Better Being
Fong observaba las grandes letras color blanco las cuales formaban un arco sobre la entrada. Grandes árboles yacian en los alrededores así como un largo e inmenso paredón que rodeaba todo el recinto. Antes de entrar por el gran porton, acomodo sus cabellos hacia atrás de una forma rebelde. Apesar de solo tener veinticinco años lucia como un hombre temible y poderoso, al menos eso decia algunos millones guardado sobre su cuenta personal, aunque no se podía comparar con la magnitud de su jefe, quien había amazado su fortuna a base de fraudes y mentiras. Fong no tenía permitido indagar de más en esos asuntos y el dinero que tenía en el Banco solo era un dinero que Porsche Suppasit le había dado como pago por ensuciarse las manos por él. No estaba orgulloso, mucho menos sentia algún tipo de arrepentimiento, después de todo entendía que ningún hombre poderoso subía a la sima con un historia limpio y honorable.
─ Buenas noches ─ le saludo el de seguridad quien hacia sus habituales recorridos.
─ Buenas noches ─ respondió Fong sin mirarlo cuando las dos puertas de vidrio se abrieron a su paso.
Siguió de largo y justo se detuvo delante de una ventanilla, del otro lado un mujer con cabello cobrizo y maquillaje extravagante le sonrió al momento de verlo.
─ Es bueno verte de nuevo Fong ─ ella le sonrió con lasciva justo como solía hacer cada vez que tenía la oportunidad de verlo.
─ Llaves ─ pidió impaciente, ésta noche no tenía tiempo ni las ganas para lidiar con sus coqueteos.
─ Estas impaciente hoy ─ ella le entregó dicha llaves sin borrar su tonta sonrisa ─ charlemos un momento.
─ Sabes que el unico motivo por el cual vengo hasta aquí es únicamente por órdenes del señor Suppasit, no vengo a ser tu amigo Angie.
─ ¡Oh! estamos frígido esta noche ─ ella se rió ─ Como sea, ten cuidado, ha estado algo nerviosa por la tarde y debimos aumentarle la dosis.
─ Espero que no hayan usado algunos de sus "métodos"para calmarla ─ la miró con ojos amenazantes ─ Sabes que si el señor Suppasit se entera que su esposa ha tenido un terrible trato no volverás a ver la luz del día y se encargará que este centro sea cerrado.
─ Tranquilo hombre, como dije, ésta tarde se colocó muy nerviosa e insistía que quería ver a su hijo, asique solo la sedamos para que dejara de gritar ─ rodó los ojos ─ Sé muy bien cual es mi trabajo, aunque cada vez se me hace complicado manejarla.
─ Tu solo procura hacer bien tu trabajo que por algo se te esta pagando para mantener la boca cerrada ─ le dijo para luego girar en dirección a las habitaciones.
Camino por un largo pasillo y se detuvo un momento sobre el área de reposo. Observo a todos aquellos pacientes vestidos de color azul marino y blanco que hablaban en susurros sosteniendo sus cabezas. Un pequeño chico yacía sentado sobre una mesa cercana al ventanal central, sus pies descalzos eran unos de los más limpios de los presentes y sus facciones mostraban un rostro angelical, incapaz de creer que alguien como él estuviera en aquel sitio de locos. Sus labios se movían susurrando una melodía mientras sus ojos castaños observaban el vidrio con total libertad. Sus pies se balanceaban mientras cantaba una canción que no llegaba a escuchar. No sabía porque le llamaba la atención aquel muchacho, pero simpre lo hacía daba vez que venía por aquí.
Siguió caminando hasta dar con la puerta color gris, con el número 220, la cual abrio suavemente, un chillido se escucho dentro de esas cuatros paredes. Una mujer de cuerpo delgado, cabellera oscura hasta la altura del hombro se encontraba observando por la pequeña ventana con barrotes. No podía escapar, no quería gritar porque sabía las consecuencias que eso traería. Solo se limitaba a jugar con sus dedos como si fuera una niña pequeña.
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Dentro De Ti
Dragoste(MewGulf) > ¿Que tan vacío hay que estar para odiar a un ser inocente? ~ Un embarazo. ~ Una separación. ~ Dinero, poder y egoísmo • Romance, Drama. • Mpreg (Historia completamente de mi autoría) ©Shane_614