EXAGERADOS

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CAPÍTULO DIEZ

Exagerados,

— ¡Tetsu! — La chica detuvo su caminar, notando a los dos hermanos continuar con su camino sin darse cuenta de su ausencia, creyendo que aún ella continuaba a su lado.

— Hola, Kioko. — La mayor sonrió.

— ¿Cómo te fue? — Preguntó su amiga, solo le tomó unos segundos a la mayor entender sobre lo que preguntaba la menor.

— Oh. — Yamagawa rio. — Si te lo digo probablemente morirás de envidia. — Bromeó la más alta, pero en vez de una expresión de molestia, los ojos de Yamada brillaron con entusiasmo.

Tetsu miró hacia atrás antes de reír y comenzar a caminar con su amiga, olvidando por completo a los dos hermanos.

— ...Entonces ¿Te parece si vamos a comer algo después de clases? — Preguntó Ran. Al no recibir respuesta, miró a su lado, sorprendiéndose al no encontrarse con la menor. — ¿En dónde se metió?

— ¿Cómo hace para desaparecer de esa forma?

Ambos hermanos se giraron, dispuestos a buscar a la chica de castaños cabellos.

Tetsu tomó asiento en su respectiva silla, notando a su amiga esperar por su anécdota.

— Bien... Después de que literalmente ese par de imbéciles me secuestraran fuimos a la playa.

— Qué romántico. — La mayor negó sonriente.

— La vista era hermosa, qué lástima que esos dos la arruinaban. — Kioko rodó sus ojos. — Rindo me preguntó si sabía nadar, y como sabes, no sé hacerlo... Cuando me di cuenta él ya me había tomado en sus brazos y caímos al agua juntos.

— Cuánto desearía ser tú en ese momento. — Susurró Yamada, mirando a su amiga, esperando por más.

— Después Ran también se sacó la camisa y se lanzó al agua... Y... Aquí viene la parte fuerte.

— Sigue. — Tetsu sonrió.

— De la nada Ran me dice qué si me sorprendería que me besaran, y yo le dije que ni se le ocurriera hacerlo, entonces él dijo que jamás había dicho que lo haría él, y Rindo me giró, tomándome otra vez en sus brazos, fue entonces que... Comenzamos a besarnos.

Kioko jadeó con sorpresa, tomando las manos de su amiga con emoción.

— Eres la mujer más afortunada del mundo, Tetsu. — Yamada sonrió. — Disfrútalo cuanto puedas.

— Creí que te molestaría saber que esto pasaba entre los hermanos y yo. — Confesó de repente la mayor, Kioko negó.

— ¿Qué dices? Eres mi mejor amiga, y si mi mejor amiga es la maldita mujer más afortunada del mundo, claro que estaré feliz por ella. No me podría molestar porque andes con ellos, después de todo siempre supe que sería algo imposible de conseguir.

— Gracias, Kioko. — Yamagawa sonrió, pellizcando suavemente las mejillas de su amiga.

— Al fin te encuentro. — Las chicas giraron su rostro, notando en la entrada a Rindo, quien suspiró aliviado. — ¿Por qué te desapareces de esa forma? Ran te está buscando como loco por toda la jodida escuela.

— ¿Por qué son tan exagerados? — Tetsu rodó los ojos. — Ya van a comenzar las clases, ve a tu salón y dile a Ran que no sea tan exagerado.

— Me sacas de mis casillas. — Se quejó Rindo, acercándose, se acomodó sus lentes hasta estar frente a la chica y mirarle por unos segundos. — Antes de que desaparecieras como fantasma planeábamos decirte que nos acompañaras a comer algo después de clases ¿Te parece bien?

Yamagawa bajó la mirada, en realidad quería volver a casa después de clases para así pasar un poco más de tiempo con sus padres y poder despedirse de ellos, pero a su vez algo en lo más profundo de su interior quería pasar tiempo con los dos hermanos.

— No puedo. — Inició la chica, notando el ceño de Rindo fruncirse con confusión. — Mis padres se irán hoy de viaje y quiero despedirme de ellos antes de que se marchen, quizá puede ser otro día.

— Entiendo. — Rindo asintió. — Bien, se lo diré a Ran.

El chico de lentes se inclinó dispuesto a besar a la chica, pero esta cubrió su boca con su mano, evitando que el mayor lograra su objetivo.

— ¿Qué haces? — El ceño de Rindo se frunció aún más.

— Rindo, hay muchas de tus admiradoras por aquí que si te ven besándome no dudarían en arrancarme el pelo de la cabeza.

El mayor chasqueó su lengua. — No te harán nada, o sino yo mismo me encargaré de ellas.

Rindo apartó la mano de la chica, uniendo finalmente sus labios en un apasionante, pero corto beso. Tetsu se alejó del chico primero, acariciando su mejilla, notando la sonrisa de satisfacción en el rostro del mayor.

— ¿Almorzarás con nosotros? — La chica miró a su amiga, quien se encontraba en otro mundo, y al notar la mirada de los dos mayores sobre ella parpadeó un par de veces, reaccionando.

— Ya te dije que puedes ir a almorzar con ellos cuantas veces quieras, no te preocupes por mí. — Yamagawa asintió.

— Bien, te vendré a recoger junto a Ran. — Rindo se despidió de ambas chicas, saliendo del salón.

Apenas el chico desapareció, Kioko tomó las manos de la mayor, agitándolas de un lado a otro.

— No puedo creerlo, verlo de frente es tan diferente a que me lo cuentes. — La menor sonrió. — Nunca había visto a Rindo mirar a alguien con esos ojos, o quejarse por no ser besado, demonios es todo tan perfecto.

Yamagawa rio ante la actitud de su amiga, asintiendo.

— Sí, yo aún tampoco puedo creer que permita que hagan esto. —Kioko le miró confundida. — Los sigo detestando en el interior.

— Sí, sí, lo que digas. — Rio la pelinegra, acomodándose correctamente en su sitio.

Tetsu negó, acomodando sus cabellos en una desordenada coleta cuando la profesora de matemáticas entró al salón, saludando a los estudiantes. La chica sacó los materiales necesarios para trabajar, a pesar de que detestaba matemáticas, no le iba tan mal como en química, pero requería un poco de esfuerzo de su parte el poder comprender los temas perfectamente.

La chica frunció su ceño, elevando la mirada al sentirse observada. No le extrañó cuando notó a dos chicas en la esquina contraria a ella mirarle intensamente, como si la estuviesen asesinando con sus miradas, aunque a Tetsu aquello realmente le daba igual, para la chica solamente parecían un par de chimpancés problemáticos que buscaban marcar un territorio que no era ni de ellas.

La castaña les sonrió con burla, notando como sus rostros se enrojecían con molestia. Aquello solamente le divertía y entretenía.

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𝐎𝐧𝐞 𝐥𝐚𝐬𝐭 𝐭𝐢𝐦𝐞 - 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora