Capitulo 31 "Adiós"

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A la mañana siguiente abrí mis ojos lentamente gracias a la claridad del día, un brazo cálido sentía que me abrazaba. Volteé a verlo y ahí estaba él, plácidamente dormido, parecía cansado.

Me quedé varios minutos observándolo, hasta que me acerqué a él dándole pequeños besos. Él por su parte se removió un poco en el lugar y abrió uno de sus ojos lentamente.

-Hola- dijo en un suspiro- Buen día- echando una pequeña sonrisa
-Buen día- Contesté 

Abrió sus ojos lentamente y estiro su cuerpo.

-Ya es de día- afirmó
-Si- contesté

Él volteó a verme, yo solo me recosté a su lado, bajó las sabanas que me cubrían dejando mis pechos al descubierto. Y empezó a acariciar mi cuello, bajando lentamente con solo dos dedos de sus manos. Solo cerré lo ojos y solté un leve suspiro, en ese entonces él toco mis labios. Se acercó a mi lentamente y comenzó a besarme. Con su lengua buscó aprobación para intensificar el beso, lo cual mi boca cedió el paso. Subió delicadamente sobre mí, y al estar desnudos los dos pude sentir cada parte y calor de su cuerpo rápidamente. Abrí mis piernas para que él se acomodé entre mis caderas, sus manos acariciaron mi cuerpo de arriba a abajo, tomo uno de mis muslos y lo elevó.
Mi respiración comenzó agitarse ¿Otra vez estaríamos haciendo el amor? pensé, sus besos bajaron a mis pechos, y succionó uno de mis pezones. Un leve gemido salió de mi boca, agarre firmemente las sabanas de la cama y me arquee hacia atrás del placer. Ya mojada él se introdujo en mi lentamente, aun no sacaba su boca de mi pecho y con su otra mano sostenía mi pierna hacia arriba.

Comenzaron las embestidas lentamente, llevé una de mis manos a mi boca, no podía darme el lujo de gemir en voz alta, ya era de día y los sirvientes estaban en hora de trabajo en la casa. Él elevó su mirada para encontrarse con los mía, me saco la mano y me beso con furia.
Las embestidas fueron más rápidas, moví mis caderas acompañando sus movimientos bruscos, estábamos por llegar al éxtasis, podía sentirlo. Nos besamos aun mas desaforadamente hasta que los dos gruñimos de placer, despegamos nuestras bocas para recuperar el aliento. Y nos miramos fijamente a los ojos.

-Podría hacer esto todo el día- dijo él mientras se tumbaba a mi lado

-No creí, que lo volveríamos hacer- dije

-Es que me excité con solo verte desnuda a mi lado- mientras echaba una pequeña risa

Solo eche una risa

-Iré a bañarme- le comenté

-Yo también, además así me cambio las vendas de la herida- mientras se vestía al lado de la cama

Me dirigí al baño, dejando a Natsu atrás, me adentré a la ducha y sentía como el agua cálida golpeaba cada parte de mi rostro. Estaba aliviada, respire profundamente y note como el estrés dejaba mi cuerpo.

-Ya son tres veces que hacemos el amor- dije por lo bajo

Me ruborice, sonreí. Yo a él le gustaba. Y sobre todo la pasión que sentíamos era excepcional.

Salí de la ducha me sequé y cambie de ropa, fui a buscar a Natsu a su habitación.
Golpeé la puerta.

-Pasa- ordenó una voz

Ahí estaba sentado en su cama terminando el vendaje nuevo de la herida

-¿Necesitas ayuda?- pregunté
-No es necesario, ya casi termino-

Se colocó una cinta para sellar el vendaje y se vistió con una remera

-Vamos a desayunar- lo invité
-Bueno- dijo él

Un Dragon como Guardaespaldas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora