Breeze, un pequeño potro, fue localizado por los equipos de rescate del parque nacional de Dartmoor pocas horas después de haber nacido. Su madre lo había abandonado y él tenía una grave deshidratación que hacía peligrar su vida.
Por suerte Breeze fue rescatado y trasladado a una granja cercana donde, tras muchos cuidados, finalmente se consiguió salvar su vida. A su madre nunca se la pudo localizar.
Poco después de llegar a la granja, para que Breeze no se sintiera sólo, sus cuidadores decidieron colocar en el establo a "Buttons", un gran osito de peluche. La reacción de Breeze fue inmediata y desde entonces permanece inseparable a su lado. Juega con él y siempre duerme en sus brazos.
El personal de la granja de esta pequeña historia dice que Breeze encuentra en el osito Button la cercanía del calor materno que necesita y que lo ha adoptado como su madre sin problemas.
Yo tengo algunas dudas al respecto. Tal vez el pequeño potrillo prefiera dormir sobre los suaves brazos del peluche que sobre la paja pero algo me dice que sigue necesitando a su madre. A veces me pregunto por qué la naturaleza es tan sabia para algunas cosas pero tan cruel e incomprensible para otras.