𝙎𝙖𝙮 𝙮𝙤𝙪 𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙢𝙚 [ 𝙕𝙝𝙤𝙣𝙜𝙘𝙝𝙞 +18 ]

3: Amigos

—¿Sabes qué otras formas hay de tener sexo? —Aether escupió el agua, mientras Paimon empezó a gritarle, golpeándole el hombro.

—¡¡Paimon te advirtió de que no teníamos que venir, que la comida era una trampa!! —el rubio la apartó, mientras su cara reflejaba su terrible incomodidad hacia el ex arconte, aún carraspeando.

—Zhongli, te dije que fueras a la biblioteca y... —empezó a decir el rubio, siendo interrumpido por el contrario.

—Pero por tu forma de decirlo parece que debes saber —dijo Zhongli, encogiéndose de hombros.

—... —Aether se quedó en silencio durante varios segundos, respirando hondo y suspirando lentamente—. Estoy rodeado de pervertidos.

—¡Estamos! —corrigió la pequeña—. Primero Kaeya, luego Lisa, Albedo y sus experimentos, Tartaglia al parecer también, ¡y ahora Zhongli...! Ese Fatui te ha corrompido. Aether, huyamos.

—¿Pero vas a contestar a mi pregunta o no? —inquirió el castaño, mirando al viajero.

—Estoy a esto de morirme —contestó el rubio, apoyando la cabeza sobre la mesa y haciendo un gesto con los dedos—. ¿Voy a tener que pagar la comida también, no?

—Podemos dejarla en la cuenta del Banco del Norte, pero me gustaría que respondieras —Paimon miró a Aether, cansada de su conversación que no estaba yendo a ninguna parte.

—¿¡Por qué tendríamos que saber eso!? —exclamó la pequeña, alzando la voz mucho más de lo necesario.

—No lo sé —suspiró, desviando la mirada.

—¿No sería mejor que le preguntaras directamente? —interrumpió Aether, su expresión siendo una de claro cansancio—. Quiero decir, te estás acostando con él, debería enseñarte estas cosas.

—No quiero quedar tan mal —musitó.

—Estás quedando fatal ahora mismo —dijo Paimon, colocando las manos en sus caderas mientras flotaba, un poco más tranquila—. Vete a la biblioteca a leer algo sobre eso, pero deja de venir a buscarnos para hablar de tus aventuras con Childe.

Zhongli bajó la cabeza, sabiendo que les estaba presionando demasiado.

—Me disculpo, dejaré de hablar sobre este tema entonces. Me he excedido —Aether suspiró aliviado, Paimon levantó una ceja, cruzándose de brazos sin fiarse de la palabra del ex arconte.

—¿Oye, pero estáis saliendo? —preguntó el rubio, ignorando la mirada asesina que le dio Paimon al ver que seguía con esa conversación. Zhongli levantó la cabeza, negando—. ¿No? Siempre creí que sí.

—Él etiquetó nuestra relación como "amigos con derechos", por lo que supongo que no hay ningún sentimiento de por medio —explicó, viendo las raras expresiones que sus amigos pusieron cuando le oyeron decir esas palabras.

Aether se quedó en silencio, Paimon hizo una mueca de disgusto.

—¿¡Pero se supone que eso no se debe contar!? —gritó ella, poniendo la voz más aguda de lo normal—. ¿¡Childe no te ha contado ni lo más básico!?

—¿Era un secreto? —inclinó la cabeza, viendo como sus dos amigos ponían los ojos en blanco.

—Sí, y no creo que le haga mucha gracia si se entera de que lo sabemos —suspiró el viajero, saliendo de su trance, pasando la mano por su rostro—. No importa, no se lo diremos a nadie, así que no te preocupes.

Zhongli bajó la mirada. Todo eso era muy confuso, no sabía nada de ese tema y comenzaba a molestarle bastante. Él, que sabía de cualquier tema que se le preguntara, no tenía ni idea de algo tan primitivo como el sexo. No estaba para nada acostumbrado a no conocer algo, y la impetencia y frustración iban aumentando conforme más cosas se le presentaban.