Cuando las puertas son abiertas es empujado hacia dentro, rueda los ojos por el trato pero piensa que así son las cosas en este mundo. Le dejan pasar por casi toda la casa, dándole un recorrido, aunque no quiere mirar mucho, si fue traído hasta allí con un saco en su cabeza es porque no querían que viera de más. Con los nervios recorriendo su cuerpo sigue caminando sin que se note su temblor, por dios es el jodido presidente.
Cuando es llevado a su destino ve a ambas impotentes personas frente a él.
—Mucho gusto señor presidente.—Harry se adelanta a saludar.—Ya debe conocernos y si no, Harry Styles y mi esposo Louis Styles.
—Un gusto por fin conocerlo Beneck.—Louis aún sentado ya que no quiere gastar fuerzas en alguien como el, lo saluda de todos modos solo por educación.
—¿Qué hago aquí?.—Mira a su alrededor nervioso.
—Pero primero siéntese y tome algo, a las visitas se les trata bien para que tengan una buena reseña de nosotros y así decirles a los siguientes presidentes que no somos como nos pintan.—Le hace una señal con la cabeza que no piensa hacerla dos veces.
Toma asiento a dos sillas de ambos donde puede mirarlos a los dos, llega una de las sirvientas y sirve un poco de whisky para que pueda probarlo. Louis rueda los ojos fastidiado, quiere irse de allí y tomar un baño.
—Subiré a la habitación, tus asuntos no me interesan.—Susurra en el oído del mayor.
—Te quedaras aqui.—Y aprieta su muslo, Louis muerde su labio.
—¿Y bien? ¿Qué tal?.—Con una sonrisa en su boca pregunta.
—Es bueno... pero ¿Qué hago aquí?
—Qué insoportable.—Louis habla.
—Tantas preguntas suelen molestarme Beneck.—Harry le mira penetrante, el solo traga.—Pero si insistes tanto en saber.
Hace una seña a uno de los guardias que sostenía un sobre para que se lo entregue. Al tenerlo en sus manos le mira con una sonrisa y lo tira sobre la mesa sin cuidado hasta que llega hacia el, aún asustado, lo toma y siente algo duro. Trata duro cuando ve el contenido.
—Qué diría la población si ve eso.—Le pregunta y frunce el seño levemente.—Todos le aclaman y lo tienen como el único presidente bueno que apoya a los pobres.—Se burla de él.
Louis mira a Harry y luego a Beneck, le hecha un vistazo a los imágenes en la mesa que fueron tiradas por coraje. Ve las expresiones del chico que quiere gritar, encarar a su esposo y golpearlo, porque a sido descubierto. Bueno siempre es lo mismo, ¿Donde hay presidentes buenos? aún así, a Harry le gusta el bien aunque haga el mal, le gusta sacar la basura de su territorio.
Iba a hablar pero se queda en silencio, aprieta la mandíbula y los puños, vuelve a tomar asiento y respira por la nariz hasta que vuelve a su tono normal.
Harry sigue sonriendo, mira a Louis y este la hace una seña para que hable.
—¿Que haremos señor presidente?, bueno perdón por preguntar, no tienes voz aquí así que yo te diré que harás. En primero dejarás a esas pobres niñas en paz y todas las que se crucen en tu camino, en segunda...—Se lo piensa un poco pero le parece al final buena idea.—Negarás el paso a los demás carteles que te hunden en billetes por dejarlos pasar, solo yo, tendré acceso total cuando a mi se me apetezca y si no cumples nada de lo anterior en las noticias saldrás pero no por esas fotos si no las fotos donde tu cabeza estará tirada a fuera de la presidencia.
Beneck traga duro y escucha con atención a Harry. Termina por asentir ya que no tiene voz para hablar, si habla tal vez salga temblorosa solo trata de morder su lengua.
—¿Quedó claro? o le doy una explicación más a fondo.—Sube un poco su camisa donde se deja ver su arma cargada muy brillante.
—E-esta bien, haré eso.
—Así me gusta, ahora, puedes irte. Luego te daré una visita, claro si no te matan antes.
Los guardias ponen la misma bolsa negra en su cabeza y es arrastrado hasta la salida.
—No puedo creer que en nuestros días de descanso estemos trabajando.—Louis es el primero que habla luego de que las puertas son cerradas.
—Era importante bebé.
Harry se queda detrás de él y masajea sus hombros, baja la cabeza y besa su mejilla unas cuantas veces.
—¿Qué tratas de conseguir? mhmm.—Louis cierra los ojos cuando siente una de sus manos bajar por su pecho hasta entrar dentro de lo camisa, la otra va directo a su cuello.
Sus pezones son pellizcados, el solo muerde su labio para reprimir sus gemidos.
—Ha-harry estamos en el patio, controlate animal.
—Yo se que quieres, vi como apretabas los muslos cuando hablaba o como mordías tu labio.—Acaricia con su pulgar su labio despacio disfrutando lo suaves que son.
—Eres un tonto.—Se ríe de él.
—Pues este tonto te va a hacer gritar.
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—Eres un maldito salvaje.—Louis se queja frente al espejo.—¡Pensaba llevar un vestido con escote al trabajo y ahora no puedo porque tengo todo el cuello marcado!
Harry desde la cama aún acostado con la sábana solo tapando sus caderas se ríe de las caras que hace su esposo.
—Pues eso no decías hace unos minutos, gritabas que te marcara porque eres mio y solo te hice caso.—Se justifica encendiendo un cigarro en sus labios.
—La próxima vez gritaré muérete haber si lo cumples.—Rueda los ojos porque a Harry todo le causa risa.
—Aparte, ¿Porqué tanto vestido con escote?.—Se para de la cama y llega detrás de él, dejando el cigarro en el cenicero—¿Quieres que todos te miren como la zorra que eres? ¿Verdad?.
Azota su trasero dos veces.
—¿Cómo lo supiste? me has descubierto.—Habré la boca y se burla de él.
—No aprendes nunca.—Lo voltea y lo sube arriba del tocador enredando sus piernas en su cadera.
Louis gime y hecha la cabeza hacia atrás, siente su pene rozar su trasero, ups, seguían desnudos los dos.
—Tal vez y quiera que otro me folle, que me haga lo que quiera mejor que tu y...
No sigue porque es callado por la mano de Harry, tapa su boca y ve su mandíbula apretada de coraje, celos, rabia.
—Vuelves a decir algo como eso y juro que te amarrare en la cama de manos y pies y te follare duro todo el tiempo que sea necesario hasta que te desmayes o quedes inconsciente.—Le dice con dientes apretados.
Louis sonríe, con esto confirma que no puede estar lejos de Harry.
