El despertador sonó a las cinco y media de la mañana, Louis se sentó en la cama al escucharlo, quitó de sus ojos el antifaz de algodón que usaba al dormir guardándolo en su cajón a un lado de él, talló con sus manitas sus ojitos para quitar el resto de sueño sin irritarlos. Quitó la sábana de su cuerpo y bajó los pies de la cama tanteándolos para encontrar sus pantuflas, maldijo a Harry en su cabeza cuando las encontró debajo de la cama, siempre con su pies de un metro las pateaba hasta botarlas hasta dentro.
Respiró cerrando los ojos, eso no arruinaría su día. Volteó a ver a un lado donde Harry estaba dormido boca abajo roncando, se paró primero para ver a su pequeño que dormía tranquilo, calculaba que en una hora se despertaría, rodeó la cama para llegar al rizado dejó un beso en sus rizos revueltos y se dispuso a caminar hacia el baño donde su rutina empezaría.
Se duchó, amaba estar bajo el agua aunque sea por un momento, lo tranquilizaba demasiado, después de colocar los productos que usaba en su cabello-los cuáles eran demasiados-talló con una esponja sus suaves piernas. Enredó su cuerpo en una bata cerrándola con los cordoncillos esponjosos, se paró en frente del espejo y se agachó para buscar entre los cajones su secadora-que también usaba Harry-la conectó y presionó el botón rojo, el aire caliente llegó a su cabello, peinó y revolvió un poco para dejarlo completamente seco.
Salió arrastrando sus pies para caminar ahora hasta su closet, volteó a la cama donde ahora Harry estaba acostado de lado y el rostro enterrado en su almohada. Al entrar al espacioso lugar se fue directo al área donde estaban todos sus costosos vestidos, unos eran diseñados por el especialmente, los demás eran algunos que Harry le regalaba. Buscó su vestido rojo entre los demás, desde a noche había visualizado su outfit, siempre un día antes lo imaginaba, eso si, nunca repetía las mismas prendas, nunca.
Debe dar una buena impresión vistiendo mejor que todos.
Buscó unas bragas negras de encaje en su cajón, se las colocó pasándolas lentamente por su piernas cortitas pero gruesas, quitó el costoso vestido rojo de su soporte, lo pasó por sus brazos y cabeza sintiendo la suave tela caer por todo su cuerpo hasta que se amoldó perfectamente a su figura. Cerró con agilidad el cierre en su espalda, miró por unos segundos los tacones que descansaban en el mueble, pensaba qué tal vez no combinaba, el era muy especial si se trataba de lo que usaba, todo tenía que ser a la moda, llamativo y lindo ya que no podía salir mal en ninguna foto que algún paparazzi le tome, o si no acabaría con la carrera de todos.
Al final luego de analizarlos perfectamente bien decidió ponérselos. Ahora solo faltaba su maquillaje, nada cargado solo natural. Al momento de tomar su bolsa de maquillaje un llanto lo hizo salir rápidamente.
El pequeño Dean movía sus manitas en desesperación y sus ojitos verdes estaban llenos de lágrimas, sus mejillas coloradas estaban húmedas. Louis llegó a él y lo sacó con cuidado de la cuna, palmeó su espaldita con la palma de su mano para arrullarlo y calmar su llanto.
"Ya pastelito". Besó su cabecita, el pequeño se tranquilizó al reconocer a su padre.
Harry se acercó mientras acomodaba el cuello de su camisa blanca, la corbata mal puesta estaba alrededor de su cuello, como siempre esperaba a que Louis la acomodara.
"Tú madre me mando un mensaje, viene en camino para llevarse a Dean". Avisó Harry.
"Esta bien, sostenlo en lo que terminó de arreglarme".
El pequeño se emocionó al estar en los brazos de su padre el cual le hizo caras raras para hacerlo reír.
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Mafia Roja. Ls
FanfictionHarry hará todo lo posible por mantener a salvo a su familia, aunque eso implique matar a los de su propia sangre.