Epílogo

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—Paimon no piensa ir —la pequeña se cruzó de brazos, girando la cabeza en dirección contraria al rubio.

—Paimon, te prometo que esta vez Zhongli no dirá nada de eso —aseguró Aether, tratando de convencerla. No podía echarle la culpa por no querer acompañarlo, después de todo, era cierto que últimamente todas las veces que se había visto con Zhongli solo habían sido para hablar de Childe.

—¿Sí? ¿Y cómo sabes tú eso? —el rubio se encogió de hombros, evitando los ojos de Paimon, quien le señaló con el dedo—. ¿¡Lo ves!? ¡Ni siquiera tú me puedes decir nada! ¡No mientas a Paimon!

—La última vez me pareció que había entrado en razón —musitó Aether, recordando la expresión de Zhongli en su última conversación.

—Ya, pero a saber lo que han podido hacer —masculló Paimon—. A esos dos los veo capaces de todo, menos sincerarse el uno al otro.

Aether asintió varias veces con la cabeza. Los dos estaban pensando con el pene en vez de con la cabeza. Eran unos tremendos idiotas, totalmente el uno para el otro.

—De todas formas ya hemos quedado con Zhongli, así que venga, acompáñame —le pidió el rubio a su amiga, sonriendo. Paimon volvió a girar la cabeza, negándose en rotundo—. Si vienes, más tarde te compraré toda la comida que quieras —Paimon agrandó los ojos, girándose hacia él con una sonrisa.

—¿A qué hora decías que habíais quedado?

Cuando fueron exactamente las dos del mediodía, Aether y Paimon llegaron a las mesas del restaurante Wanmin, donde vieron a Zhongli sentado en una de estas. Al rubio le llamó la atención que ya hubieran platos en la mesa, pero quizás al ex arconte le habría entrado hambre.

Subieron las escaleras, ambos sonriendo.

—¡Zhongliii! —saludó Paimon, sacudiendo la mano a medida que se acercaban.

El susodicho reaccionó al escuchar su nombre, girándose para poder verlos, sonriendo. Sin embargo, ellos dos se quedaron quieros al ver quién le estaba acompañando.

—Oh, Aether, Paimon —sonrió Zhongli con una sonrisa. Ellos dos se quedaron paralizados en su sitio, observando al pelirrojo sentado en frente de Zhongli, quien también les sonrió.

—¡Cuánto tiempo sin veros! —sonrió Childe, mostrando una radiante sonrisa.

Paimon y Aether intercambiaron miradas, acercándose a la mesa con cautela. El rubio se inclinó hacia Zhongli, colocando su mano mientras miraba a Childe de reojo.

—¿Qué hace él aquí? —le susurró, sin saber qué era lo que estaba ocurriendo. Zhongli no le mencionó que Childe también se encontraría en su quedada.

—Ah, sí —dijo Zhongli, pareciendo haber caído en la cuenta—. Queríamos daros una noticia.

Aether miró a Paimon de reojo mientras se sentaba también en la mesa, mirando a los otros dos, quienes se sonrieron mutuamente.

—Se nota que se han estado acostando juntos —le susurró Paimon al oído, mirándolos también.

Zhongli alargó la mano hacia Childe, ofreciéndole su palma. El pelirrojo puso la suya propia sobre la de Zhongli, entrelazando los dedos. Los miraron sonrientes, un leve rubor pintando las mejillas de ambos.

—Somos pareja —dijeron a la vez.

La mesa se quedó un rato en silencio, Aether y Paimon asimilando la información. El rubio notó como su amiga respiró hondo, tomando aire y exhalando.

𝙎𝙖𝙮 𝙮𝙤𝙪 𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙢𝙚 [ 𝙕𝙝𝙤𝙣𝙜𝙘𝙝𝙞 +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora