💀EPILOGO🍓

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5 años después

—¿Te gustaría ir a cenar saliendo de aquí? ¿Qué dices? —decía recargado sobre el monitor de la computadora y guiñó su ojo.

—Estoy muy ocupado Gyu.

—¿No te cansas de pedirle una cita? —preguntó mi compañera de al lado. —Tiene pareja.

—Mientras no vea el anillo no lo creeré —dijo retirándose.

—El nuevo sí que es molesto e insistente —decía mi amiga sentada a un lado de mí.

—¡Park! —gritó mi subjefe, alcé mi vista irritado porque ya sabía para que me llamaba. Me levanté de mi asiento y me dirigía hacia él.

—¿Qué sucede superior Kang?

—Ve a comprar dos americanos helados y un latte —me entregó el dinero exacto, alcé mi ceja y el idiota de mi superior me dio la espalda para largarse. Me dirigí a mi lugar para tomar mi chamarra e ir.

—Estoy rodeado de puros idiotas en este trabajo a excepción de ti —dije molesto.

—Jimin, ya te he dicho que no dejes que ese imbécil te tome por su mandadero.

—¿Qué puedo hacer?, es mi superior y tengo que hacer lo que me dice. Si no, podría perder el trabajo.

—Voy a rociar su auto con spray y pincharle las llantas, a ver si así deja de molestarte.

—Déjame ayudarte —dije riendo y tomando mi abrigo para irme.

Salí del edificio, crucé algunas calles y entré a Starbucks para comprar las bebidas. Siempre era lo mismo, desde que entré a trabajar en la empresa, el superior Kang había mostrado interés en mí, incluso me proponía disminuir mis horas de trabajo o encubrirme si llegaba tarde, pero con una condición, acostarme con él. Cosa que obviamente rechacé y entonces fue cuando comenzó a tratarme mal.

Estaba harto de ese tipo de personas aprovechadas. Es muy difícil de librarse de esa gente, está en todos lados.

Después de que compré las bebidas, intenté ir lo más lento que podía para llegar al trabajo, pues no quería ver a mi superior, lo único bueno era cuando se largaba en su hora de salida, para mí era paz. El semáforo estaba en rojo. Vi el reloj en mi muñeca y suspiré grueso.

Se volvió verde y caminé. Llegué a la acera y sentí como si alguien me estuviese siguiendo, así que me detuve en seco y me di la vuelta.

—Detenga el auto, por favor —salió del automóvil y me dio una gran sonrisa, claro, no podía verla por el cubrebocas, pero lo noté por sus ojos. —¡Jimin! —gritó y se dirigió hacia a mí. —Me alegra que solo estés sosteniendo cafés y no un niño que no es mío.

—¿Qué? —pregunté confundido.

—Nada —carcajeó, se acercó a mí y comenzó a darme besos por todo el rostro mientras me tomaba de la cintura.

—Mmm, Kookie, alguien podría verte, llegaste muy temprano, ¿no íbamos a vernos más tarde?

—Pasé cerca de aquí y te vi en la calle, lo cual me pareció extraño.

—Es el idiota de mi superior, me trae de su mandadero.

—¡¿Te trae de su qué?! —gruñó molesto. —Ahora mismo voy con ese hijo de puta a reclamarle.

—¡No, espera! —le halé del brazo. —Solo llévame a dar una vuelta, ¿sí?, quiero despejar mi mente por un momento —subimos al auto cuidando de que no hubieran paparazzis cerca. —Estoy muy molesto, creí que trabajar con el señor Galliano sería diferente, pero solo soy el chico de los mandados —suspiré pesado. —Se que tengo poco tiempo ahí, pero ese no es mi trabajo. Tal vez... ¿debería renunciar?

Egoist ✈KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora