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Ryū estaba grave en el hospital, luchando por su vida. A pesar de tanto sufrimiento en su vida, él se esforzaba por mantenerse vivo, aún cuando estaba inconsciente.

Atsushi lloraba desconsoladamente en la sala de espera. Quería saber ya buenas noticias, perdía las esperanzas. Dazai alcanzó a ver el accidente a lo lejos, y Ryū activó su habilidad para disminuir el impacto del golpe. A pesar de ello, estaba lastimado.

Atsushi, tienes que estar calmado. Hazlo por Ryūnosuke. Eres fuerte.

Decía Chūya, abrazando al albino, sin importar si Dazai y Ranpo estuvieran ahí, acompañándolos. Seguramente ese par ya lo sabía.

No puedo dejar de pensar cosas horribles... Ryū podría morir... Y nosotros pudimos evitarlo...

N-No digas más... Soy el único culpable.

•×•×•

Familiares del pequeño Ryūnosuke.

Un médico salió con unos documentos en mano. Su expresión era de seriedad, eso asustaba más a Atsushi.

— ¡Nosotros!

— Es un milagro. El niño presentaba fracturas en sus costillas, brazos y piernas, pero de manera "mágica" ya no había nada de eso en su cuerpo. Como si se hubiese compuesto todo por sí solo.

La habilidad de Atsushi le ayudó de cierto modo, al igual que Rashōmon. 

Ahora ambos podían entrar a ver al pequeño paciente que yacía recostado sobre la cama, soñoliento, adolorido, pero sonriendo a los dos.

¡A-sushi-niishan! ¡Chūya-yashan! ¡Vi-ñeron! ¡Shii!

Armaba una nueva algarabía, sonriendo, gritando, su expresión era incomparable, estaba feliz.

Atsushi limpió sus lágrimas y fue directamente hacia el niño. Quería tenerlo en sus brazos, pero por indicaciones del médico no podía. Besó su frente, una de sus mejillas, y se sentó en la orilla, junto a él. Entregándole un nuevo peluche, ya que el que Ranpo le había dado quedó destrozado en el accidente.

— ¡Gashiash A-sushi-niishan!

Tomó con gusto el peluche, y lo abrazaba.

Tenía venditas con sangre en su frente, y algunos hematomas cerca de sus ojos.

— Ryū, eres un niño que merece todo lo bueno de este mundo. Por favor, perdóname..

— Atsushi, tú no le hiciste nada. Deja que me perdone a mí.

Intervino Chūya. Se quitó su sombrero, y le mostró una frazada con personaje a Ryūnosuke, quien se emocionó mucho.

— Ryūnosuke... Papi lo siente mucho... Por favor, perdóname. No volveré a abandonarte de esa manera tan cruel, ni a tí, ni a Atsushi.

Ryūnosuke no comprendía mucho la situación. Ni siquiera sabía que ese par eran sus padres.

Aprovechando que tenía cerca a los dos, se acercó a cada uno para darles un tierno beso en sus mejillas.

— Yo... ¿Tendié una ca-shita?

Preguntó ilusionado. Las lágrimas no faltaban. Tener un hogar siempre fue su gran sueño.

— Claro que sí, cariño. Una casita enorme.

A partir de ese día, las cosas para todos mejoraron.

Obligatoriamente la Agencia y la Port Mafia se tuvieron que enterar, pero ya no era tan problemático para la pareja.

Vivían felices, e hicieron a Ryūnosuke muy feliz. Incluso logró olvidar parte de su vida en las calles, o eso es lo que dijo a sus padres para no lastimarlos, y creció siendo un niño sano y alegre con la vida.

•×•×•×•

Actualidad.

— ¿Eso es todo, Akutagawa-kun?

Preguntó la profesora, después de escuchar una larga historia de su primer alumno en la lista. Ryūnosuke Akutagawa, de diecisiete años.

— Así es. Disculpe que haya Sido larga, sensei...

— No te preocupes. Nos tienes a todos muy atentos a tu historia. Deberías escribir un libro.

— Lo tengo. Se llama "Déjame Vivir" y está dedicado a mis padres. Sé que aunque al principio me querían lejos, ellos están orgullosos de mí, como yo de ellos.

•×•×•×•

En el patio trasero de la mansión...

— ¡Venga, Ryū, lanza la pelota!

Pidió Chūya, esperando atraparla sin hacer trampa con su habilidad.

— ¡Allá va!

La lanzó.

— ¡Ryū! ¡Era mi turno!

Se quejó Atsushi.

— ¡Juguemos a algo más! Mamá, papá, carreras de aquí al árbol de manzanas. ¡Uno, dos y tres!

Los tres empezaron a correr apresurados, y debajo del árbol, se encontraron...

— ¡Es un perro! ¡Atsushi, Ryū, adoptémoslo! Le ponemos Dazai.

— ¿Ah?

Eran una familia extraña pero feliz. Se divertían como niños, y pasaban mucho tiempo en familia. Las fuertes ganas de vivir de Ryūnosuke, les dió vida a ambos padres y un sentimiento de esperanza y amor nunca antes experimentado.

No necesitaron de más hijos. Ryū era su todo, para los dos. La persona que quiso quedarse con ellos porque eran los indicados, los elegidos.

FIN

Decirme qué les pareció. Se siente rarito no leerlos :c

DÉJAME VIVIR [AKUTAGAWA RYŪNOSUKE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora