una última canción ♩ rindou haitani

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"The night we met"
♪

Amor a primera vista o amor a primer sonido.

¿Cuál había sido la situación aquí?

La respuesta era ambas.

Si había algo que a Rindou Haitani le gustara, eran los viernes. En Bonten se mantenía algo ocupado los días que no eran ese.

Tenía que tener su fachada de hombre mafioso malvado que no sentía empatía por los demás, pero eso cambiaba en ese día. Las tardes / noches / madrugadas de los viernes podían considerarse como su pasatiempo, el pasatiempo en el que podía convertirse en un hombre relativamente "normal". Salía del trabajo y se subía a ese lujoso auto negro para dirigirse a un lugar muy especial.

El bar "Heaven" era conocido entre la clase mafiosa de Tokyo por ser confidencial. Nada de lo que sucedía ahí podía salir al mundo. Tampoco era para tanto, no había peleas de perros, prostitución o algo así, pero era cierto que los delincuentes más buscados del mundo podían hacer un torbellino de malas decisiones allí dentro y nadie que no estuviera presente lo podía saber. Tampoco era un lugar con un ambiente lúgubre, de hecho era bastante llamativo. La alfombra de color guinda. Las paredes oscuras llenas de arte vanguardista. Pequeños cuartos para parejas que querían más privacidad. Una barra con un bartender calvo que tenía muchas perforaciones. Luces de colores que cambiaban dependiendo del ambiente del lugar. Sillones de cuero negro. Mesas de billar.

Y sobretodo un gran escenario.

Ahí casi siempre tocaba un pianista con cara larga y traje negro. A Rindou le gustaba el sonido, pero no le llamaba la atención, por lo menos no lo suficiente para hacerle mucho caso. Casi siempre se la pasaba hablando de cosas triviales con los demás, bebiendo de su costoso trago o riéndose cada que Sanzu se enojaba por perder en póquer contra Takeomi.

Su parte favorita de la noche (o madrugada dependiendo de que tan cansados y hartos estuvieran los demás) era cuando sus compañeros se ponían ebrios y empezaban a hacer o decir estupideces.

Kokonoi no era mucho de acompañarlos a tomar, pero cuando lo hacía, se ponía tan ebrio que comenzaba a bailar encima de la mesa, obviamente con los aplausos y ánimos de todos de fondo.

Takeomi no bebía, simplemente se limitaba a fumar sus cigarrillos y observar a los demás con una media sonrisa.

Ran sí se ponía ebrio. Muy ebrio. Pero era el tipo de borracho que hacía puras tonterías, su máscara de seriedad era machacada cuando se encontraba en ese estado. Lloriqueaba y decía que estaba en el mejor punto de su vida. Qué quería mucho a su hermanito menor y que los perritos eran lo más especial del mundo. Ran ebrio era una descarga de peso emocional para Rindou. Le alegraba notar que su hermano mayor todavía tenía un lado humano.