Cuatro años después
Ya en la salida del aeropuerto, con su equipaje en mano, se colocó los lentes de sol negro, y buscó un taxi que la lleve a la dirección que tenía su celular.
—Aquí es, gracias —avisó, le pagó al hombre, y bajó.
Miró la casa desde afuera, sonriendo al ver las paredes pintadas de un bonito color celeste pastel, y un jardín decorado con muchas flores de distintas tonalidades.
Tal y como una casa estadounidense.
Tocó la puerta, y esperó a que alguien la atienda, pero luego de unos minutos, la superficie de madera fue abierta por un chico de cabello rubio, quien al reconocerlo, saltó de inmediato a darle un abrazo.
—Pero si es el mismísimo Choi Yeonjun en persona .
—Te extrañé mucho, Tae —admitió el contraria, separándose de Kang.
— Mírate nada más, estas tan atractivo, el azul en serio es tu color —aseguró, sonriendo abiertamente— Ven, pasa, Beom esta arriba.
El rubio se hizo a un lado, cediendo el paso a su viejo amigo, quien se tomó un momento para explorar con la vista a la enorme casa que estaba pintada en colores pasteles claros, y adornada al estilo.
—Vaya, jamás pensé que tu relación con Beomgyu duraría tanto, me hubiese gustado estar en su boda —comentó, sonriendo al ver una foto de ambos hombres posando con coronas de flores y trajes blancos.
— ¿Quién vino, amor? —una voz masculina entró a la sala, dejando ver a un pelinegro algo adormilado— ¡Hey, Hyung! —chilló.
Se acercó, y abrazó a la susodicho, siendo correspondido por él.
—¿Cómo han estado? Pasó mucho tiempo —comento el peliazul, tomando asiento en el sillón individual.
—Bien, nos mudamos aquí hace un mes, y nos va mejor de lo que esperábamos —respondió Taehyun, sentándose junto a su pareja, y entrelazando su mano con la de él, orgulloso de su relación.
—En serio me alegro mucho por ustedes —insistió, sonriéndole a ambos.
— ¿Quieren que prepare un café o un té? —sugirió el pelinegro, estando a punto de levantarse.
—No gracias, yo debo irme pronto, solo pasaba a saludar —rio penosamente, parándose de su lugar.
—Pero si acabas de llegar —repitió el bajo.
—SÍ, pero debo hacer unas cosas. Si quieren, esta noche hagamos una cena, ¿les parece bien? —propuso.
—Aceptamos.
Los dueños de la casa, acompañaron a su invitado a la salida, en donde se despidieron de él, y la vieron subirse a un taxi.
Yeonjun buscaba en su celular un apartamento el cual pueda alquilar para salir del hogar de sus padres, y volverse un adulto oficialmente.
El vehículo frenó en un semáforo en rojo, frente a una tienda la cual le trajo ciertos recuerdos a su mente, sugiriéndole una alocada idea.
—Disculpe, ¿puede doblar aquí?
[. . .]
Parada frente a la puerta, una parte dentro de él, le decía que no debía tocar, pero la parte inconsciente actuó por sí sola, tocando el timbre de la vivienda.
Después de unos segundos ante ella, yacía la figura de un chico con pelo rojo, ropa suelta, y una expresión difícil de descifrar, puesto que parecía sorprendido, pero a la vez serio.
— ¿Yeonjun? —pronunció el más alto.
— ¿Si? —vaciló.
—Pasaron muchos años —sonrió levemente— ¿Quieres pasar?
Él asintió, y atravesó el umbral, yendo a la sala.
— ¿Quieres tomar un café?
—Claro, Bin.
El pelirrojo fue a la cocina, y luego de unos minutos, llegó con dos tazas, y una pequeña fuente con galletas dentro.
— ¿Qué tal Inglaterra? —Inquirió Soobin.
—Fue realmente hermoso, pagué mis estudios con la beca, y sobreviví gracias a un trabajo de medio tiempo que conseguí —contó, dándole un sorbo a la bebida— ¿Tú como has estado?.
—Bien, no puedo quejarme, tengo un trabajo estable, y por suerte terminé mis estudios sin desaprobar nada.
Hablaron por unos minutos más, de cosas sin tanta importancia, como de lo que hacían antes y así, recuperando la amistad que había entre ambos.
Sin darse cuenta, ella había acabado con su café, pero lo que le llamó la atención, fue una inscripción en el fondo de la taza, la cual decía un poco borroso ¿quieres salir conmigo?.
—Bin, ¿qué es esto? —enseñando el objeto.
Él suspiró, desviando la mirada— Lo mandé a hacer el día que supe que te ibas a ir de Corea, pero no tuve la oportunidad de dártelo o algo, y... Ese día que te fuiste, no lo acabaste, por lo que nunca te enteraste —confesó, rascándose la nuca, y riendo nervioso.
Yeonjun tragó en seco, sintiéndose algo incómodo ante la situación en la que se puso al preguntar el significado de la frase.
—Bin —Choi lo miró— Es... Relativamente gracioso como llegamos hasta aquí, pero, por más que me duela decirlo, yo no puedo corresponder tus sentimientos —reconoció, acercándose y sentándose a su lado—. Somos buenos amigos, y estoy seguro que ambos encontraremos a alguien que sea para nuestro futuro, pero de momento, nuestro destino no es estar juntos. Mientras tanto, solo disfrutemos de la vida, y los regalos que nos da, ¿esta bien?
Le sonrió, y le entregó un fuerte abrazo, acto el cual, el chico correspondió de inmediato, ejerciendo un poco más de fuerza, queriendo aferrarse a él.
Un pequeño flashback llegó a la mente de los dos, ese del momento exacto en el que llegaron a sentir algo por el otro, y siempre quisieron darse ese cariño que simplemente no era para ellos.
"Yeonjun sonrío encantado, viendo al joven jugar basquetball, sintiendo una nueva sensación en la barriga, dándole una idea del qué le pasaba.
Soobin reía junto a su grupo de amigos, disfrutando del momento que estaban pasando, cuando su vista se desvío a la castaña, quien reía a más no poder, y le transmitía más alegría de la que ya sentía.
Es relativamente gracioso como llegamos hasta aquí"
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♡⃕ To him [yeonbin/soojun]
Fiction Historique❛❛En realidad, no me gusta el jazz, ni los gatos. Tampoco quiero viajar por el mundo. Pero luego de ver tu lista de deseos, mi sueño se convirtió en viajar por el mundo.❜❜ ↻ 𝐒𝐨𝐨𝐣𝐮𝐧 - 𝐘𝐞𝐨𝐧𝐛𝐢𝐧 ♡⃕ 𝐚𝐝𝐚𝐩𝐭...