rozaban, sus mechones se movían al compás del viento. Me alejó un poco para tomarme de los mofletes con sus manos mientras yo le observaba fijamente. De nuevo me regaló esa sonrisa que tanto me gustaba e incluso su lunar debajo del labio estaba presente.

Mi príncipe blanco. Quiero quedarme contigo por siempre.

Acercó su rostro lentamente y cerré mis ojos. Entonces fue cuando pegó sus labios con los míos.

Nos fundimos en un beso dulce y suave. No había movimiento, solo nos encontrábamos sumergidos en la sensación de la presión de nuestros labios. Sentí que volaba en el cielo y que el tiempo se detenía.

Todo se sentía tan real que, no parecía un sueño, entonces... fue cuando el sonido de mi alarma sonó haciendo que me despertase.

Esa maldita alarma.

Renegué molesto y tomé mi celular para apagarla. Era sábado así que no importaba que me levantase tarde, a la mierda todo, iba a seguir con mi sueño, pero escuché el sonido de unos zapatos caer al suelo y fue cuando pude visualizar mejor. Jungkook se encontraba en la orilla de la cama quitándoselos.

-Mmm, ¿Jungkook? ¿Acabas de llegar? -decía aun adormilado mientras tallaba mis ojos.

-Si -se levantó de la cama para retirarse la ropa.

-Creo que... -bostecé. -Debería irme a mi habitación -tomé mi almohada.

-Taehyung aún sigue dormido, por mí no hay problema que sigas durmiendo aquí -se metió a la cama solo con bóxer y después se colocó la manta dándome la espalda para simplemente dormir.

Aun me costaba abrir los ojos completamente y entonces decidí también volver a la cama. Estaba tan semidormido que ni siquiera me había percatado de que estaba durmiendo junto a Jungkook, que hace unos momentos había soñado con él y que la noche anterior me había dado cuenta de que me gustaba.

Egoist ✈KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora