9. Sumergido en un recuerdo azul

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Pergolero

Mi felicidad, mi azul, lo he perdido. Y ahora me siento morir, siempre después del punto más alto, siempre después de rozar el cielo, caigo, y quiero morir. Morir, morir.

Azul, azul, azul, cielo, mar, azul.

Bañado en melancolía, lloro, lloro, pintura, que se tiñe de escarlata, de furioso escarlata.

Azul, azul, la fuente conexa de mi obsesión. Mi razón, mi deseo. Mi vulnerabilidad. Mi necesidad insana.

Después de la felicidad orgásmica, después de rozar el cielo, la caída, la caída es cada vez más dolorosa.

No puedo detenerme, detenerme, corremos, respiro, aire, inhala, exhala. Jadeo, suspiro. Late, mi corazón late, y vivo, y muero.

Azul, azul, azul, azulejo. Cielo. Mi cielo.

Huimos, huimos, corremos, corremos, la adrenalina, la necesidad, el ansia. Respiro, inhalo y exhalo.

Después del furioso escarlata, siempre queda un melancólico azul.

Estallido, grito de júbilo, de agonía, y un orgasmo se precipita, me dejó hacer, envuelto en locura y deseo. Perdido, vacío, nostálgico.

El cielo, el placer, la felicidad, sonrío, sonrío que perturba, mi sonrisa que odian. Y río, río, con carcajadas sueltas, teñidas de cielo. Me pierdo, me pierdo.

Después de la felicidad orgásmica, después de rozar el cielo, la caída, la caída es cada vez más dolorosa.

Los pasos, los gritos molestos, el sonido, todo está teñido de furioso escarlata, corro, corro, huyo, huyo.

Algo estalla, un grito, una palabras, unas mentiras, su voz, sus manos, sus ojos, los odio, los odio, me odio.

Estallidos, estalla, estalla, y duele, duele. Me golpea, caigo, caigo, me retuerzo, jadeos, suspiros, me ahogo, me ahogo, aire, aire. No lo entiendo. Me desespero.

Gotea, gotea, lánguido, vacío, ansioso, adolorido, algo gotea, líquidos, que eran azul, ahora son furioso escarlata. Mi cuerpo se tiñe de escarlata.

Un charco, gotas, me encojo, gimo, arde, quema, me siento morir, morir, morir.

¿Muero, muero, es esto morir?

Azul, azul, azul, que se tiñe de escarlata.

Azulejo, mi cielo, mi amor. Te amo, te amo.

Se detiene, me mira, horror, miedo, dolor, me duele, me duele. Gotea, gotea, y empapa mi cuerpo lánguido.

Observo el cielo, lo observo a él, y no se cual es mas hermoso.

Se acerca, su mirada, aterrada, jadea, corre, corre, cae, cae. A mi lado, sus manos se tiñen de escarlata, y su nariz se arruga por el metal.

Los gritos, odio, odio, asco, enojo. Estallan, como un orgasmo, y te dejan en el suelo, tembloroso y vulnerable.

Respiro, respiro, o al menos, lo intento. Duele, duele, arde, arde, quema, me quema. ¿Es esto las llamas del infierno? ¿Un castigo por desear el cielo? No lo se. No importa, ya no importa.

Lo único que importa es el azul, mi azul, mi hermoso y decadente azul, teñido de melancolía, llorando pintura.

Me observa, me mira, sonrío, sonrió. Debo calmarlo, acariciar sus cabellos de cielo, besar su frente, sus hombros y cuello. Debo, debo, debo. ¿Qué es lo que debo...?

Jadeo, suspiro, inhaló, exhaló. Quiero gritar, gritar, de agonía, de júbilo, de placer, de miedo. Me dejo hacer, y solo lo observo a él, al cielo, mi cielo.

Azul, azul, azul.

"Pergolero, pergolero, mi pergolero, mi ave. Amor, amor, hablame, hablame."

Gotea, gotea, estallidos, gritos, exigencias, nos odian, nos odian. No somos basura. Es perfecto. Perfecto.

"Huye, corre, azulejo, mi amor, corre, huye. No, no corras, vuela, vuela, y surca el cielo, mi ave. Te amo"

Su terror, su odio, jadea, me mira, me duele, no importa, no importa. Teñido de melancólica, el niño llora pintura... ¿O es el cielo?

Azul, azul, el color de la felicidad, felicidad, y la tristeza, tristeza, también, el color de mi amor... De nuestro amor.

Me retuerzo, me ahogo, escarlata, borroso, en un mar de tonos, solo veo azul. Azul.

Ella, ella, la odio, la odio, su voz, su voz, me llama, me susurra, pero ya no importa, no importa.

Un último suspiro. Me observa, jadeante, y me besa, me besa, y sabe a lágrimas, a mentiras, a amor, a dulces, y a lluvia.

Un charco debajo, de escarlata me tiño. Me separo, y él, mi ave, me cielo, mi azul, azul, azul. Huye, corre, vuela. Y se aleja, se aleja.

Estalla, estalla, un orgasmo se precipita, el último de todos. El último jadeo, el último suspiro, inhala, exhala. Aire, aire, intentos, cielo, mi cielo.

Me sumerjo, entre aquellas calles, entre luces de neón, clubs, bares, moteles, no importa, no importa. Mi obsesión, mis objetos sin valor, pintura, acuarelas. Gritos de júbilo, de victoria, gritos de agonía, de sufrimiento, de rabia y de miedo.

Me sumergí en un recuerdo, en cabellos teñidos de cielo, en andar desenfadado y coqueto, envuelto en una timidez impropia,

En un mundo en blanco y negro, brillaba en azul cielo.

Estoy bien, la broma de los chicos azules.

Me sumerjo, y observo el cielo, mi obsesión, mi amor, lo veo, en el suelo, en la acera, empapado en escarlata.

Y entonces, en medio de mi desenfrenado tormento. Abro los ojos por última vez, y visualizo, el cielo, mi cielo.

Mi cielo llamado azulejo.

Hoy de nuevo estamos, sumergidos en un recuerdo azul.

Fin.

Fin

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El chico que se robo el Azul del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora