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"I Wanna Dance with Somebody"

—¿A qué te refieres con que no sabes bailar? —preguntó Sumi con sorpresa

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—¿A qué te refieres con que no sabes bailar? —preguntó Sumi con sorpresa.

Como ya era rutinario, se encontraban en su habitación. Después de cada presentación se la pasaban ahí, hablando de cosas triviales, oyendo música o simplemente viéndose disimuladamente con sentimientos que desconocían entre sí.

Era amor. Simplemente no sabían cómo identificarlo.

—Ya lo he intentado y no puedo. —respondió, quitándose el saco y el chaleco. Se deshizo de su corbata y la ató a la cabeza de Sumi para molestarla un poco.

—¿Y cuando vas a fiestas que haces? —preguntó con la ceja alzada mientras bufaba con diversión quitándose el accesorio de su cabeza y lanzándolo a su cara.

—Me quedo sentado juzgando a los demás. —se alzó de hombros.

—Buuuuuuh. —abucheó. —Ven aquí, te enseñaré a bailar. —lo tomó de la mano para levantarlo del sillón en el que se había sentado hacía menos de cinco segundos. Rindou protestó un poco pero al final obedeció no sin antes rodar los ojos.

—Eres muy insistente, Sumire. —esbozó una media sonrisa.

—No me digas Sumire, no me gusta. —le dio un golpecito en el hombro. —Cada que lo hagas iré a patearte, no importa donde estés. —amenazó apuntándolo retadoramente con el dedo índice.

—Ya. Ya. No lo vuelvo a hacer, Sumi. —ella sonrió con satisfacción al oír eso y se dirigió hacia la grabadora azul posada sobre un pequeño mueble.

—Mañana es navidad. —comentó removiendo los cassettes de la caja para buscar uno en específico.

—Así es. —él zapateó observando el vestido morado que estaba usando. Era perfecto para ella, combinaba con sus ojos.

El verde y el morado eran una buena combinación desde la perspectiva de Rindou.

Miró su propia camisa blanca que estaba usando y desabrochó algunos botones para sentirse más cómodo. Sumi se burlaba constantemente de que siempre llevaba traje, hasta cuando se quedaba a dormir con ella. No había pasado nada en esas noches de diciembre, solo se quedaban viendo películas en la computadora de la fémina. La mayoría de ocasiones, ella terminaba dormida encima suyo con las piernas en cada lado del cuerpo masculino y una pequeña sonrisa. Rindou siempre le acariciaba el cabello mientras miraba los labios cerca suyo. Tenía el gran impulso de besarlos, pero no lo hacía. Quería besarla cuando ella estuviera despierta para que él pudiera recordar su reacción ante eso, esperaba que fuera una buena.

una última canción ♩ rindou haitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora