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Separaron sus labios, mirándose a los ojos. Ambos estaban en su burbuja, felices de que al fin algo bueno había pasado, y ninguno notó a las catorce personas que estaban pegadas a la ventana como viejas cámaras de vigilancia.
-Leah.-Llamó Bautista. La chica asintió con una sonrisa.-¿Es normal que muchas personas estén mirando por la ventana ahora mismo?.
La chica borró su sonrisa y volteó a ver, viendo como todos se empujaban por alejarse de la ventana lo más rápido posible. Bautista rió al ver que dos de ellos tenían la cara de espanto y caían al suelo siendo empujados por dos chicas, una pelirroja que reconoció y otra de cabello rizado.
-¿Qué tan listo estás para conocer a la manada de idiotas?.-Preguntó Leah, volteando a ver al chico.
-Mientras no me coman, estoy listo.-Bromeó él, tomando la mano de ella.-Si crees que es momento de que conozca a tu familia, estoy listo.
Leah asintió y miró al chico a los ojos. Bautista dejó un casto beso en sus labios y luego siguió a la chica al interior de la casa. Estaba emocionado de conocer a los demás, de eso no había duda, pero en cierto modo estaba intimidado. Después de todo, conocería a una jauría de lobos que creía que eran feroces. Todo ese sentimiento se esfumó al entrar a la sala de la casa y ver como todos los chicos presentes, incluso el primero que lo intimidó, estaban en posiciones raras, como si estuvieran "normales y casuales".
-¿Qué hacen?.-Preguntó Leah a su mejor amiga.
-Creen que si actúan como si no hubieran hecho nada malo, no les golpearas luego.-Respondió Madison, sentada en el sofá con su teléfono.
Bautista asintió levemente y miró a Marlene, quien lo miraba seria. Quizás ya no le temía tanto a los lobos como le temía a esa mujer.
-Con que volviste.-Dijo Marlene, seria. Los lobos abrieron los ojos espantados, era el mismo tono de cuando ellos la fregaban.-Dime, Bautista, ¿Qué intenciones tienes con nuestra Leah?.
Los lobos presentes, en ese momento, tenían piedad por el chico. Las chicas miraban al chico humano con sus expresiones serias e intimidantes. Leah acercó al chico a ella cuando sintió que este se tensó.
-Marlene, ¿Qué...?.-Comenzó a decir Leah.
-Ni creas que luego de haber hecho sufrir a mi mejor amiga, te saldrás con la tuya.-Dijo Marlene, mirando al chico, dando un paso hacia él.-Quizás ellos te dieron miedo, pero yo, soy peor que todos.
-Confirmo.-Susurraron Quil, Paul y Embry. Sam asintió.
-Lamento todo lo sucedido.-Dijo Bautista, parándose recto, mirando a la mujer.-Juro no volver a hacerlo, y también prometo que cuidaré de ella.
Marlene lo miró de arriba a abajo, para luego mirar a sus amigas, las cuales elevaban una ceja. La pequeña peli-azul se levantó del suelo donde estaba sentada y caminó hasta el chico.
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New Happiness |7| L.C
FanfictionLibro n°7 de la saga: "Improntas Quileutes." "-Es exactamente igual a Paul, en cuanto a temperamento. -A eso, yo le llamo: Karma, querida Lee." 👤 Leah Clearwater