REGALO

7.8K 1K 157
                                    

CAPÍTULO VEINTISIETE

Regalo,

Rindo entró a la casa. Con el paso de los pocos meses Tetsu había aceptado darles una llave a cada hermano para que pudiesen entrar a su hogar cuando ella no estuviera o no pudiera abrirles y recibirles correctamente.

Su ceño se frunció cuando a mitad de las escaleras un ruido proveniente de la habitación de la menor llegó a sus oídos. No necesitó subir más de cuatro escalones para entender lo que aquel ruido significaba, sus pies le llevaron a la puerta de esa habitación y abrió, encontrándose con una Tetsu tumbada en la cama, mientras era fuertemente embestida por su hermano mayor, quien manipulaba su delgado cuerpo a su antojo.

Rindo sintió una presión en sus pantalones.

— Diablos. — Maldijo, llamando la atención de las otras dos personas. Ran sonrió burlón, y Tetsu solamente pudo volver a retorcerse, gimiendo escandalosamente el nombre del chico entre sus piernas.

— Hermano... Llegas un poco tarde. — Ran mordió su labio con fuerza, frunciendo su ceño al sentir su extensión ser apretada por la chica, quien amenazaba con correrse. — Nena, no te vengas aún.

Yamagawa se quejó al sentir al chico salir de su interior, su sorpresa llegó cuando fue rápidamente girada, siendo acomodaba sobre sus rodillas y palmas, y pocos segundos después nuevamente tenía al chico en su interior, embistiéndole fuertemente.

— Ran... Ran, no puedo más. — Rindo cerró la puerta tras de él de golpe, acercándose a la cama.

Sus manos desabrocharon fácilmente sus pantalones, y de ellos sacó su longitud, notando la poca humedad que yacía ya sobre él a causa de la excitante escena que sus ojos admiraban.

— Chúpalo. — Tetsu se sonrojó, nunca antes había hecho algo así y temía no ser lo suficientemente buena como para satisfacer a su novio.

No había terminado de abrir su boca cuando la longitud del chico se encontraba ya en su boca, llenando su cavidad, llegando a tocar el fondo de su garganta al ser sorpresivamente embestida.
Un gemido se ahogó en su garganta. Intentó torpemente comenzar a mover su lengua, rodeando la extensión, succionando y lamiendo. Rindo soltó un ruidoso gemido, lanzando su cabeza hacia atrás mientras tomaba los cabellos de la castaña y movía su cabeza a su antojo.

Ran mordió su labio una vez más, aumentando el ritmo con el que embestía a la menor a causa de su cercano orgasmo. Tetsu sintió un par de lágrimas descender por los bordes de sus ojos mientras se sentía asombrosamente excitada, siendo, literalmente, embestida por ambos lados.

— Vamos, linda... Vente para mí.

Su cuerpo tembló una vez más. Los largos dedos de Ran apretaron con fuerza sus caderas, gruñendo al sentir como finalmente se liberaba. Sus embestidas continuaron por unos segundos más antes de tener que sostener a la chica, quien repentinamente parecía a punto de colapsar por su orgasmo.
Rindo por su parte, sacó su extensión de la cavidad bucal de la menor y continuó complaciéndose por unos momentos hasta acabar también.

— Mi turno. — Susurró el menor de los hermanos, Ran sonrió dejándose caer a un lado de la chica, quien soltó un largo suspiro.

— Me encantaría que me dejaran descansar.

— Eso no se podrá. — Rindo tomó los tobillos de la castaña y tiró de ellos, acercándole hasta que sus sexos chocaran. — No es justo que Ran pueda y yo no ¿Cierto?

Yamagawa sonrió, sentándose sobre la cama. Una de sus manos tomó de la nuca del chico frente a ella, uniéndose ambos en un fogoso beso mientras los escurridizos dedos de Rindo se resbalaban por sus pliegues y comenzaba a jugar deslizándose de arriba hacia abajo.

— Rindo... — Susurró Tetsu, tirando suavemente de los cabellos de la nuca del mayor, quien respondió con un gruñido. — ¿Vas a dejar de jugar?

— Qué mujer tan obscena. — Rindo le empujó, deshaciéndose de sus pantalones y camisa rápidamente.

Yamagawa mordió su labio, deslizando las yemas de sus dedos sobre los marcados abdominales que el chico poseía.
Rindo sacó un preservativo de quién sabe dónde y lo abrió con sus dientes, tirando el 'empaque' plateado en algún sitio. Con ágiles movimientos se colocó el condón y tomó de nuevo las piernas de la chica colocándolas sobre sus hombros.

Las manos de la menor tomaron con fuerza las blancas sábanas de su cama al sentir como el chico se hundía en su interior con una fuerte estocada, Rindo jadeó, comenzando a moverse lentamente, siendo una total tortura para la fémina que tomaba en aquel momento.

Ran, quien admiraba todo desde su sitio, frunció su ceño, bajando la mirada y encontrándose con otra nueva erección.

— Oh, mierda... — Se quejó el mayor de los hermanos. Una sonrisa se estiró en su rostro al notar los ojos juguetones de la castaña sobre él.

Ran no dudó en acercarse, siendo casi de inmediato atendido por las inexpertas manos de la chica, quien se retorcía bajo los movimientos y acciones de su hermano menor.

— Rindo, no la tortures de esa manera. — Ran miró a su novia, Tetsu parecía estar volviéndose loca.

El mayor de los tres se inclinó, uniendo sus labios con los de la chica en un delicioso y terco beso mientras los movimientos de mano de la menor aumentaban en ritmo. Ran gimió, sintiéndose cerca de su clímax, mientras que Tetsu sólo pudo alejarse de sus labios y gemir ruidosamente el nombre de Rindo, quien esta vez comenzó a embestir fuerte y rápidamente.

Yamagawa tomó con su mano libre el brazo de quien tenía entre sus piernas, mientras aumentaba el ritmo de su otra mano. Sus labios se separaron en un intento de liberar un gemido, pero este fue callado por los suaves labios de Rindo, quien adentró su lengua a su boca, jugueteando con sus lenguas mientras los gemidos de ambos se mezclaban.

Un par de lágrimas placenteras se deslizaron por las mejillas de Tetsu, quien sintió su cuerpo entero volver a temblar, sintiéndose llena y necesitada por liberarse. La presión en su centro luchaba por ser libre, y al escuchar a ambos hermanos disfrutar de aquella manera tanto como ella lo hacía, su ser se desplomó, llegando finalmente a su deseado y desastroso orgasmo.

Ran continuó, y unos momentos después, Rindo acabó también.
Las respiraciones agitadas de los tres era el único ruido presente en aquella habitación, hasta que Ran decidió dejar escapar una pequeña risa, llamando la atención de las otras dos personas presentes.

— Ese fue un buen regalo de graduación. — Aseguró, inclinándose a dejar un corto beso en los labios de la castaña.

— Lo fue. — Concordó Rindo, saliendo del interior de la chica y tirando el condón en algún sitio después de hacerle un nudo.

— Necesito ducharme. — Tetsu se sentó en la cama, atando sus largos cabellos castaños en una coleta.

— ¿Quieres compañía? — La chica empujó a Ran, haciéndole caer sobre la cama. — Creo que es un no.

Los dos hermanos observaron a la menor entrar a su baño, escuchando la puerta cerrarse y segundos después el agua de la ducha caer.

— La amo. — Expresó Ran, Rindo le miró. — No me cansaré de decirlo, pero pareciera que tú no lo haces.

— Deja de decir estupideces. — Rindo comenzó a caminar hacia la puerta del baño hasta adentrarse en este, escuchando las quejas de la castaña.

— No me excluyan. — Ran entró también, Tetsu soltó una maldición, viendo a los dos hermanos adentrarse con ella en la ducha.

Por supuesto, no se podía quejar si esos dos le acariciaban el cuerpo con sus grandes manos de aquella manera.

______________________________

💐Un voto y un comentario se agradece.

𝐎𝐧𝐞 𝐥𝐚𝐬𝐭 𝐭𝐢𝐦𝐞 - 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora